el-capital-ii
el-capital-ii
el-capital-ii
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
La función d<strong>el</strong> medio de trabajo en <strong>el</strong> proceso de producción requiere por término<br />
medio que sirva constantemente, una y otra vez, durante un período más o menos largo, en<br />
repetidos procesos de trabajo. Esta función exige, pues, que su materia tenga un grado<br />
mayor o menor de duración. Sin embargo, no es <strong>el</strong> grado de duración de la materia de que<br />
está formado la que lo convierte de por si en <strong>capital</strong> fijo. La misma materia puede ser<br />
<strong>capital</strong> circulante si interviene como materia prima, y en los economistas que confunden la<br />
distinción entre <strong>el</strong> <strong>capital</strong>–mercancías y <strong>el</strong> <strong>capital</strong> productivo con la distinción entre <strong>el</strong><br />
<strong>capital</strong> circulante y <strong>el</strong> <strong>capital</strong> fijo vemos cómo la misma materia, la misma máquina, es<br />
<strong>capital</strong> circulante en cuanto producto y <strong>capital</strong> fijo en cuanto medio de trabajo.<br />
Pero, aunque no sea la calidad duradera de la materia de que están hechos los<br />
medios de trabajo lo que los convierte en <strong>capital</strong> fijo, su función como medios de trabajo<br />
exige que estén hechos de un material r<strong>el</strong>ativamente duradero. El grado de duración de su<br />
materia es, por tanto, condición previa para que puedan desempeñar la función de medios<br />
de trabajo y también, por tanto, la base material d<strong>el</strong> régimen de circulación que los<br />
convierte en <strong>capital</strong> fijo. En igualdad de circunstancias, la mayor o menor caducidad de su<br />
materia le imprime en menor o mayor grado <strong>el</strong> s<strong>el</strong>lo de la fijeza y se halla, por tanto,<br />
esencialmente enlazada a su cualidad de <strong>capital</strong> fijo.<br />
Cuando la parte de <strong>capital</strong> invertida en fuerza de trabajo se considera<br />
exclusivamente desde <strong>el</strong> punto de vista d<strong>el</strong> <strong>capital</strong> circulante, es decir, por oposición al<br />
<strong>capital</strong> fijo, cuando, por consiguiente, se involucran la distinción entre <strong>capital</strong> constante y<br />
variable con la que separa al <strong>capital</strong> fijo d<strong>el</strong> circulante, es natural, sí se tiene en cuenta que<br />
la realidad material de los medios de trabajo constituye la base esencial de su cualidad de<br />
<strong>capital</strong> fijo, derivar, por oposición a <strong>el</strong>la, de la realidad material d<strong>el</strong> <strong>capital</strong> invertido en<br />
fuerza de trabajo su cualidad de <strong>capital</strong> circulante y luego, determinar, a su vez, <strong>el</strong> <strong>capital</strong><br />
circulante partiendo de la realidad material d<strong>el</strong> <strong>capital</strong> variable.<br />
La materia real d<strong>el</strong> <strong>capital</strong> invertido en salarios es <strong>el</strong> trabajo mismo; la fuerza de<br />
trabajo puesta en acción, creadora de valor, <strong>el</strong> trabajo vivo, que <strong>el</strong> <strong>capital</strong>ista cambia por<br />
trabajo materializado e incorpora a su <strong>capital</strong> y sin <strong>el</strong> cual <strong>el</strong> valor que tiene en sus manos<br />
no se convertiría en un valor que se valoriza. Pero esta capacidad de propia valorización no<br />
la vende <strong>el</strong> <strong>capital</strong>ista. Forma siempre parte integrante de su <strong>capital</strong> productivo, como sus<br />
medios de trabajo, y nunca de su <strong>capital</strong>–mercancías, como <strong>el</strong> producto terminado que<br />
vende, por ejemplo. Dentro d<strong>el</strong> proceso de producción, como partes integrantes d<strong>el</strong> <strong>capital</strong><br />
productivo, los medios de trabajo no se contraponen a la fuerza de trabajo como <strong>capital</strong> fijo,<br />
d<strong>el</strong> mismo modo que <strong>el</strong> material de trabajo y las materias auxiliares no se engloban con <strong>el</strong>la<br />
como <strong>capital</strong> circulante; la fuerza de trabajo se contrapone a ambos como factor personal,<br />
puesto que ambos son factores materiales: esto, desde <strong>el</strong> punto de vista d<strong>el</strong> proceso de<br />
trabajo. Y <strong>el</strong>los, por su parte, se contraponen a la fuerza de trabajo, al <strong>capital</strong> variable,<br />
como <strong>capital</strong> constante: esto, desde <strong>el</strong> punto de vista d<strong>el</strong> proceso de valorización. Si se<br />
quiere poner de r<strong>el</strong>ieve una diferencia de orden material referida al proceso de circulación,<br />
ésta no puede ser más que la siguiente: de la naturaleza d<strong>el</strong> valor, que no es sino trabajo<br />
materializado, y de la naturaleza de la fuerza de trabajo puesta en acción, que no es sino<br />
trabajo que se materializa, se desprende que la fuerza de trabajo, mientras se halla en<br />
funciones, crea constantemente valor y plusvalía y que lo que por otra parte de <strong>el</strong>la<br />
representa movimiento, creación de valor, representa por parte de su producto forma en<br />
reposo, un valor ya creado. Después de haber actuado la fuerza de trabajo, <strong>el</strong> <strong>capital</strong> ya no<br />
se halla formado por fuerza de trabajo, de una parte, y de la otra medios de producción. El