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el-capital-ii

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consentimiento es condición previa para su trabajo, ¿no depende y no tiene necesariamente<br />

que depender de la buena voluntad de estos <strong>capital</strong>istas la parte de los frutos de su propio<br />

trabajo que se le deje como remuneración de éste (p. 125)... en proporción a la magnitud<br />

d<strong>el</strong> producto retenido, ya se dé... a estos desfalcos <strong>el</strong> nombre de impuestos, <strong>el</strong> de ganancia o<br />

<strong>el</strong> de robo?" (p. 126). etcétera<br />

Confieso que siento, al escribir estas líneas, un poco de vergüenza. Pase <strong>el</strong> que la<br />

literatura inglesa anti<strong>capital</strong>ista de las décadas d<strong>el</strong> veinte y d<strong>el</strong> treinta sea tan absolutamente<br />

ignorada en Alemania, a pesar de que ya en la Misére de la Philosophie, Marx alude<br />

directamente a <strong>el</strong>la y de que en <strong>el</strong> primer tomo de El Capital cita repetidas veces algunas de<br />

estas publicaciones: <strong>el</strong> folleto de 1821, a Ravenstone, a Hodgskin, etc. Pero <strong>el</strong> hecho de que<br />

no sólo <strong>el</strong> literatus vulgaris que se agarra desesperadamente a los faldones de la levita de<br />

Rodbertus, ese literato "que no ha aprendido realmente nada", sino incluso <strong>el</strong> profesor de<br />

oficio que "se jacta de erudición" haya olvidado su economía clásica hasta <strong>el</strong> punto de<br />

poder acusar seriamente a Marx de copiar de Rodbertus, cosas que pueden leerse ya en A.<br />

Smith y en Ricardo, demuestra cuán bajo ha caído hoy, en Alemania, la economía oficial.<br />

¿Qué es, entonces, lo que Marx dice de nuevo acerca de la plusvalía? ¿Cómo se<br />

explica que la teoría de la plusvalía de Marx haya desencadenado una tormenta repentina, y<br />

además en todos los países civilizados, mientras que las teorías de todos sus predecesores<br />

socialistas, incluyendo a Rodbertus, se esfumaron sin dejar rastro?<br />

Podríamos explicar esto a la luz de un ejemplo sacado de la historia de la química.<br />

A fines d<strong>el</strong> siglo pasado, imperaba todavía en la química, como es sabido, la teoría<br />

flogística, la cual explicaba <strong>el</strong> proceso de toda combustión, a base de un cuerpo, hipotético,<br />

un combustible absoluto que según <strong>el</strong>la se desprendía en ese proceso y al que se daba <strong>el</strong><br />

nombre de flogisto. Esta teoría bastaba para explicar la mayoría de los fenómenos<br />

conocidos por aqu<strong>el</strong> entonces, aunque para <strong>el</strong>lo, en ciertos casos, fuera necesario violentar<br />

un poco la cosa. En 1774, Priestley descubrió una clase de aire "tan puro o tan exento de<br />

flogisto que, a su lado, <strong>el</strong> aire corriente parecía estar ya corrompido". Y le dio <strong>el</strong> nombre de<br />

aire desflogistizado. Poco después, Sche<strong>el</strong>e encontró en Suecia la misma clase de aire y<br />

demostró su existencia en la atmósfera. Descubrió, además, que desaparecía al quemar un<br />

cuerpo en él o en aire corriente, razón por la cual le dio nombre de "aire ígneo". "Estos<br />

resultados le llevaron a la conclusión de que la combinación que se produce por la unión<br />

d<strong>el</strong> flogisto con una de las partes integrantes d<strong>el</strong> aire (es decir, en <strong>el</strong> proceso de<br />

combustión) no es otra cosa que fuego o calor, que se escapa por <strong>el</strong> vidrio." 2<br />

Tanto Priestley como Sche<strong>el</strong>e habían descubierto <strong>el</strong> oxígeno, pero no sabían lo que<br />

tenían en la mano. Seguían aferrados a las categorías "flogísticas" anteriores a <strong>el</strong>los. En sus<br />

manos, <strong>el</strong> <strong>el</strong>emento llamado a echar por tierra toda la concepción flogística y a revolucionar<br />

la química, estaba condenado a la esterilidad. Pero Priestley comunicó enseguida su<br />

descubrimiento a Lavoisier, en París, y Lavoisier se puso a investigar, a la luz de este<br />

nuevo hecho, toda la química flogística, hasta que descubrió que la nueva clase de aire era,<br />

en realidad, un nuevo <strong>el</strong>emento químico; que en la combustión no interviene ningún<br />

misterioso flogisto que se escape d<strong>el</strong> cuerpo en ignición, sino que es <strong>el</strong> nuevo <strong>el</strong>emento <strong>el</strong><br />

que se combina con <strong>el</strong> cuerpo que arde, y de este modo puso de pie toda la química, que<br />

bajo su forma flogística estaba de cabeza. Y aunque, como él mismo lo afirma, no presentó<br />

<strong>el</strong> oxígeno al mismo tiempo que los otros e independientemente de <strong>el</strong>los, Lavoisier es, a

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