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el-capital-ii

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como se reproducen y se reponen todos los años los distintos <strong>el</strong>ementos materiales y de valor d<strong>el</strong> producto<br />

global anual. Este punto de vista ha sido ya refutado.<br />

Pero oigamos cómo se expresan Smith y Tooke.<br />

Smith dice, en <strong>el</strong> libro II, cap. 2 de su obra: “La circulación en cualquier país debe considerarse<br />

dividida en dos ramas: la que tiene lugar entre los mismos comerciantes, y la que se efectúa entre negociantes<br />

y consumidores. Aunque las mismas piezas de moneda, bien sean de pap<strong>el</strong> o de metal, pueden emplearse unas<br />

veces en una circulación, y otras en otra, como ambas están al mismo tiempo en movimiento, cada una<br />

requiere una cierta cantidad de una y otra especie para llevarse a efecto. El valor de los bienes que circulan<br />

entre negociantes, nunca puede exceder d<strong>el</strong> valor de los que circulan entre negociantes y consumidores,<br />

puesto que cuanto compran los comerciantes no tiene otro destino sino la venta a los consumidores. Como la<br />

circulación entre negociantes afecta a las compras al por mayor, requiere generalmente una suma mayor para<br />

cada transacción particular; por <strong>el</strong> contrario, la que versa entre negociantes y consumidores, por tener lugar al<br />

por menor, necesita sumas más pequeñas, basta <strong>el</strong> punto de que a veces basta un ch<strong>el</strong>ín, y aun medio penique.<br />

Sin embargo, estas pequeñas cantidades circulan con mayor v<strong>el</strong>ocidad que las mayores. Por consiguiente,<br />

aunque <strong>el</strong> valor de lo que anualmente compran los consumidores es casi siempre igual al de las compras<br />

anuales que efectúan los negociantes, se realizan, no obstante, con menores sumas de dinero que las de<br />

éstos.”<br />

A propósito de este pasaje de Adam Smith, observa Th. Tooke (An Inquiry into the Currence<br />

Principle, Londres 1844, pp. 34–36 ss.): “No puede caber la menor duda de que esta distinción que aquí se<br />

establece es exacta, en cuanto al fondo d<strong>el</strong> asunto... El intercambio entre comerciantes y consumidores<br />

incluye también <strong>el</strong> pago de salarios, que constituye <strong>el</strong> ingreso principal (the principal means) de los<br />

consumidores... Todas las operaciones hechas de comerciante a comerciante, es decir, todas las ventas d<strong>el</strong><br />

productor o importador, pasando por todos los grados de los procesos intermedios de la manufactura, etc.,<br />

hasta llegar al comerciante al por menor o al exportador, pueden reducirse a movimientos de transferencia d<strong>el</strong><br />

<strong>capital</strong>. Pero las transferencias de <strong>capital</strong> no presuponen necesariamente ni llevan realmente aparejado, en la<br />

gran mayoría de las operaciones, un traspaso efectivo de billetes de banco o de monedas –nos referimos a un<br />

traspaso material, no a un traspaso ficticio– en <strong>el</strong> momento mismo de realizarse... El importe global de los<br />

cambios realizados por los comerciantes entre sí tiene que determinarse y d<strong>el</strong>imitarse en última instancia por<br />

<strong>el</strong> importe de los cambios efectuados entre comerciantes y consumidores.”<br />

Si la afirmación final apareciese desligada d<strong>el</strong> resto d<strong>el</strong> pasaje podría pensarse que Tooke se limitaba<br />

a consignar la existencia de una r<strong>el</strong>ación entre los cambios efectuados por los comerciantes entre sí y los<br />

realizados entre comerciante y consumidor o, para decirlo en otras palabras, una r<strong>el</strong>ación entre <strong>el</strong> valor de la<br />

renta global anual y <strong>el</strong> valor d<strong>el</strong> <strong>capital</strong> con que se produce. Pero no es así. Tooke abraza expresamente la<br />

concepción de Adam Smith. Hu<strong>el</strong>ga, por tanto, detenerse a criticar especialmente su teoría de la circulación.<br />

2. Todo <strong>capital</strong>ista industrial, al comenzar sus negocios, lanza de una vez a la circulación <strong>el</strong> dinero<br />

necesario para todo su <strong>capital</strong> fijo, que sólo va sustrayendo gradualmente de <strong>el</strong>la a lo largo de una serie de<br />

años, mediante la venta de su producto anual. Empieza, por tanto lanzando a la circulación más dinero d<strong>el</strong> que<br />

retira de <strong>el</strong>la. Este fenómeno se repite siempre que es necesario renovar en especie <strong>el</strong> <strong>capital</strong> total; se repite<br />

todos los años con respecto a un determinado número de empresas cuyo <strong>capital</strong> fijo ha de renovarse en<br />

especie; se repite fragmentariamente en todos los casos de reparación, de renovación puramente fragmentaria<br />

d<strong>el</strong> <strong>capital</strong> fijo. Por consiguiente, si por una parte se retira de la circulación más dinero d<strong>el</strong> que se lanza a <strong>el</strong>la,<br />

por otra parte ocurre a la inversa.<br />

En todas las ramas industriales cuyo período de producción (que se considera distinto d<strong>el</strong> período de<br />

trabajo) abarca largo tiempo, los productores <strong>capital</strong>istas lanzan constantemente a la circulación durante él<br />

cantidades de dinero destinadas en parte a pagar la fuerza de trabajo empleada y en parte a comprar los<br />

medios de producción necesarios; de este modo, sustraen al mercado de mercancías, directamente, una<br />

cantidad de medios de producción, así como también una cantidad de medios de consumo, en parte<br />

indirectamente, a través de los obreros que invierten su salario, y en parte directamente, por medio de los<br />

propios <strong>capital</strong>istas, que no suspenden en modo alguno su consumo, sin que estos <strong>capital</strong>istas lancen por <strong>el</strong><br />

momento al mercado, simultáneamente, un equivalente en mercancías. Durante este período, <strong>el</strong> dinero puesto<br />

en circulación por <strong>el</strong>los, sirve para realizar <strong>el</strong> valor de las mercancías, incluyendo la plusvalía encerrada en él.<br />

Este aspecto es muy importante, dentro de la producción <strong>capital</strong>ista ya desarrollada, en empresas a largo plazo<br />

organizadas en forma de sociedades anónimas, etc., tales como la construcción de ferrocarriles, de canales y<br />

de puertos, de grandes edificios urbanos, de buques metálicos, <strong>el</strong> drenaje de tierras en gran escala, etc.

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