PATRIMONIO ALIMENTARIO DE CHILE

PRODUCTOS SILVESTRES
LOYO
color rojo-burdeo, de forma redondeada cuando joven
y convexo al envejecer, con una textura lisa y seca. La
cara inferior del sombrero es de color amarillo cuando
inmaduro, tornándose verde con tintes azules al envejecer
(Furci, 1977). María Fresia lo describe como
forma de sombrero, de textura suave, que puede llegar
a medir 25 cm de diámetro por 20 cm de alto. “A veces
pesan hasta más de 3 kg”.
Foto de Patricio Chung
ORIGEN
El loyo (Boletus loyo) es un hongo nativo de la zona
centro-sur y austral de Chile (Furci, 2007). Era consumido
por los mapuches; la palabra loyo significa “estar
aparragado”, pegado al suelo, y se refiere a unas callampas
grandes coloradas comestibles, que crecen a la
sombra de los coihues (Lenz, 1910).
María Fresia Antileo, de Cuyinpalihue, Cañete,
cuenta que es un hongo que se consume bastante en
estos últimos años en la zona, porque la gente lo conoce
más y sabe cómo prepararlo, aunque indica que
actualmente el producto es más escaso que antes, por
la mayor presencia de plantaciones exóticas.
DESCRIPCIÓN
Este hongo es fácilmente distinguible por su enorme
tamaño y sus llamativos colores. Tiene un sombrero de
FORMA DE RECOLECCIÓN
María Fresia indica que el loyo crece en el suelo, al
interior del bosque nativo de hualles y coihues. “A veces
a la orillita de los caminos, donde la vegetación no
es tan tupida”. Indica que se recolecta entre marzo a
mayo, cortando el tronco que lo sostiene y dejando la
parte subterránea en el lugar para que vuelvan a crecer.
Al igual que otros hongos, María Fresia recomienda
transportarlos en un canasto para evitar que se echen a
perder, no llevárselos todos ni sacar los más pequeños,
“para dejarlos que crezcan”.
FORMAS DE CONSUMO
Este hongo tiene un alto valor gastronómico. María
Fresia cuenta que “es muy rico, se prepara cocido al
agua o asado en el rescoldo del fogón. También sofrito
con cebollitas, en empanadas o con papas cocidas o en
sopa. Antes solo se podía consumir fresco, pero hoy
se puede deshidratar y así guardarlo por más tiempo”.
El loyo es rico en carbohidratos y proteínas (Schmeda-Hirschmann
et al., 1999).
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