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La bruja negra

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—Dame la mano —le ordena tendiéndole la suya y apoyando la otra sobre el

dragón.

—Wynter, yo…

—No tienes que temer esto conmigo —le dice con firmeza sin apartar la mano.

Yvan parece conmocionado. Pero entonces transige y le tiende la mano. Wynter

cierra los ojos mientras lee los pensamientos de Yvan y del dragón a la vez, frunce el

ceño y asiente de vez en cuando, como si estuviera manteniendo alguna conversación

secreta. Al final abre los ojos. Sigue sosteniendo la mano de Yvan.

—Los émpatas guardan todos los secretos —le dice Wynter.

Miro a mi alrededor confundida. Las expresiones de Jarod y Diana son

impenetrables, y Andras aprieta el mango del hacha con fuerza. Trystan y Ariel están

mirando a Yvan con recelo.

—No quiero interrumpir —le comenta Rafe a Wynter dando un paso adelante—,

pero si hay algo que debamos saber sobre Yvan, creo que deberías decírnoslo. Si hay

algún peligro…

—No representa ningún peligro para nosotros —afirma Wynter muy segura—.

Podemos confiar plenamente en él.

Rafe la mira con dureza y después hace lo mismo con Yvan entornando los ojos,

después se relaja.

—Muy bien —le dice a Wynter—, ¿qué puedes decirnos sobre las probabilidades

que tenemos de sacar a Naga con vida?

Wynter vuelve a concentrarse en el dragón.

—¿Quién te ha hecho esto? —le pregunta Yvan muy angustiado.

La mirada del dragón rebosa dolor.

—Un soldado —traduce Wynter—. Su entrenador. —Hace una mueca de dolor—.

Mago Damion Bane.

—Gran Ancestro —exclamo disgustada—. No me extraña que haya sido un Bane.

—Vamos a sacarte de aquí —le dice Yvan al dragón apretando los labios con

decisión—. Encontraremos la forma.

—Es imposible —dice Wynter traduciendo los pensamientos de la dragona—. Va

a volver. Me va a torturar hasta que me rinda… o muera.

—Nosotros se lo impediremos —afirma Rafe.

—Pues enviarán a otro —continúa Wynter—. Es imposible detenerlos.

—No —dice Trystan deslizando las manos por los barrotes para estudiarlos—.

Encontraremos la forma de abrir esta jaula y te sacaremos.

—Pues tendrás que encontrarla rápido, gardneriano —traduce Wynter, los ojos de

la dragona rebosan urgencia—. Muy rápido.

No vemos mucho a Trystan durante los días siguientes. Se esfuerza por ceñirse a

su horario habitual, igual que hacemos los demás, todos tenemos un montón de tareas

y se acercan los exámenes. Aun así, Trystan encuentra el tiempo para desaparecer en

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