13.05.2013 Views

el-capital-ii

el-capital-ii

el-capital-ii

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

dependa d<strong>el</strong> valor de los medios de vida necesarios para <strong>el</strong> sustento d<strong>el</strong> obrero, siendo, por<br />

tanto, igual al trabajo necesario para la reproducción de sus propias condiciones de vida, es<br />

característico de esta mercancía (de la fuerza de trabajo), pero no más característico que <strong>el</strong><br />

hecho de que <strong>el</strong> valor d<strong>el</strong> ganado de carga se determine por <strong>el</strong> valor de los medios de vida<br />

necesarios para su sustento y, consiguientemente, por la masa d<strong>el</strong> trabajo humano necesario<br />

para producirlos.<br />

Lo que causa en A. Smith todo este desaguisado es la categoría “renta”. Las<br />

diversas clases de rentas forman, según él las comporent parts, las partes integrantes d<strong>el</strong><br />

nuevo valor de las mercancías producido anualmente, mientras que, por <strong>el</strong> contrario, las dos<br />

partes en que este valor de las mercancías se descompone para <strong>el</strong> <strong>capital</strong>ista –<strong>el</strong><br />

equivalente de su <strong>capital</strong> variable ad<strong>el</strong>antado en forma de dinero al comprar la fuerza de<br />

trabajo y la otra parte de valor que le pertenece también a él pero que no le ha costado nada,<br />

o sea la plusvalía– constituyen fuentes de rentas. El equivalente d<strong>el</strong> <strong>capital</strong> variable se<br />

ad<strong>el</strong>anta de nuevo al invertirse en fuerza de trabajo y, en este sentido constituye una renta<br />

para <strong>el</strong> obrero bajo la forma d<strong>el</strong> salario; la otra parte –la plusvalía–, como no tiene que<br />

resarcirse ningún <strong>capital</strong> ad<strong>el</strong>antado por <strong>el</strong> <strong>capital</strong>ista, puede ser invertida por éste en<br />

medios de consumo –medios de consumo necesarios y de lujo–, puede ser gastada como<br />

renta, en vez de constituir valor–<strong>capital</strong> de ninguna clase. Esta renta tiene como premisa <strong>el</strong><br />

propio valor de las mercancías, y sus partes integrantes sólo se distinguen, para <strong>el</strong><br />

<strong>capital</strong>ista, en cuanto son, o bien <strong>el</strong> equivalente de o <strong>el</strong> remanente sobre <strong>el</strong> valor d<strong>el</strong> <strong>capital</strong><br />

variable ad<strong>el</strong>antado por él. Ambas consisten exclusivamente en fuerza de trabajo aplicada<br />

durante la producción de mercancías, puesta en acción como trabajo. Consisten en un gasto,<br />

no en un ingreso o en una renta: en un gasto de trabajo.<br />

Después de este quid pro quo, en que la renta se convierte en la fuente d<strong>el</strong> valor de<br />

las mercancías y no éste en fuente de renta, <strong>el</strong> valor de las mercancías se presenta como<br />

“integrado” por las diversas clases de rentas, las cuales aparecen como determinadas<br />

independientemente las unas de las otras, siendo <strong>el</strong> valor total de la mercancía la suma d<strong>el</strong><br />

volumen de valor de estas rentas. Ahora bien; ¿cómo se determina <strong>el</strong> valor de cada una de<br />

estas rentas que en conjunto forman <strong>el</strong> valor de las mercancías? En <strong>el</strong> salario, es posible<br />

hacerlo, ya que <strong>el</strong> salario constituye <strong>el</strong> valor de su mercancía, de la fuerza de trabajo, y este<br />

se determina (como <strong>el</strong> valor de cualquier otra mercancía) por <strong>el</strong> trabajo necesario para la<br />

reproducción de ésta. Pero, ¿cómo se puede determinar la plusvalía, o mejor dicho, en A.<br />

Smith, sus dos formas, la ganancia y la renta d<strong>el</strong> su<strong>el</strong>o? Al llegar aquí, todo se convierte en<br />

vacua charlatanería. A. Smith tan pronto presenta <strong>el</strong> salario y la plusvalía (o bien <strong>el</strong> salario<br />

y la ganancia) como las partes integrantes que forman <strong>el</strong> valor de las mercancías o <strong>el</strong><br />

precio, y tan pronto, y a veces casi en la misma alentada, de cada una de estas rentas que en<br />

conjunto forman <strong>el</strong> valor de las mercancías; lo que, a la inversa, quiere decir que <strong>el</strong> valor de<br />

la mercancía es la premisa de la que hay que partir y que diversas partes de este valor dado<br />

corresponden, bajo la forma de diversas rentas, a las diversas personas interesadas en <strong>el</strong><br />

proceso de producción. Y esto no es idéntico, ni mucho menos, a la tesis de que <strong>el</strong> valor se<br />

halla formado por estas tres “partes integrantes”. Si determinamos la magnitud de tres<br />

líneas rectas distintas, cada una de por sí, y luego, partiendo de estas tres líneas como<br />

“partes integrantes”, trazamos una cuarta línea recta igual en magnitud a la suma de las<br />

tres, no es lo mismo, ni mucho menos, que si, partiendo de una línea recta dada, la<br />

dividimos con cualquier motivo, la “descomponemos”, para emplear <strong>el</strong> mismo término, en

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!