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el-capital-ii

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<strong>capital</strong> productivo. Pero, en realidad, se limita a una simple operación de atesoramiento, la<br />

cual no constituye de por si un <strong>el</strong>emento de la verdadera reproducción. De momento, lo que<br />

hace es, simplemente, ir retirando sucesivamente dinero circulante de la circulación, lo que,<br />

naturalmente, no excluye la posibilidad de que <strong>el</strong> dinero circulante que encierra en sus<br />

arcas fuese ya de suyo –antes de entrar en circulación– parte de otro tesoro. Este tesoro de<br />

A, que es Potencialmente un nuevo <strong>capital</strong>–dinero, no representa una riqueza social<br />

adicional, lo mismo que no la representaría si se invirtiese en artículos de consumo. Es,<br />

sencillamente, dinero retirado de la circulación, que por tanto se movía dentro de <strong>el</strong>la, ya se<br />

hallase acumulado antes como parte de un tesoro o fuese la forma–dinero d<strong>el</strong> salario, <strong>el</strong><br />

exponente en dinero de medios de producción o de otras mercancías cualesquiera, <strong>el</strong> medio<br />

de circulación d<strong>el</strong> <strong>capital</strong> constante o de la renta de un <strong>capital</strong>ista. No representa nueva<br />

riqueza, d<strong>el</strong> mismo modo que <strong>el</strong> dinero, considerado desde <strong>el</strong> punto de vista de la<br />

circulación simple de mercancías, no es exponente, no ya d<strong>el</strong> valor que en él existe, sino de<br />

un valor diez veces mayor por <strong>el</strong> hecho de circular diez veces al cabo d<strong>el</strong> día, de realizar<br />

diez valores–mercancias distintos. Las mercancías existen sin <strong>el</strong> dinero y éste sigue siendo<br />

lo que es (mejor dicho, tiende incluso a disminuir por <strong>el</strong> desgaste), ya describa una rotación<br />

o diez. Sólo en la producción de oro –siempre y cuando que <strong>el</strong> producto oro encierre<br />

producto sobrante, materialización de plusvalía– se crea nueva riqueza (dinero potencial), y<br />

sólo en la medida en que entra en circulación todo <strong>el</strong> nuevo producto–dinero incrementa <strong>el</strong><br />

material–dinero de los nuevos <strong>capital</strong>es–dinero potenciales.<br />

Aunque no sea una riqueza social nueva, adicional, esta plusvalía atesorada en forma de<br />

dinero representa nuevo <strong>capital</strong>–dinero potencial, gracias a la función con vistas a la cual se<br />

atesora. (Más ad<strong>el</strong>ante veremos que <strong>el</strong> nuevo <strong>capital</strong>–dinero puede surgir también por otro<br />

camino, que no es este de la conversión gradual de la plusvalía en dinero.)<br />

El dinero se retira de la circulación y se va atesorando mediante la venta de las<br />

mercancías no seguida de compra. Por tanto, sí esta operación se concibiese como realizada<br />

de un modo general, no se ve de dónde habrían de salir los compradores, puesto que en <strong>el</strong><br />

transcurso de este proceso –que no hay más remedio que concebir como general, ya que<br />

todo <strong>capital</strong> individual puede perfectamente hallarse en trance de acumulación– todo <strong>el</strong><br />

mundo querrá vender para atesorar y nadie querrá comprar.<br />

Si nos presentásemos <strong>el</strong> proceso de circulación entre las diversas partes de la<br />

reproducción anual como un proceso en línea recta –lo cual sería falso, puesto que, con<br />

pocas excepciones, se halla formado siempre por movimientos mutuos de retroceso–,<br />

habría que comenzar por <strong>el</strong> productor de oro (o de plata) que compra sin vender y partir d<strong>el</strong><br />

supuesto de que todos los demás le venden a él. En este caso, iría pasando a sus manos todo<br />

<strong>el</strong> producto sobrante anual de la sociedad (en que toma cuerpo toda la plusvalía) y todos los<br />

demás <strong>capital</strong>istas se distribuirían proporcionalmente entre sí su producto sobrante<br />

existente por naturaleza en dinero, la orificación natural de su plusvalía, pues la parte d<strong>el</strong><br />

producto d<strong>el</strong> productor de oro llamada a reponer su <strong>capital</strong> en funciones está ya destinada y<br />

se ha dispuesto de <strong>el</strong>la. En estas condiciones, la plusvalía d<strong>el</strong> productor de oro producida en<br />

este metal precioso sería <strong>el</strong> único fondo d<strong>el</strong> que los demás <strong>capital</strong>istas podrían sacar la<br />

materia necesaria para convertir en oro su producto sobrante anual. Tendría que ser, por<br />

tanto, en cuanto a su magnitud de valor, igual a toda la plusvalía anual de la sociedad, que<br />

ahora se encierra en su crisálida, atesorándose. Este supuesto tan absurdo sólo sirve para<br />

explicar la posibilidad de un atesoramiento general y simultáneo, que haría que la<br />

reproducción no avanzase ni un paso más por parte de los productores de oro.

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