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ESTUDIO INTRODUCTORIO

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DEUDA GORDIANA<br />

era: la exterior de 576.979,40 pesos de capital y 72.816y 7 y 4 reales de intereses, y la<br />

interior 185.132 pesos, y 1,5 reales, con 72.731 pesos y un cuarto real de intereses. Total<br />

de la deuda externa e interna, al finalizar el año de 1822, $ 907.659 con 5,5 reales. Se<br />

comprende que en esa liquidación no se ha incluido la cantidad del empréstito Zea.<br />

En marzo de 1823 fue reducido a prisión en Londres, el ministro diplomático don<br />

José Rafael Revenga, a solicitud de James Mackintosh. Había ocurrido que don Luis<br />

López Méndez, agente fiscal de la extinguida República de Venezuela, sin embargo de<br />

no tener facultad para contratar a nombre de Colombia, había negociado en febrero de<br />

1821 con dicho Mackintosh, una factura considerable de vestuarios, armas, fornituras,<br />

etc., para el Ejército. Los precios eran subidísimos, y en pago dio López Méndez vales<br />

que el vendedor recibió con 60% de descuento. Esos materiales de guerra llegaron a<br />

Cartagena en abril de 1822, y el vicepresidente Santander rehusó recibirlos por el valor<br />

fabuloso que tenían.<br />

Se presentó en Bogotá un señor Marshall, apoderado de Mackintosh y propuso al<br />

Gobierno que recibiera aquel equipo, cuyo precio sería tasado por peritos, transacción<br />

que él sometería a la aprobación de su poderdante.<br />

Mediante esa promesa se hizo cargo el Gobierno de los efectos y dispuso de ellos;<br />

sabedor de esta circunstancia Mackintosh desaprobó la transacción que había propuesto<br />

su apoderado en Bogotá. Llega a Londres el ministro Revenga y buscado por Mackintosh<br />

procuró entrar en arreglos y transar esa cuenta y parece que dio prendas en ese sentido;<br />

pero no siéndole posible acceder a las exigencias de Mackintosh, éste demandó al<br />

ministro como si fuera su deudor particular, y lo redujo arbitrariamente a prisión; lo<br />

temerario de la demanda hizo que fuera transitorio el escandaloso arresto de Revenga.<br />

En aquella época de la patria boba, recibió el Gobierno colombiano factura de vestuario<br />

ordinario para tropa, a 16 libras esterlinas por cada uno! 43<br />

43 El temor ante las amplias masas populares impedía a los separatistas criollos a limitarse en su lucha por<br />

la Independencia de la América española a la creación de organizaciones secretas, con un pequeño<br />

número de militantes reclutados casi exclusivamente entre la juventud criolla, perteneciente a la<br />

aristocracia. Esta gente no tendía a despertar la actividad revolucionaria de las masas populares<br />

y depositaba sus esperanzas principalmente en las potencias extranjeras, interesadas en el libre<br />

comercio con la América española o que tenía viejas cuentas que saldar con España. Con el apoyo<br />

de estas potencias, confiaban en derrocar la dominación española, por medio de una “revolución” En<br />

las alturas, en las que las masas populares no tuvieran ninguna participación. El apoyo del extranjero<br />

se lo imaginaban en forma de ayuda financiera y con armas necesarias para la realización del golpe de<br />

Estado, y en caso extremo en forma de una intervención armada en los asuntos hispanoamericanos.<br />

Es natural que los separatistas criollos se dieron cuenta de que semejante ayuda no sería prestada<br />

desinteresadamente por las potencias extranjeras; estaban dispuestos en caso de éxito, a otorgar a sus<br />

“protectores” una compensación en forma de privilegios comerciales y hasta de ciertas concesiones<br />

territoriales (por ejemplo, la entrega de la parte española de Las Antillas). Abrigaban la esperanza<br />

(más tarde destruida implacablemente por la marcha de los acontecimientos) de que las potencias<br />

extranjeras se darían por satisfechas con semejantes compensaciones y no atentarían contra la<br />

Independencia de la América española, dándole la posibilidad de un libre desarrollo económico y<br />

político. (Catalina II y Francisco Miranda, V. M. Miroshevski, El Universo, domingo 7 de septiembre<br />

de 1858).<br />

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