23.12.2020 Views

La bruja negra

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

Se mira como si no se hubiera dado cuenta y parece que la pregunta la haya

confundido.

—Vengo de correr por el bosque.

Como si fuera algo evidente.

—¿Sin ropa?

Estoy hablando con un tono un tanto agudo.

Diana se ríe y me mira como si yo fuera una niña que acaba de decir una tontería.

—Pues claro que corro sin ropa —contesta sonriendo—. No puedo transformarme

vestida. Rompería todo lo que llevo.

Me sorprende su escandalosa desnudez.

Miro a los hombres. Me quito la capa rápidamente.

—Toma —le ofrezco—, ponte mi capa. Te acompañaré a casa.

—No necesito ninguna capa —dice rechazándola y perpleja ante mi ofrecimiento

—. Además, tengo la ropa en ese banco.

—¿Estás diciendo que te has desnudado aquí? ¿Delante de las casas donde se

alojan estos hombres?

Ahora me está mirando como si yo estuviera loca.

—Francamente, Elloren, es un sitio tan bueno como cualquier otro. —Adopta una

expresión eufórica. Levanta la cabeza al aire fresco de la noche y respira hondo—.

Tendrías que haber visto cómo estaba el bosque esta noche. ¡Precioso! La luna brilla

como nunca. Hay un lago a una hora de distancia. —Gesticula con alegría en la

dirección de la que ha venido—. El reflejo de la luna es arrebatador, como plata

líquida sobre el agua. Y cazar ahí es genial. —Diana sonríe y sus fuertes dientes

blancos brillan a la luz de la luna como una ristra de peligrosas perlas. Me mira un

momento como si sintiera lástima por mí—. Es una pena que no podáis ver el bosque

como lo vemos nosotros.

Los hombres que están junto a la casa han dejado de hablar y ahora están

concentrados en Diana, y uno de ellos le está haciendo señas a alguien de dentro para

que salga a ver. Siento pánico por ella.

—Por favor, ponte la capa. Esos hombres te están mirando.

Diana mira a su alrededor como si los viera por primera vez.

—No me importa —dice con desdén agitando la mano—. Además, después de

correr tengo mucho calor. Quiero enfriarme antes de vestirme.

—No puedes… ¡Diana, tienes que ponerte algo de ropa!

«Gran Ancestro, qué obstinada». Empieza a resultar molesta.

—¿Por qué? En serio, ¿por qué? Es absurdo que esto signifique tanto para los

tuyos.

—Porque no está permitido ir por ahí desnudo. Podrían expulsarte por esto. Creo

que aquí significa algo de lo que quizá tú no seas consciente.

—¿Qué?

Página 253

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!