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el-capital-ii

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De esto como d<strong>el</strong> restante carácter fortuito de los trabajos de reparación de las<br />

máquinas se desprende lo que sigue:<br />

Por un lado, la verdadera inversión de fuerza de trabajo y medios de trabajo para los<br />

trabajos de reparación es algo fortuito, como las circunstancias mismas que hacen<br />

necesarias estas reparaciones; <strong>el</strong> volumen de las reparaciones necesarias se distribuye por<br />

partes desiguales entre los distintos períodos de vida d<strong>el</strong> <strong>capital</strong> fijo. De otro lado, cuando<br />

se calcula <strong>el</strong> tiempo medio de vida d<strong>el</strong> <strong>capital</strong> fijo, se parte d<strong>el</strong> supuesto de que se halla<br />

contantemente en condiciones de funcionar, manteniéndose en este estado en parte<br />

mediante su limpieza (en la que se incluye también la limpieza de los locales) y, en parte,<br />

mediante las reparaciones, efectuadas con la frecuencia necesaria. La transferencia de valor<br />

por <strong>el</strong> desgaste d<strong>el</strong> <strong>capital</strong> fijo se calcula a base d<strong>el</strong> período medio de vida de éste, y a su<br />

vez este período medio de vida se calcula partiendo d<strong>el</strong> supuesto de que se desembolsa<br />

constantemente <strong>el</strong> <strong>capital</strong> adicional necesario para mantener aquél en estado de funcionar.<br />

Por otra parte, no es menos evidente que <strong>el</strong> valor añadido por esta inversión<br />

adicional de <strong>capital</strong> y trabajo no puede entrar en <strong>el</strong> precio de las mercancías al mismo<br />

tiempo que la inversión real. Un hilandero, por ejemplo, no puede vender esta semana su<br />

hilado más caro que la semana anterior porque se le haya roto una rueda o se le haya<br />

reventado una correa de su aparato de hilar. Los gastos generales de la hilandería no varían<br />

en modo alguno por <strong>el</strong> hecho de que en determinada fábrica de hilados se produzca este<br />

accidente. Lo que vale, en este caso, como en todos los casos de determinación d<strong>el</strong> valor, es<br />

<strong>el</strong> promedio. La experiencia se encarga de señalar <strong>el</strong> volumen medio de estos accidentes y<br />

de los trabajos de conservación y reparación necesarios durante <strong>el</strong> período medio de vida<br />

d<strong>el</strong> <strong>capital</strong> fijo invertido en una determinada rama industrial. Estos desembolsos medios se<br />

distribuyen entre <strong>el</strong> período medio de vida d<strong>el</strong> <strong>capital</strong> fijo y se imputan en sus<br />

correspondientes partes alícuotas al precio d<strong>el</strong> producto, reponiéndose, por tanto, mediante<br />

la venta de éste.<br />

El <strong>capital</strong> adicional que se repone de este modo figura entre <strong>el</strong> <strong>capital</strong> circulante,<br />

aunque <strong>el</strong> tipo de inversión sea irregular. Como es importantísimo reparar inmediatamente<br />

las averías de la maquinaria, toda fábrica importante cuenta con <strong>el</strong> personal necesario para<br />

<strong>el</strong>lo, agregado a su personal obrero, con los ingenieros, los carpinteros, cerrajeros,<br />

mecánicos, etc., indispensables para ésos trabajos de reparación. Sus salarios forman parte<br />

d<strong>el</strong> <strong>capital</strong> variable y <strong>el</strong> valor de su trabajo se distribuye entre <strong>el</strong> producto. Por su parte, los<br />

gastos que imponen los medios de producción se determinan con arreglo a aqu<strong>el</strong> cálculo<br />

medio y, a base de este cálculo, entran a formar constantemente parte d<strong>el</strong> valor d<strong>el</strong><br />

producto, aunque de hecho se desembolsen en períodos irregulares, incorporándose, por<br />

tanto, al producto o al <strong>capital</strong> fijo en períodos irregulares también. Este <strong>capital</strong> invertido en<br />

verdaderas reparaciones constituye en ciertos respectos un <strong>capital</strong> de tipo especial, que no<br />

puede incluirse ni en <strong>el</strong> <strong>capital</strong> circulante ni en <strong>el</strong> <strong>capital</strong> fijo, aunque encaja más bien<br />

dentro d<strong>el</strong> primer concepto, por destinarse a cubrir gastos corrientes.<br />

El tipo de contabilidad que se lleve no altera en nada, naturalmente, la realidad de<br />

las cosas asentadas en los libros. Conviene, sin embargo, advertir que, en muchas ramas<br />

industriales, es costumbre englobar los gastos de reparaciones con <strong>el</strong> desgaste efectivo d<strong>el</strong><br />

<strong>capital</strong> fijo, d<strong>el</strong> siguiente modo. Supongamos que <strong>el</strong> <strong>capital</strong> fijo desembolsado ascienda a<br />

10,000 libras esterlinas y que su período de vida sea de 15 años; según esto, <strong>el</strong> desgaste<br />

anual será de 666 2/3 libras esterlinas. Ahora bien, <strong>el</strong> desgaste sólo se calcula por diez años;<br />

es decir, se añaden todos los años 1,000 libras esterlinas al precio de las mercancías

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