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ESTUDIO INTRODUCTORIO

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<strong>ESTUDIO</strong> <strong>INTRODUCTORIO</strong> / LA DEUDA EXTERNA ECUATORIANA EN EL SIGLO XIX<br />

Por suerte para el Ecuador, arreciaron las gestiones contrarias a la expedición que<br />

hicieron los diplomáticos de varios países latinoamericanos, justamente preocupados<br />

con la posibilidad de una reconquista española de la región. Y a ello se sumó la protesta<br />

de los comerciantes británicos, inquietos ante la idea de que estallase una nueva guerra<br />

en el occidente sudamericano, que pudiese arruinar sus negocios de exportación e<br />

importación, que recién habían empezado a recuperarse de la crisis causada por las<br />

guerras de independencia. Todos esos esfuerzos conjugados lograron finalmente que el<br />

gobierno británico dispusiese el embargo de las naves que se aprestaban en el Támesis<br />

para la expedición floreana. Ello salvó al ecuador y otros países andinos de la planeada<br />

“reconquista” española y del pesado fardo de un nuevo y leonino empréstito inglés.<br />

LA DEUDA EN EL PERIODO MARCISTA<br />

Mientras Flores desenvolvía en Europa sus dotes de intrigante y vendepatria, los<br />

gobiernos surgidos de la “Revolución Marcista” se empeñaban en buscar soluciones para<br />

el problema de la deuda. Así, la legislatura de 1846 dispuso que se usase una parte de<br />

los fondos recaudados por ingresos aduaneros para la amortización de la deuda, una vez<br />

que se llegase a un acuerdo con los acreedores. Dos años después, la legislatura de 1848<br />

dispuso un pago por concepto de intereses, reconociendo que “si bien esta cantidad podía<br />

hacer falta para satisfacer la deuda interior, debía hacerse cualquier sacrificio para sostener el<br />

crédito de la nación, comprometido por los acreedores extranjeros”. 6<br />

En estas circunstancias se desarrollaron una serie de tratativas con múltiples<br />

negociadores llegados al país para el efecto, entre ellos los señores Conroy, Mocatta,<br />

Swiewkowsky, Oksza, Sédieres, etc. Así, en 1848, bajo la presidencia de Vicente Ramón<br />

Roca, se realizaron bajo la más absoluta reserva negociaciones con Pedro Conroy,<br />

representante de la firma financiera inglesa “Naylor, Oxley y Cía” y se trató de evitar la<br />

intervención del Congreso Nacional en el asunto. Pero tal negociación fue descubierta<br />

y el Congreso se abocó a su conocimiento, saliendo a luz todos los entreveros de la<br />

misma, por lo que la legislatura dispuso una investigación parlamentaria sobre el caso.<br />

Como resultado de ella, se estableció que los acreedores querían que los pagos se<br />

hiciesen con la octava parte de los ingresos aduaneros. Se descubrió también que los<br />

ingleses, al tiempo que negociaban con el gobierno ecuatoriano, habían efectuado<br />

compras de bonos de la deuda ecuatoriana en la bolsa de Londres, para provocar una<br />

elevación de la cotización de los mismos, que se hallaba en un 2% del valor original.<br />

Finalmente, quedó en evidencia que estaban comprometidos en estas negociaciones<br />

dos avispados sobrinos del Presidente de la República, Agustín Roca y Bernardo Roca y<br />

Garzón, que habían intimado amistad con el representante inglés y lo ayudaban en sus<br />

gestiones con altos personeros oficiales. En fin, el hecho concreto era que la solución<br />

6 Emilio María Terán, op.cit., p.96.<br />

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