13.05.2013 Views

el-capital-ii

el-capital-ii

el-capital-ii

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

“producción carente de planes”; pero lo esencial que se encierra en estas expresiones<br />

aparece claramente destacado en él (p. 168). ¡Con qué facilidad <strong>el</strong> romántico moderno<br />

revive al romántico de tiempos pasados! Todo <strong>el</strong> problema se reduce a una distinción de<br />

palabra. Lo que en realidad ocurre es que Efrussi no entiende las palabras que repite.<br />

“Anarquía de la producción”, “producción carente de plan:” ¿qué significan estas<br />

expresiones? La contradicción entre <strong>el</strong> carácter social de la producción y <strong>el</strong> carácter<br />

individual de la apropiación. Pues bien, a cualquiera que conozca la literatura económica<br />

analizada se le puede preguntar: ¿es que Sismondi o Rodbertus reconocen esta<br />

contradicción? ¿acaso derivan de <strong>el</strong>la las crisis? No, no lo hacen ni podían hacerlo, pues<br />

ninguno de <strong>el</strong>los comprende en modo alguno esta contradicción. No se les ocurría ni<br />

siquiera pensar que la crítica d<strong>el</strong> <strong>capital</strong>ismo no se basa en frases sobre <strong>el</strong> bienestar general<br />

l0 o la falsedad de una “circulación confiada a sí misma”, 11 sino que es necesario tomar<br />

como base <strong>el</strong> carácter que informa <strong>el</strong> desarrollo de las r<strong>el</strong>aciones de producción.<br />

Nos damos perfecta cuenta de por qué nuestros románticos rusos hacen tantos<br />

esfuerzos por esfumar la diferencia entre las dos indicadas teorías sobre las crisis. Lo hacen<br />

porque a estas teorías van asociadas d<strong>el</strong> modo más intimo y directo actitudes<br />

fundamentalmente distintas ante <strong>el</strong> problema d<strong>el</strong> <strong>capital</strong>ismo. En efecto, sí explicamos las<br />

crisis por la imposibilidad de realizar los productos, por la contradicción entre la<br />

producción y <strong>el</strong> consumo, llegamos por este camino a la negación de la realidad, de la<br />

conveniencia d<strong>el</strong> camino seguido por <strong>el</strong> <strong>capital</strong>ismo, consideramos éste como un “camino<br />

falso”, lo que nos obliga a buscar “otros caminos”. Sí derivamos las crisis de esta<br />

contradicción, tenemos que admitir que cuanto más se desarrolle la contradicción, más<br />

difícil es encontrarle una salida. Y ya hemos visto con cuánta ingenuidad expresaba<br />

Sismondi este punto de vista, al decir que <strong>el</strong> <strong>capital</strong>ismo era todavía soportable cuando <strong>el</strong><br />

<strong>capital</strong> se acumulaba lentamente, pero que se convertía en insoportable cuando la<br />

acumulación se desarrollaba con gran rapidez. Por <strong>el</strong> contrario, si explicamos las crisis por<br />

la contradicción entre <strong>el</strong> carácter social de la producción y <strong>el</strong> carácter individual de la<br />

apropiación, reconocemos con <strong>el</strong>lo la realidad y <strong>el</strong> carácter progresivo d<strong>el</strong> camino<br />

<strong>capital</strong>ista, rechazando como un romanticismo absurdo todo intento de buscar “otros<br />

caminos”. Reconocemos con <strong>el</strong>lo que cuanto más se desarrolla esta contradicción más fácil<br />

es encontrarle una salida, y que la salida está precisamente en <strong>el</strong> desarrollo d<strong>el</strong> orden<br />

económico establecido.<br />

Como ve <strong>el</strong> lector, también aquí nos encontramos con diferentes “puntos de vista”...<br />

Es absolutamente natural que nuestros románticos busquen confirmaciones teóricas<br />

para sus ideas. Es absolutamente natural también que vayan a buscarlas a la vieja pacotilla<br />

desterrada desde hace ya mucho tiempo por los economistas de la Europa occidental. Y<br />

como se dan cuenta de <strong>el</strong>lo proceden de un modo absolutamente lógico al intentar restaurar<br />

esta pacotilla, pintando con b<strong>el</strong>los colores a los románticos d<strong>el</strong> occidente de Europa o<br />

pasando de contrabando <strong>el</strong> romanticismo bajo la bandera de citas inadecuadas y<br />

desencajadas de su sitio. Pero se equivocan de medio a medio sí creen que este contrabando<br />

pasará inadvertido.<br />

Después de terminar con la exposición de la doctrina teórica fundamental de<br />

Sismondi y con las conclusiones teóricas principales que saca de <strong>el</strong>la, tenemos que añadir<br />

aún algunas palabras, que se refieren también a Efrussi. En su segundo artículo sobre

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!