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Termodinamica - Cengel 7th - espanhol

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FLUJO COMPRESIBLE

FIGURA 17-38

Imagen de Schlieren de un modelo

pequeño del transbordador espacial

Orbiter que es probado a una velocidad

de Mach 3 en el túnel de viento

supersónico del laboratorio Penn State

Gas Dynamics. Algunos choques oblicuos

se pueden observar en el aire que

rodea a la nave.

Fotografía de G. S. Settles, Penn State University.

Utilizado con autorización.

Choque

oblicuo

Ma 1

Ma 2

Ma 1 b

FIGURA 17-39

Un choque oblicuo con un ángulo de

choque b formado por una cuña bidimensional

delgada la mitad de cuyo

ángulo es igual a d. El flujo es desviado

a un ángulo de deflexión u corriente

abajo del choque, y el número de

Mach disminuye en el choque.

d

u

Choques oblicuos

No todas las ondas de choque son choque normales (perpendiculares a la

dirección del flujo). Por ejemplo, cuando el transbordador espacial vuela a

velocidades supersónicas a través de la atmósfera terrestre, genera un complicado

patrón de choques que consiste en ondas de choque inclinadas llamadas

choques oblicuos (Fig. 17-38). Según se puede observar, algunas partes del

choque oblicuo están curvadas, mientras que otras son rectas.

Primero, considere los choques oblicuos rectos, como aquellos que se

generan cuando un flujo uniforme supersónico (Ma 1 1) incide sobre una

cuña delgada bidimensional la mitad de cuyo ángulo es d (Fig. 17-39). Puesto

que la información con respecto a la cuña no puede viajar corriente arriba en

un flujo supersónico, el fluido “no sabe” nada con respecto a la cuña hasta

que impacta en la nariz. Justo en ese punto, debido a que no puede fluir a través

de la cuña, el fluido de repente gira a un ángulo llamado ángulo de giro o

ángulo de deflexión u. El resultado es una onda de choque oblicuo recta, alineada

con el ángulo de choque o el ángulo de onda b, medido con relación

al flujo entrante (Fig. 17-40). Para conservar la masa, es obvio que b debe

ser mayor que d. Considerando que el número de Reynolds para flujos supersónicos

es típicamente grande, la capa límite que crece a lo largo de la cuña

resulta muy angosta, por lo que sus efectos son insignificantes. Por lo tanto, el

flujo gira en el mismo ángulo que la cuña; es decir, el ángulo de deflexión u

es igual al ángulo de la cuña d. Si se toma en cuenta el efecto del espesor de

desplazamiento de la capa límite, el ángulo de deflexión u del choque oblicuo

se vuelve ligeramente mayor que el ángulo de la cuña d.

Al igual que sucede en los choques normales, el número de Mach disminuye

en el choque oblicuo y los choques oblicuos se presentan solamente si el

flujo corriente arriba es supersónico. Sin embargo, a diferencia de los choques

normales, en los que el número de Mach corriente abajo es siempre subsónico,

el Ma 2 corriente abajo de un choque oblicuo puede ser subsónico, sónico

o supersónico, dependiendo del número de Mach Ma 1 corriente arriba y del

ángulo de giro.

En la figura 17-40 se analiza un choque oblicuo recto descomponiendo

los vectores de velocidad corriente arriba y corriente abajo del choque en sus

componentes normales y tangenciales, y al considerar un pequeño volumen de

control alrededor del choque. Corriente arriba del choque, todas las propieda-

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