13.05.2013 Views

el-capital-ii

el-capital-ii

el-capital-ii

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

equiere la acción d<strong>el</strong> hombre ni d<strong>el</strong> <strong>capital</strong>. E incluso allí donde los bosques se replantean<br />

artificialmente, la inversión de energías humanas y de <strong>capital</strong> es insignificante, en<br />

comparación con la acción de las fuerzas naturales. Además, los bosques crecen en terrenos<br />

y situaciones donde ya no se da <strong>el</strong> trigo o donde la producción de cereales no es ya<br />

rentable. Por otra parte los cultivos forestales exigen, para una explotación normal..., una<br />

superficie mayor que los cultivos de cereales, ya que en parc<strong>el</strong>as pequeñas no es posible<br />

abordar debidamente <strong>el</strong> cultivo forestal, se pierden casi siempre las posibilidades de<br />

empleos accesorios, resulta más difícil organizar la protección d<strong>el</strong> bosque, etc. Pero <strong>el</strong><br />

proceso de producción se halla sujeto a un período de tiempo tan largo, que excede de los<br />

posibles planes de una economía privada, y a veces incluso de la vida de un hombre. El<br />

<strong>capital</strong> invertido para adquirir <strong>el</strong> terreno que ha de destinarse a bosque [en un régimen de<br />

producción colectiva este <strong>capital</strong> no existe y sólo se plantea <strong>el</strong> problema de saber qué<br />

cantidad de terreno podrá sustraer la colectividad a la agricultura y a los pastos para<br />

destinarlo a bosque] no rinde frutos rentables hasta pasado mucho tiempo y sólo refluye<br />

parcialmente, no recuperándose en su totalidad sino en plazos que en ciertas clases de<br />

árboles pueden ser hasta de ciento cincuenta años. Además, la producción forestal<br />

continuada requiere, a su vez, una reserva de madera viva, que representa diez y hasta<br />

cuarenta veces <strong>el</strong> rendimiento anual. Por eso quien, poseyendo grandes extensiones de<br />

bosque, no dispone sin embargo de otros ingresos, no puede organizar una explotación<br />

forestal en forma”. (Kirchhof, p. 58.)<br />

El largo período de producción (que incluye un período r<strong>el</strong>ativamente corto de trabajo),<br />

y por tanto la larga duración de sus períodos de rotación, hace de los cultivos forestales una<br />

base de inversión poco favorable para una empresa privada y, por consiguiente, <strong>capital</strong>ista,<br />

la cual no perderá este carácter aunque en vez d<strong>el</strong> <strong>capital</strong>ista individual la regente una<br />

sociedad <strong>capital</strong>ista. En general, <strong>el</strong> desarrollo de la cultura y de la industria se ha traducido<br />

siempre en la tendencia c<strong>el</strong>osa a destruir los bosques y todo lo que se ha intentado para la<br />

conservación y producción de la riqueza forestal representa un factor verdaderamente<br />

insignificante al lado de aqu<strong>el</strong>la tendencia.<br />

En <strong>el</strong> pasaje de Kirchhof citado más arriba merecen destacarse las siguientes palabras:<br />

“Además, la producción forestal continuada requiere, a su vez, una reserva de madera viva,<br />

que representa diez y hasta cuarenta veces <strong>el</strong> rendimiento anual.” Por tanto, una sola<br />

rotación cada diez o cada cuarenta años.<br />

Otro tanto ocurre con la ganadería. Una parte d<strong>el</strong> rebaño (reserva de ganado) permanece<br />

en <strong>el</strong> proceso de producción, mientras que otra parte se vende como producto anual. Aquí,<br />

sólo se recupera anualmente una parte d<strong>el</strong> <strong>capital</strong>, como acontece con <strong>el</strong> <strong>capital</strong> fijo,<br />

maquinaria, ganado de labor, etc. Aunque este <strong>capital</strong> se estanca por largo tiempo en <strong>el</strong><br />

proceso de producción, prolongando así la rotación d<strong>el</strong> <strong>capital</strong> en su conjunto, no<br />

constituye <strong>capital</strong> fijo, en <strong>el</strong> sentido categórico de la palabra.<br />

Lo que aquí se llaman reservas –una determinada cantidad de madera o ganado vivos–<br />

se halla r<strong>el</strong>ativamente dentro d<strong>el</strong> proceso de producción (como medios de trabajo y material<br />

de trabajo al mismo tiempo); con arreglo a las condiciones naturales de su reproducción, en<br />

una economía ordenada, deberá hallarse siempre una parte considerable de <strong>el</strong>las bajo esta<br />

forma.<br />

De modo parecido repercute sobre la rotación d<strong>el</strong> <strong>capital</strong> otra clase de reservas que sólo<br />

constituye un <strong>capital</strong> productivo potencial, pero que, por la naturaleza de la explotación,<br />

necesita acumularse en cantidades más o menos grandes y, por tanto, desembolsarse en la

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!