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el-capital-ii

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y las combinaciones sociales r<strong>el</strong>acionadas con él, las sociedades anónimas, por ejemplo.<br />

Por eso las perturbaciones producidas en <strong>el</strong> mercado de dinero paralizan este tipo de<br />

negocios, y éstos, a su vez, provocan perturbaciones en <strong>el</strong> mercado de dinero.<br />

Sobre la base de la producción social, hay que determinar la medida en que estas<br />

operaciones, que sustraen fuerza de trabajo y medios de producción durante largo período<br />

de tiempo sin aportar durante este tiempo un producto ni un efecto útil, pueden realizarse<br />

sin dañar a las ramas de producción que, continuamente o varias veces al año, absorben<br />

fuerza de trabajo y medios de producción, pero suministrando a cambio de <strong>el</strong>lo medios de<br />

producción y medios de vida. Lo mismo en la producción social que en la producción<br />

<strong>capital</strong>ista, los obreros que trabajan en ramas de producción con períodos cortos de trabajo<br />

sustraen durante poco tiempo productos sin reponer otros a cambio de <strong>el</strong>los, mientras que<br />

las ramas en que <strong>el</strong> período de trabajo sea largo estarán durante largo tiempo sustrayendo<br />

constantemente, antes de poder restituir. Esta circunstancia depende, por tanto, de las<br />

condiciones materiales d<strong>el</strong> proceso de trabajo correspondiente, no de su forma social. En la<br />

producción social, <strong>el</strong> <strong>capital</strong>–dinero desaparece. La sociedad se encarga de distribuir entre<br />

las diversas ramas la fuerza de trabajo y los medios de producción. Por mí, no hay ningún<br />

inconveniente en que los productores reciban bonos a cambio de los cuales puedan retirar<br />

de los fondos sociales de consumo cantidades proporcionales al tiempo de trabajo aportado<br />

por <strong>el</strong>los. Estos bonos no constituyen dinero. No entran en la circulación.<br />

Como vemos, en la medida en que la necesidad de <strong>capital</strong>–dinero nace de la<br />

duración d<strong>el</strong> período de trabajo, esta necesidad se halla determinada por dos circunstancias.<br />

Primera, que <strong>el</strong> dinero sea la forma que deba revestir todo <strong>capital</strong> individual (prescindiendo<br />

d<strong>el</strong> crédito) para convertirse en <strong>capital</strong> productivo, como así lo exige la esencia misma de la<br />

producción <strong>capital</strong>ista y de la producción de mercancías, en general. Segunda, la cuantía<br />

d<strong>el</strong> desembolso de dinero necesario nace d<strong>el</strong> hecho de que durante largo tiempo se sustraen<br />

constantemente a la sociedad fuerza de trabajo y medios de producción sin restituirle<br />

durante este tiempo un producto reversible a dinero. La primera circunstancia, la de que <strong>el</strong><br />

<strong>capital</strong> que ha de desembolsarse tiene que desembolsarse necesariamente en dinero, se<br />

mantiene en pie cualquiera que sea la forma de éste, ya se trate de dinero metálico, de<br />

dinero certifico, de signos de valor, etc. A la segunda circunstancia le es indiferente de todo<br />

punto <strong>el</strong> medio monetario o la forma en que se sustraigan a la producción trabajo, medios<br />

de producción y medios de vida sin restituir a la circulación un equivalente.<br />

Notas d<strong>el</strong> cap 18<br />

1. Tomado d<strong>el</strong> manuscrito II.

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