23.12.2020 Views

La bruja negra

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

Trystan esboza una sonrisita.

Me dejo caer en la cama detrás de él y le fulmino con la mirada, consternada y

cruzada de brazos. Él sigue leyendo y hace todo lo posible por ignorarme mientras yo

sigo echando pestes.

Justo entonces aparece Yvan con una mochila colgada al hombro y una pila de

libros enormes bajo el brazo. Se queda de piedra cuando me ve y adopta esa

expresión tan intensa que pone siempre que está conmigo.

—¿Qué? —le grito dolida por su insistente comportamiento hostil.

Pero no me contesta. Solo se queda ahí como abochornado y un tanto sonrojado.

De pronto me doy cuenta muy avergonzada de que estoy sentada en su cama.

—Ay, lo siento mucho —me disculpo cogiendo mis libros y mi mochila mientras

me levanto de golpe sonrojándome yo también.

Las chicas gardnerianas y las celtas no se sientan en las camas de los hombres a

menos que se trate de algún hermano. Acabo de saltarme el protocolo.

Yvan se quita su capa de lana negra y la deja encima de la cama junto a la

mochila y los libros, como si estuviera marcando su territorio, y me lanza otra de sus

intensas miradas verdes. Después coge algunos libros y se acerca a la mesa que tiene

junto a su cama.

Entretanto yo me siento a los pies de la cama de Trystan y me apoyo en la pared

con el rostro acalorado y muy incómoda. De pronto siento claustrofobia, pero estoy

decidida a quedarme para poder pedirle explicaciones a Rafe sobre su escarceo con

Diana. Saco mis libros y los tres nos enfrascamos en una sesión de estudio.

De vez en cuando miro a Trystan y me sorprende verlo con los ojos clavados en la

espalda de Yvan con una expresión un poco rara, casi líquida, como si estuviera

atrapado en alguna ensoñación.

Al sentir mi mirada, Trystan vuelve a clavar los ojos en su libro, y yo miro a Yvan

con despreocupación y de reojo intentando descubrir qué es lo que está viendo

Trystan.

Yvan lee con la cabeza apoyada en la mano, está muy tenso. Es un libro del

Gremio de Médicos, y desde donde estoy distingo unos diagramas anatómicos en la

página que está leyendo.

Admito a regañadientes que Yvan tiene un cuerpo bonito. Es alto y delgado, y

cuando su penetrante mirada verde no está tensa, tiene unos ojos increíbles. Suele

atraer mi mirada a menudo en la cocina, su fuerza y su elegancia se enredan en mis

pensamientos y me aceleran el corazón. No puedo evitar recordar el aspecto que tenía

cuando le sonrió a Fern el primer día que estuve en la cocina, lo deslumbrante que era

su sonrisa, lo devastadoramente atractivo que me pareció.

Me muerdo la mejilla enfadada.

«¿Por qué tiene que distraerme tanto su atractivo? ¿Y por qué me tiene que

parecer tan guapo cuando es evidente que yo no le gusto nada? Y además: ¡es un

celta!».

Página 266

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!