Cosmovisión mEsoAmERiCAnA - Universidad Mesoamericana
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iv - SilUetaS de la CoSMologÍa Y la Religión azteCaS, en la obRa de beRnal dÍaz del CaStillo<br />
El sacrificio humano era el fundamento de la ideología y la<br />
cosmología azteca y tiene raíces culturales muy antiguas. según<br />
los informantes de Bernardino de sahagún, 17 los dioses<br />
Tecuciztécatl (“El de la Tierra de Caracoles”) y Nanahuatzin, 18<br />
se reunieron en las tinieblas, en Teotihuacan, y decidieron<br />
crear los astros del mundo. 19 sus símbolos representan<br />
“nacimiento” y “generación”. Hicieron penitencias y ofrendas,<br />
y aunque uno de ellos dudó, finalmente ambos se arrojaron al<br />
fuego para que surgieran los astros. sin embargo, éstos no se<br />
movían sino permanecían inmóviles en el horizonte. Entonces<br />
los otros dioses se preguntaron si estaban muertos y necesitaban<br />
sangre para volverlos a la vida. Decidieron que su muerte era<br />
necesaria para que el sol resucitara. Ejécatl (el dios del viento,<br />
una de las manifestaciones de Quetzalcóatl) se encargó de<br />
matarlos a todos. En ese momento Tonatiuh (el sol) y Metztli<br />
(la luna) aparecieron encima de los dioses sacrificados,<br />
obtuvieron vida de su muerte y empezaron a recorrer su<br />
camino por el cielo. 20<br />
El marco ideológico de los aztecas promovió que la<br />
población aceptara que su destino era el mismo de sus dioses,<br />
sacrificarse para asegurarse que el sol saliera en el horizonte,<br />
pues aunque se sacrificaba principalmente a hombres, también<br />
incluían a mujeres y niños. Los jóvenes también debían<br />
conseguir cautivos para alimentar y ayudar al sol. Cuando un<br />
niño nacía, la partera tomaba funciones sacerdotales y al cortar<br />
el cordón umbilical le recitaba:<br />
Hijo mío muy amado […] sábete y entiende que no es<br />
aquí tu casa donde has nacido, porque eres soldado y<br />
criado; […] tu oficio es dar a beber al sol con sangre de<br />
los enemigos, y dar de comer a la tierra, que se llama<br />
Tlaltecutli, con los cuerpos de tus enemigos […] Tu propia<br />
tierra y tu heredad y tu padre, es la casa del sol, en el cielo<br />
[…] allí has de alabar y regocijar a nuestro señor el sol<br />
[…] Por ventura merecerás, y serás digno de morir en<br />
este lugar y recibir en él muerte florida. 21<br />
En la cita está claro que la función de un joven era conseguir<br />
cautivos para sacrificarlos al sol, pero ¿de dónde nacía la<br />
convicción de ofrecer la propia vida para alimentar al sol? Luego<br />
35 huitzilopochtli. Códice Azcatitlan.<br />
de una revisión de fuentes históricas, Jacques soustelle lo<br />
resume de la siguiente manera:<br />
El mundo azteca no era un gran lugar para el hombre.<br />
Éste no tiene morada en el Universo. No viene al mundo<br />
sino para desempeñar fielmente la misión que le ha sido<br />
asignada: como actor y víctima […] Su vida le viene del<br />
cielo, de la pareja primordial, y no se le da sino para que<br />
pueda a su vez, después de generaciones que le precedieron,<br />
pagar su deuda de sangre […] aparece en el mundo<br />
inestable y amenazado, en donde su actividad personal,<br />
deseos y voluntad cuentan poco frente a la influencia<br />
soberana que ejerce sobre su destino el mecanismo del<br />
tonalamatl. 22 Si nace en una fecha desfavorable puede<br />
contravenir su destino mediante penitencias continuas<br />
pero es muy difícil eludir el camino que se le ha trazado<br />
desde el inicio de su existencia terrenal. 23<br />
17 Sahagún, Tomo II: 256.<br />
18 Se le concebía como un dios sifilítico y doble de Quetzalcóatl. (Soustelle, 1996: 177).<br />
19 Según otra interpretación, luego de su autoinmolación Nanahuatzin y Tecucisztécatl se convirtieron en el sol y la luna.<br />
(Florescano, 1988; Porro Gutiérrez, 1996: 36).<br />
20 Soustelle, 1996: 108.<br />
21 Sahagún, Libro VI, Cap. XXXI, pág. 384.<br />
22 Tonalamatl: Calendario sagrado de 260 días. La persona nacía acompañada de un nahual y su día de nacimiento<br />
pronosticaba su carácter y destino.<br />
23 Soustelle, 1959: 60.<br />
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