13.05.2013 Views

el-capital-ii

el-capital-ii

el-capital-ii

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

después de entregada en su totalidad. Es lo mismo que sí cada día de por sí entregase una<br />

determinada cantidad de producto terminado. Sin embargo, esta masa terminada no es más<br />

que una parte de la masa que ha de ser suministrada con arreglo al contrato. Aunque en este<br />

caso la parte ya terminada de las mercancías encargadas no figure ya en <strong>el</strong> proceso de<br />

producción, se halla en <strong>el</strong> almacén como <strong>capital</strong> puramente potencial.<br />

Pasemos ahora al segundo período d<strong>el</strong> tiempo de circulación: <strong>el</strong> tiempo de compra, o<br />

sea, <strong>el</strong> período en que <strong>el</strong> <strong>capital</strong> revierte de la forma dinero a los <strong>el</strong>ementos d<strong>el</strong> <strong>capital</strong><br />

productivo. El <strong>capital</strong>, durante este período, no tiene más remedio que mantenerse más o<br />

menos tiempo bajo la forma de <strong>capital</strong>–dinero; es decir, una cierta parte d<strong>el</strong> <strong>capital</strong> global<br />

desembolsado debe adoptar constantemente esa forma, aunque esta parte se halle formada<br />

por <strong>el</strong>ementos constantemente variables. En una determinada industria, será necesario que<br />

d<strong>el</strong> <strong>capital</strong> total desembolsado existan bajo forma de <strong>capital</strong>–dinero n X 100 libras<br />

esterlinas, de modo que mientras todos los <strong>el</strong>ementos integrantes de estas n X 100 libras se<br />

van convirtiendo constantemente en <strong>capital</strong> productivo, esta suma vaya completándose<br />

constantemente también con <strong>el</strong> reflejo de la circulación, con <strong>el</strong> <strong>capital</strong>–mercancías, a<br />

medida que vaya realizándose. Una determinada parte de valor d<strong>el</strong> <strong>capital</strong> desembolsado<br />

reviste, pues, constantemente la forma de <strong>capital</strong>–dinero, es decir, una forma propia de la<br />

órbita de circulación y no de la esfera de producción.<br />

Ya hemos visto que la prolongación d<strong>el</strong> tiempo en que, por <strong>el</strong> alejamiento d<strong>el</strong> mercado,<br />

<strong>el</strong> <strong>capital</strong> se ve sujeto a la forma de <strong>capital</strong>–mercancías, retrasa <strong>el</strong> reflujo d<strong>el</strong> dinero y, por<br />

tanto, la transformación d<strong>el</strong> <strong>capital</strong> de <strong>capital</strong>–dinero en <strong>capital</strong> productivo.<br />

Y hemos visto también (cap. VI [pp. 115 s.] cómo, con referencia a la compra de las<br />

mercancías, <strong>el</strong> tiempo de compra, <strong>el</strong> mayor o menor alejamiento de las fuentes principales<br />

de materias primas, obliga a comprar materias primas para períodos un poco largos y a<br />

tenerlas disponibles bajo la forma de reservas productivas, de <strong>capital</strong> productivo latente o<br />

potencial: lo cual equivale, siendo la misma la escala de la producción, a acrecentar la masa<br />

d<strong>el</strong> <strong>capital</strong> que ha de ser desembolsado de una vez y a alargar <strong>el</strong> tiempo para <strong>el</strong> cual se<br />

desembolsa.<br />

Efectos semejantes a éstos producen en distintas ramas industriales los períodos –más<br />

cortos o menos largos– en que se lanzan al mercado grandes masas de materias primas. En<br />

Londres, por ejemplo, se c<strong>el</strong>ebran cada tres meses grandes subastas de lana, que dominan <strong>el</strong><br />

mercado de este género; en cambio, <strong>el</strong> mercado de algodón se renueva entre una cosecha y<br />

otra de un modo continuo en su conjunto, aunque no siempre uniforme. Estos períodos<br />

determinan los principales plazos de compra de las materias primas correspondientes e<br />

influyen también sobre las compras, las cuales condicionan los desembolsos especulativos,<br />

mayores o menores, hechos para adquirir estos <strong>el</strong>ementos de producción, d<strong>el</strong> mismo modo<br />

que <strong>el</strong> carácter de las mercancías producidas influye sobre la retención especulativa,<br />

d<strong>el</strong>iberada, más larga o más corta, d<strong>el</strong> producto en forma de <strong>capital</strong>–mercancías<br />

potenciales. “Por eso <strong>el</strong> agricultor se ve obligado a ser también, hasta cierto punto,<br />

especulador... y a posponer, según las circunstancias d<strong>el</strong> momento la venta de sus<br />

productos. [El autor hace seguir a esto algunas reglas generales. F. E.] Sin embargo, los<br />

factores más importantes en la venta de los productos son la persona, <strong>el</strong> producto mismo y<br />

la localidad. Quien, siendo hábil y afortunado [¡] dispone de <strong>capital</strong> suficiente para sus<br />

negocios no hará reproche si, en épocas en que rijan precios extraordinariamente bajos en<br />

<strong>el</strong> mercado, retiene su cosecha una vez al año durante algún tiempo; en cambio, si carece de<br />

<strong>capital</strong> de explotación o de todo espíritu especulativo [¡], aspirará a conseguir <strong>el</strong> precio

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!