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el-capital-ii

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cambian los conceptos de medio de trabajo, material de trabajo y producto, según <strong>el</strong><br />

distinto pap<strong>el</strong> que la misma cosa desempeña dentro de aqu<strong>el</strong> proceso. Pues bien, los<br />

conceptos de <strong>capital</strong> fijo y no fijo se basan, a su vez, en los pap<strong>el</strong>es concretos que estos <strong>el</strong>ementos<br />

desempeñan en <strong>el</strong> proceso de trabajo y también, por tanto, en <strong>el</strong> proceso de<br />

valorización.<br />

En segundo lugar, al enumerar las cosas que forman <strong>el</strong> <strong>capital</strong> fijo y <strong>el</strong> <strong>capital</strong><br />

circulante, se ve claramente que A. Smith confunde la distinción entre los <strong>el</strong>ementos fijos<br />

y circulantes d<strong>el</strong> <strong>capital</strong> productivo, que sólo puede regir y tener un sentido con respecto a<br />

este <strong>capital</strong> (al <strong>capital</strong> en su forma productiva), con la distinción entre <strong>el</strong> <strong>capital</strong> productivo<br />

y las formas que corresponden al <strong>capital</strong> en su proceso de circulación: la d<strong>el</strong> <strong>capital</strong>–<br />

mercancias y la d<strong>el</strong> <strong>capital</strong> –dinero. El mismo dice, en este pasaje (p. 256): “El <strong>capital</strong> circulante<br />

consta... de las provisiones materiales y artículos acabados de todas clases, que se<br />

hallan en poder de los comerciantes respectivos, así como también d<strong>el</strong> dinero necesario<br />

para hacerlos circular y efectuar la distribución, etc.” En realidad, si nos fijamos bien<br />

vemos que aquí, a diferencia de lo que ocurría antes, <strong>el</strong> <strong>capital</strong> circulante vu<strong>el</strong>ve a<br />

equipararse al <strong>capital</strong>–mercancías y al <strong>capital</strong>–dinero, es decir, a dos formas de <strong>capital</strong> que<br />

no tienen nada que ver con <strong>el</strong> proceso de producción, que no son <strong>capital</strong> circulante por<br />

oposición al <strong>capital</strong> fijo, sino <strong>capital</strong> de circulación por oposición al <strong>capital</strong> productivo.<br />

Sólo al lado de éstas figuran luego las partes d<strong>el</strong> <strong>capital</strong> productivo invertidas en materiales<br />

(materias primas o artículos a medio fabricar) e incorporadas realmente al proceso de<br />

producción. Véase lo que dice A. Smith.<br />

“...La tercera y última de las tres porciones en que se divide naturalmente <strong>el</strong> stock<br />

general de la sociedad es <strong>el</strong> <strong>capital</strong> circulante; cuya característica consiste en proporcionar<br />

un ingreso o renta con motivo de su circulación o cambio de dueño. Se compone también<br />

de cuatro partes. La primera es <strong>el</strong> dinero... [pero <strong>el</strong> dinero no es nunca una forma d<strong>el</strong><br />

<strong>capital</strong> productivo, d<strong>el</strong> <strong>capital</strong> encuadrado en <strong>el</strong> proceso de producción. Es siempre,<br />

simplemente, una de las formas que reviste <strong>el</strong> <strong>capital</strong> de su proceso de circulación.] La<br />

segunda, <strong>el</strong> repuesto de provisiones que se halla en poder d<strong>el</strong> carnicero, <strong>el</strong> ganadero, <strong>el</strong><br />

labrador... y de cuya venta esperan obtener un beneficio... La cuarta y última es toda obra<br />

acabada y completa, pero que aún permanece en poder d<strong>el</strong> comerciante o d<strong>el</strong> industrial.” Y<br />

“la tercera son las materias primas o los productos en proceso de fabricación, que se<br />

convierten en vestidos, mobiliario y edificios; y que no habiendo alcanzado su forma<br />

definitiva, permanecen todavía en poder de sus productores, manufactureros, merceros,<br />

pañeros, madereros, ebanistas, ensambladores, ladrilleros, etc.”<br />

Las categorías segunda y cuarta contienen exclusivamente productos expulsados<br />

como tales d<strong>el</strong> proceso de producción y lanzados a la venta; en una palabra, productos que<br />

funcionan a partir de ahora como mercancías o bien como <strong>capital</strong>–mercancías; que poseen.<br />

por tanto, una forma y ocupan un lugar en <strong>el</strong> proceso en que no pueden ser <strong>el</strong>ementos d<strong>el</strong><br />

<strong>capital</strong> productivo, cualquiera que sea su destino final, es decir, lo mismo sí su finalidad (su<br />

valor de uso) es la de servir al consumo individual que si es la de destinarse al consumo<br />

productivo. En la categoría segunda trátase de medios de subsistencia, en la cuarta de todos<br />

los demás productos terminados, los cuales a su vez sólo pueden hallarse formados por<br />

medios terminados de trabajo o por medios terminados de disfrute (distintos de los medios<br />

de subsistencia que figuran en la categoría segunda).<br />

El hecho de que aquí A. Smith nos hable también d<strong>el</strong> comerciante rev<strong>el</strong>a su<br />

confusión. Tan pronto como <strong>el</strong> productor vende su producto al comerciante, aquél deja de

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