el-capital-ii
el-capital-ii
el-capital-ii
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
partida (siendo indiferente, para estos efectos, <strong>el</strong> que <strong>el</strong> dinero le pertenezca a él mismo o lo tome a préstamo<br />
de otro), excluye como vemos, de una vez para siempre, la hipótesis de que los 200 IIc (d) se conviertan en<br />
dinero mediante <strong>el</strong> dinero desembolsado por I.<br />
2) Reposición d<strong>el</strong> Capital fijo en especie<br />
Descartada la hipótesis que acabamos de examinar sólo quedan las posibilidades que, aparte de la<br />
reposición d<strong>el</strong> desgaste en dinero, incluyen la reposición en especie d<strong>el</strong> <strong>capital</strong> fijo completamente agotado.<br />
Antes, dábamos por supuesto:<br />
a) que las 1,000 libras esterlinas pagadas en concepto de salario por I eran invertidas por los obreros<br />
en IIc, es decir, que se gastaban en comprar medios de consumo.<br />
Cuando decimos que aquí las 1,000 libras esterlinas son desembolsadas por I en dinero, no hacemos<br />
más que consignar un hecho. Los salarios deben abonarse en dinero por los respectivos productores<br />
<strong>capital</strong>istas; este dinero es invertido luego por los obreros en medios de vida y sirve, por su parte, a los<br />
vendedores de éstos como medio de circulación para convertir su <strong>capital</strong> constante de <strong>capital</strong>–mercancías en<br />
<strong>capital</strong> productivo. Es cierto que tiene que pasar por muchos canales (tenderos, propietarios de casas,<br />
recaudadores de contribuciones, obreros improductivos tales como médicos, etc., que los mismos obreros<br />
necesitan) y que, por tanto, sólo en parte refluye directamente de manos de los obreros de I a manos d<strong>el</strong> sector<br />
<strong>capital</strong>ista II. Puede ocurrir que <strong>el</strong> flujo de este dinero se estanque más o menos, lo cual exige nuevas reservas<br />
de dinero por parte de los <strong>capital</strong>istas. Todo esto no nos interesa para <strong>el</strong> estudio de esta forma fundamental.<br />
b) Se daba por supuesto que, de una parte, I desembolsaba otras 400 libras esterlinas en dinero para<br />
comprar mercancías a II, dinero que refluía a él, d<strong>el</strong> mismo modo que, por otra parte, II desembolsaba en<br />
dinero otras 400 libras esterlinas para comprar mercancías a I, volviendo a refluír a él <strong>el</strong> mismo dinero. Hay<br />
que partir de este supuesto, ya que <strong>el</strong> supuesto contrario, o sea, <strong>el</strong> de que <strong>el</strong> sector <strong>capital</strong>ista I o <strong>el</strong> sector<br />
<strong>capital</strong>ista II lanza a la circulación unilateralmente <strong>el</strong> dinero necesario para <strong>el</strong> cambio de mercancías, sería<br />
arbitrario. Y como en <strong>el</strong> apartado anterior 1) ha quedado demostrado que debe rechazarse como absurda la<br />
hipótesis según la cual I lanza a la circulación dinero complementario para convertir en dinero los 200 Ic (d),<br />
parece como si sólo quedase ya la hipótesis aún más absurda de que es <strong>el</strong> mismo II quien lanza a la<br />
circulación <strong>el</strong> dinero con que se realiza la parte de valor de la mercancía llamada a reponer <strong>el</strong> desgaste d<strong>el</strong><br />
<strong>capital</strong> fijo. Por ejemplo, la parte de valor que la máquina de hilar d<strong>el</strong> señor X pierde en la producción<br />
reaparece como parte de valor d<strong>el</strong> hilado; por donde lo que su máquina de hilar pierde por una parte de su<br />
valor, como desgaste, se acumula por otra parte en <strong>el</strong>la como dinero. X puede ahora, por ejemplo, comprar<br />
200 libras esterlinas de algodón a Y, lanzando así a la circulación 200 libras esterlinas en dinero, Y le compra<br />
hilados con las mismas 200 libras esterlinas, las cuales sirven ahora a X como fondo para reponer <strong>el</strong> desgaste<br />
de la máquina de hilar. El resultado de todo esto no sería otro sino <strong>el</strong> que X prescindiendo de su producción,<br />
de su producto y de la venta de éste, se reserva in petto (32) 200 libras esterlinas para resarcirse a sí mismo la<br />
pérdida de valor de su máquina de hilar, con lo cual además de la pérdida de valor de su máquina, equivalente<br />
a 200 libras esterlinas, tendría que poner todos los años otras 200 libras en dinero de su bolsillo para<br />
encontrarse al final en condiciones de poder comprar una máquina nueva.<br />
Pero <strong>el</strong> absurdo de todo esto salta a la vista. El sector II está formado por <strong>capital</strong>istas cuyo <strong>capital</strong><br />
fijo tiene plazos de reproducción completamente distintos. Para unos, <strong>el</strong> plazo se cumple en <strong>el</strong> momento en<br />
que ha de ser repuesto en especie. Para otros, <strong>el</strong> plazo se halla más o menos alejado de este momento; todos<br />
los de la segunda clase coinciden en que su <strong>capital</strong> fijo no se reproduce de un modo efectivo, es decir, no se<br />
renueva en especie o mediante un ejemplar d<strong>el</strong> mismo género, sino que su valor va acumulándose<br />
sucesivamente en dinero. Los primeros se encuentran exactamente (o bien parcialmente, cosa que aquí no<br />
interesa) en la misma situación que al iniciar <strong>el</strong> negocio, en que salieron al mercado con un <strong>capital</strong> en dinero<br />
para invertirlo, de una parte, en <strong>capital</strong> constante (fijo y circulante) y de otra parte en <strong>capital</strong> variable, o sea,<br />
en fuerza de trabajo. Ahora se ven en la necesidad de lanzar de nueva cuenta a la circulación este <strong>capital</strong>–<br />
dinero, es decir, lo mismo <strong>el</strong> valor d<strong>el</strong> <strong>capital</strong> fijo constante que <strong>el</strong> d<strong>el</strong> <strong>capital</strong> circulante y <strong>el</strong> variable.<br />
Si partimos, pues, d<strong>el</strong> supuesto de que de las 400 libras esterlinas que <strong>el</strong> sector <strong>capital</strong>ista II lanza a<br />
la circulación para <strong>el</strong> cambio con <strong>el</strong> sector I, la mitad proviene de aqu<strong>el</strong>los <strong>capital</strong>istas d<strong>el</strong> sector II que no<br />
sólo tienen que renovar en especie, con sus mercancías, sus medios de producción que forman parte d<strong>el</strong><br />
<strong>capital</strong> circulante, sino además, con su dinero, su <strong>capital</strong> fijo, mientras que la otra mitad de los <strong>capital</strong>istas d<strong>el</strong><br />
sector II sólo repone en especie, con su dinero, la parte circulante de su <strong>capital</strong> constante, pero no su <strong>capital</strong><br />
fijo, no habrá absolutamente nada contradictorio en <strong>el</strong> hecho de que las 400 libras esterlinas que refluyen (que<br />
refluyen tan pronto como I las invierta en comprar medios de consumo) se repartan en distintas proporciones<br />
entre estas dos categorías d<strong>el</strong> sector II. Estas 400 libras esterlinas refluyen al sector II, pero no retornan a las