el-capital-ii
el-capital-ii
el-capital-ii
You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
y cuarta. De otro lado, estos productos se enumeran indudablemente como incorporados al<br />
<strong>capital</strong> productivo y, por tanto, como <strong>el</strong>ementos d<strong>el</strong> mismo también en manos d<strong>el</strong><br />
productor. La confusión resalta en <strong>el</strong> hecho de que se los señale en parte como productos<br />
que funcionan en manos de los productores (“en poder de los agricultores, de los<br />
manufactureros, etc.”) y en parte como productos que se hallan en manos de comerciantes<br />
(“merceros pañeros, madereros”), donde son simple <strong>capital</strong> –mercancías y no <strong>el</strong>ementos d<strong>el</strong><br />
<strong>capital</strong> productivo.<br />
En realidad, A. Smith, al enumerar aquí los <strong>el</strong>ementos d<strong>el</strong> <strong>capital</strong> circulante olvida<br />
totalmente la distinción entre <strong>el</strong> <strong>capital</strong> circulante y <strong>el</strong> <strong>capital</strong> fijo, que sólo rige para <strong>el</strong><br />
<strong>capital</strong> productivo. Lo que hace es contraponer <strong>el</strong> <strong>capital</strong>–mercancias y <strong>el</strong> <strong>capital</strong>–dinero, es<br />
decir las dos formas d<strong>el</strong> <strong>capital</strong> encuadradas en <strong>el</strong> proceso de circulación. al <strong>capital</strong><br />
productivo, y esto lo hace, además, inconscientemente.<br />
Por último, es sorprendente que A. Smith, al enumerar los <strong>el</strong>ementos d<strong>el</strong> <strong>capital</strong><br />
circulante, olvide la fuerza de trabajo. Y la olvida por una doble razón.<br />
Acabamos de ver que, prescindiendo d<strong>el</strong> <strong>capital</strong>–dinero, <strong>el</strong> <strong>capital</strong> circulante no es<br />
más que otro modo de expresar <strong>el</strong> <strong>capital</strong>–mercancías. La fuerza de trabajo, mientras<br />
circula en <strong>el</strong> mercado, no es <strong>capital</strong>, no constituye ninguna forma d<strong>el</strong> <strong>capital</strong>–mercancías.<br />
No es <strong>capital</strong> de ninguna clase; <strong>el</strong> obrero no es ningún <strong>capital</strong>ista, aunque aporte al mercado<br />
una mercancía, su propia pi<strong>el</strong>. Sólo a partir d<strong>el</strong> momento en que se vende, en que se<br />
incorpora al proceso de producción es decir, a partir d<strong>el</strong> momento en que deja de circular<br />
como mercancía–, se convierte la fuerza de trabajo en parte integrante d<strong>el</strong> <strong>capital</strong><br />
productivo d<strong>el</strong> <strong>capital</strong> variable, considerada como fuente de la plusvalía, de la parte<br />
circulante d<strong>el</strong> <strong>capital</strong> productivo, con respecto a la rotación d<strong>el</strong> valor–<strong>capital</strong> invertido en<br />
<strong>el</strong>la. Y como A. Smith confunde aquí <strong>el</strong> <strong>capital</strong>–mercancias, no puede incluir la fuerza de<br />
trabajo bajo su rúbrica d<strong>el</strong> <strong>capital</strong> circulante. Por eso <strong>el</strong> <strong>capital</strong> variable aparece aquí,<br />
además, bajo la forma de las mercancías que <strong>el</strong> obrero compra con su salario bajo la forma<br />
de los medios de vida. Es bajo esta forma como se quiere que <strong>el</strong> valor–<strong>capital</strong> invertido en<br />
salarios figure entre <strong>el</strong> <strong>capital</strong> circulante. Pero lo que se incorpora al proceso de producción<br />
es la fuerza de trabajo, <strong>el</strong> obrero mismo, no los medios de vida con que se sustenta <strong>el</strong><br />
obrero. Es cierto que, como hemos visto más arriba (libro I, cap. XXI [p. 513]), desde un<br />
punto de vista social la reproducción d<strong>el</strong> propio obrero por medio de su consumo individual<br />
forma también parte d<strong>el</strong> proceso de reproducción d<strong>el</strong> <strong>capital</strong> social. Pero esto no es aplicable<br />
a cada proceso de producción considerado de por sí, que es lo que aquí investigamos:.<br />
Las acquired and useful abilities (15) (p. 255) que A. Smith enumera bajo la rúbrica d<strong>el</strong><br />
<strong>capital</strong> fijo, forman por <strong>el</strong> contrario parte d<strong>el</strong> <strong>capital</strong> circulante, siempre y cuando que se<br />
trate de abilities d<strong>el</strong> obrero asalariado y que éste venda su trabajo juntamente con sus<br />
abilities.<br />
A. Smith incurre en un gran error al dividir toda la riqueza social en: 1° <strong>el</strong> fondo de<br />
consumo inmediato, 2° <strong>el</strong> <strong>capital</strong> fijo y 3° <strong>el</strong> <strong>capital</strong> circulante. Según esto, la riqueza<br />
debiera dividirse en dos partes: 1° <strong>el</strong> fondo de consumo. que no forma parte d<strong>el</strong> <strong>capital</strong><br />
social en funciones, aunque algunas partes de él puedan funcionar constantemente como<br />
<strong>capital</strong>, y 2° <strong>el</strong> <strong>capital</strong>. Una parte de la riqueza actúa aquí como <strong>capital</strong>, la otra parte como<br />
no <strong>capital</strong> o como fondo de consumo. Así planteada la cosa, se ve que todo <strong>capital</strong> se halla<br />
ante la in<strong>el</strong>udible necesidad de ser o fijo o circulante, d<strong>el</strong> mismo modo que todo animal<br />
mamífero se halla ante la necesidad, impuesta por la naturaleza, de ser macho o hembra.<br />
Sin embargo, ya hemos visto que la distinción entre las dos categorías de fijo y circulante