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el-capital-ii

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de la población y a su poder adquisitivo”. Se trata, pues, de hacer creer al lector que la<br />

explicación de la crisis debe buscarse precisamente en la “distribución”, que <strong>el</strong> error de<br />

Sismondi se limita a señalar de un modo incompleto las causa que entorpecen esta<br />

distribución. Pero no es esto lo fundamental... “Sismondi –dice Efrussi– no se contentaba<br />

con la anterior explicación. En la primera edición de los Nouveaux Principes encontramos<br />

ya un capítulo altamente instructivo: “De la connaissance du marché” En este capítulo,<br />

Sismondi expone 1as causas fundamentales a que obedece la perturbación d<strong>el</strong> equilibrio<br />

entre la producción y <strong>el</strong> consumo' [fijémonos bien en esto] con una claridad que<br />

encontramos ante este problema en muy pocos economistas” (1. c.). Y Efrussi, quien<br />

transcribe algunas citas para demostrar que <strong>el</strong> fabricante no puede conocer <strong>el</strong> mercado,<br />

dice: “Eng<strong>el</strong>s dice casi lo mismo” (p. 163), tras cuya afirmación viene una cita para<br />

demostrar que <strong>el</strong> fabricante no puede conocer la demanda. Inserta luego otras citas en las<br />

que se habla de otros obstáculos que se oponen al restablecimiento d<strong>el</strong> equilibrio entre la<br />

producción y <strong>el</strong> consumo” (p. 164) y asegura que “en <strong>el</strong>las se contiene precisamente la<br />

explicación de las crisis que tiende a convertirse cada vez más en la doctrina dominante.<br />

Más aún: Efrussi entiende que “en cuanto al problema de las causas de las crisis<br />

económicas, existen razones poderosas para considerar a Sismondi como <strong>el</strong> padre de las<br />

ideas que más tarde habrán de desarrollarse de un modo más claro y más consecuente” (p.<br />

168).<br />

Con todo esto, Efrussi d<strong>el</strong>ata su pleno desconocimiento d<strong>el</strong> problema. ¿Qué son las<br />

crisis? Superproducción, producción de mercancías que no pueden ser realizadas, que no<br />

encuentran demanda. Si las mercancías no encuentran demanda, <strong>el</strong>lo quiere decir que <strong>el</strong><br />

fabricante no conocía la demanda en <strong>el</strong> momento de producirlas. Ahora bien, cabe<br />

preguntar: ¿Acaso es explicar las crisis <strong>el</strong> poner de manifiesto esta condición de su<br />

posibilidad? Es que Efrussi no ha comprendido realmente la diferencia que existe entre la<br />

referencia a la posibilidad y la explicación de la necesidad de un fenómeno. Sismondi dice:<br />

las crisis son posibles, pues <strong>el</strong> fabricante no conoce la demanda, y son necesarias, pues en<br />

la producción <strong>capital</strong>ista no puede existir equilibrio entre la producción y <strong>el</strong> consumo (es<br />

decir, no puede realizarse <strong>el</strong> producto). Eng<strong>el</strong>s dice: las crisis son posibles, pues <strong>el</strong><br />

fabricante no conoce la demanda; y son necesarias, pero no, ni mucho menos, porque <strong>el</strong><br />

producto no pueda ser realizado. Esto no es exacto: <strong>el</strong> producto puede realizarse. Las crisis<br />

son necesarias porque <strong>el</strong> carácter colectivo de la producción choca con <strong>el</strong> carácter<br />

individual de la apropiación. Y he aquí que viene un economista y asegura que Eng<strong>el</strong>s<br />

sostiene “casi lo mismo”, que Sismondi nos da “la misma explicación de las crisis”. Por eso<br />

me maravilla –dice Efrussi– que <strong>el</strong> señor Tugan–Baranowski... haya perdido de vista lo<br />

más importante y más valioso de la teoría de Sismondi” (p. 168). Pero <strong>el</strong> señor Tugan–<br />

Baranowski no ha perdido de vista nada. 9 Por <strong>el</strong> contrario, ha puesto de manifiesto con toda<br />

precisión la contradicción fundamental a que conduce la nueva teoría (p. 455 y ss.)<br />

esclareciendo la significación de Sismondi, quien primeramente llamó la atención hacía la<br />

contradicción rev<strong>el</strong>ada en las crisis, pero sin saber explicarla acertadamente (p. 457:<br />

Sismondi señaló antes de Eng<strong>el</strong>s que las crisis brotan de la organización económica actual:<br />

p. 491: Sismondi estableció las condiciones para la posibilidad de las crisis, pero “no toda<br />

posibilidad se convierte en realidad”). Y Efrussi no sabe en absoluto salir de la confusión,<br />

lo embrolla todo y “se maravilla d<strong>el</strong> lío ante <strong>el</strong> que se encuentra”. “Es cierto dice <strong>el</strong><br />

economista d<strong>el</strong> Russkoie Bogatstvo– que no encontramos en Sismondi expresiones que hoy<br />

han adquirido carta general de naturaleza, tales como las de “anarquía de la producción”,

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