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el-capital-ii

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según <strong>el</strong> sistema fisiocrático, sólo la produce en una rama de producción, en la agricultura,<br />

se llega a la conclusión de que la plusvalía no nace d<strong>el</strong> trabajo precisamente, sino de la<br />

acción (de la colaboración) especial de la naturaleza en esta rama determinada, en la<br />

agricultura. Por eso precisamente es por lo que los fisiócratas califican <strong>el</strong> trabajo agrícola<br />

de trabajo productivo, a diferencia de todos los demás trabajos.<br />

A. Smith considera los medios de vida de los obreros como <strong>capital</strong> circulante por<br />

oposición al <strong>capital</strong> fijo:<br />

1° Porque confunde al <strong>capital</strong> circulante por oposición al <strong>capital</strong> fijo con las formas<br />

d<strong>el</strong> <strong>capital</strong> encuadradas en la órbita de la circulación, con <strong>el</strong> <strong>capital</strong> de circulación;<br />

confusión que han tomado de él, sin <strong>el</strong> menor discernimiento critico, los economistas<br />

posteriores. Confunde, por tanto, <strong>el</strong> <strong>capital</strong>–mercancías con la parte circulante d<strong>el</strong> <strong>capital</strong><br />

productivo y, partiendo de aquí, se comprende de suyo que allí donde <strong>el</strong> producto social<br />

reviste la forma de mercancía, los medios de vida tanto de los obreros como de los que no<br />

lo son, tanto los materiales como los mismos medios de trabajo, tienen que ser<br />

suministrados necesariamente por <strong>el</strong> <strong>capital</strong>–mercancías.<br />

2° Pero en A. Smith nos encontramos también con la idea fisiocrática, a pesar de<br />

hallarse en contradicción con la parte esotérica –con la parte realmente científica– de su<br />

propia argumentación.<br />

El <strong>capital</strong> desembolsado se trueca siempre en <strong>capital</strong> productivo, es decir, asume la<br />

forma de <strong>el</strong>ementos de producción que son, a su vez, producto de un trabajo anterior<br />

(incluyendo entre <strong>el</strong>los la fuerza de trabajo). Sólo bajo esta forma puede funcionar dentro<br />

d<strong>el</strong> proceso de producción. Si la fuerza de trabajo, en que se trueca la parte variable d<strong>el</strong><br />

<strong>capital</strong>, se sustituye por los medios de vida d<strong>el</strong> obrero, es evidente que estos medios de<br />

vida, como tales, no se diferencian, en lo tocante a la creación de valor, de los otros<br />

<strong>el</strong>ementos d<strong>el</strong> <strong>capital</strong> productivo, de las materias primas y de los medios de vida d<strong>el</strong> ganado<br />

de labor, a los que A. Smith, siguiendo <strong>el</strong> precedente de los fisiócratas, los equipara, por<br />

tanto, en uno de los pasajes anteriormente citados (pp. 169 s.). Los medios de vida no<br />

pueden, por si mismos, valorizar su valor ni añadirle plusvalía. Su valor, al igual que <strong>el</strong> de<br />

los demás <strong>el</strong>ementos d<strong>el</strong> <strong>capital</strong> productivo, se limita a reaparecer en <strong>el</strong> valor d<strong>el</strong> producto;<br />

no puede hacer otra cosa. No podrían añadirle más valor d<strong>el</strong> que <strong>el</strong>los mismos tienen. Sólo<br />

se distinguen d<strong>el</strong> <strong>capital</strong> fijo, formado por medios de trabajo, como las materias primas, los<br />

artículos a medio fabricar, etc., por <strong>el</strong> hecho de que (al menos, para <strong>el</strong> <strong>capital</strong>ista que los<br />

paga), aquéllos son íntegramente absorbidos por <strong>el</strong> producto que contribuyen a formar, por<br />

cuya razón su valor debe ser repuesto totalmente, mientras que <strong>el</strong> <strong>capital</strong> fijo sólo se<br />

incorpora a él gradualmente, fragmentariamente. Por tanto, la parte d<strong>el</strong> <strong>capital</strong> productivo<br />

invertida en fuerza de trabajo (o bien en los medios de vida d<strong>el</strong> obrero) sólo se distingue<br />

ahora materialmente, no en lo tocante al proceso de trabajo y de valorización, de los demás<br />

<strong>el</strong>ementos materiales d<strong>el</strong> <strong>capital</strong> productivo. Sólo se distingue por coincidir con una parte<br />

de los factores objetivos creadores d<strong>el</strong> producto (materials, dice A. Smith en términos<br />

generales) en la categoría d<strong>el</strong> <strong>capital</strong> circulante, por oposición a otra parte de estos factores<br />

objetivos, que entra en la categoría d<strong>el</strong> <strong>capital</strong> fijo.<br />

El hecho de que la parte d<strong>el</strong> <strong>capital</strong> invertida en salarios forme parte de los<br />

<strong>el</strong>ementos circulantes d<strong>el</strong> <strong>capital</strong> productivo, comparta la cualidad de <strong>capital</strong> circulante, por<br />

oposición a la parte fija d<strong>el</strong> <strong>capital</strong> productivo, con una parte de los factores materiales<br />

creadores d<strong>el</strong> producto, las materias primas, etc., no tiene absolutamente nada que ver con<br />

la función que esta parte variable desempeña en <strong>el</strong> proceso de valorización, por oposición a

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