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el-capital-ii

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<strong>capital</strong> invertido en él figura entre la parte d<strong>el</strong> <strong>capital</strong> circulante que tiene que cubrir los<br />

gastos generales y que ha de distribuirse entre <strong>el</strong> producto d<strong>el</strong> valor con arreglo a un cálculo<br />

promedio anual. Hemos visto que, en la industria, propiamente dicha, este trabajo de<br />

limpieza es realizado gratis por los obreros en sus descansos, razón por la cual se efectúa<br />

también frecuentemente durante <strong>el</strong> mismo proceso de producción, siendo causa de la<br />

mayoría de los accidentes. Este trabajo no cuenta en <strong>el</strong> precio d<strong>el</strong> producto. El consumidor<br />

lo obtiene, pues, gratis. Por otra parte, <strong>el</strong> <strong>capital</strong>ista puede ahorrarse por completo, gracias a<br />

esto, los gastos de conservación de su maquinaria. El obrero paga con su persona, y esto<br />

constituye uno de los misterios a que obedece la conservación automática d<strong>el</strong> <strong>capital</strong>, que<br />

representan en realidad una reivindicación jurídica d<strong>el</strong> obrero sobre la maquinaria y lo<br />

convierten, incluso desde <strong>el</strong> punto de vista jurídica burgués, en copropietario de <strong>el</strong>la. Sin<br />

embargo, en ciertas ramas de producción en que la maquinaria, para limpiarse, tiene que<br />

alejarse d<strong>el</strong> proceso de producción y en que, por tanto, la limpieza no puede realizarse en<br />

ratos perdidos, como ocurre por ejemplo con las locomotoras, este trabajo de conservación<br />

figura entre los gastos corrientes y, por tanto, como <strong>el</strong>emento d<strong>el</strong> <strong>capital</strong> circulante. Una<br />

locomotora tiene que llevarse al taller, por lo menos, después de tres días de trabajo, para<br />

ser limpiada; hay que esperar a que se enfríe la caldera, para no exponerse a deteriorarla<br />

cuando se lave (R. C... núm. 17,823).<br />

Las verdaderas reparaciones o arreglos requieren inversión de <strong>capital</strong> y trabajo que<br />

no están incluidos en <strong>el</strong> <strong>capital</strong> primitivamente desembolsado y que, por tanto, no pueden<br />

ser repuestos y cubiertos, por lo menos no siempre, mediante la reposición gradual de valor<br />

d<strong>el</strong> <strong>capital</strong> fijo. Sí, por ejemplo, <strong>el</strong> valor d<strong>el</strong> <strong>capital</strong> fijo = 10,000 libras esterlinas y su<br />

tiempo total de vida = 10 años, esta suma sólo repone <strong>el</strong> valor de la primitiva inversión de<br />

<strong>capital</strong>, pero no <strong>el</strong> <strong>capital</strong> o <strong>el</strong> trabajo añadidos posteriormente en forma de reparaciones.<br />

Hay aquí un <strong>el</strong>emento de valor adicional que no se desembolsa siquiera de una vez, sino a<br />

medida que la necesidad lo requiere y cuyos diversos tiempos de inversión son fortuitos por<br />

la naturaleza misma de las cosas. Y todo <strong>capital</strong> fijo requiere estas inversiones posteriores,<br />

dosificadas y adicionales bajo la forma de medios de trabajo y de fuerza de trabajo.<br />

Los deterioros a que se hallan expuestas determinadas partes de la maquinaria, etc.,<br />

son, por la naturaleza misma de la cosa, fortuitos, cualidad que comparten también, como<br />

es lógico, las reparaciones correspondientes. De este complejo se distinguen, sin embargo,<br />

dos clases de trabajos de reparación que presentan un carácter más o menos estable y<br />

corresponden a distintos períodos de vida d<strong>el</strong> <strong>capital</strong> fijo: a las enfermedades de infancia y<br />

a las enfermedades, mucho más numerosas, de la edad que rebasa ya <strong>el</strong> tiempo medio de<br />

vida. Una máquina, por ejemplo, por muy perfecta que sea su contextura al entrar, en <strong>el</strong><br />

proceso de producción, acusa en <strong>el</strong> transcurso de su uso real defectos que necesitan ser<br />

corregidos mediante un trabajo posterior. Por otra parte, cuanto más rebase su tiempo<br />

medio de vida, es decir, cuanto más se vaya acumulando <strong>el</strong> desgaste normal, cuanto más se<br />

vaya agotando por <strong>el</strong> uso y se vaya debilitando por la edad <strong>el</strong> material de que está formada,<br />

más numerosos e importantes serán los trabajos de reparación necesarios para conservar la<br />

máquina en uso hasta <strong>el</strong> final de su tiempo medio de vida, d<strong>el</strong> mismo modo que un hombre<br />

viejo, para no morir antes de tiempo, necesita gastar más en médico y medicinas que un<br />

hombre joven y fuerte; por consiguiente, a pesar de su carácter fortuito, los trabajos de<br />

reparación se distribuyen en masas desiguales entre los distintos períodos de vida d<strong>el</strong><br />

<strong>capital</strong> fijo.

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