PATRIMONIO ALIMENTARIO DE CHILE
Inventario%20Patrimonio%20Biob%C3%ADo%20FIA
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HISTORIA Y ALIMENTACIÓN EN LA REGIÓN <strong>DE</strong>L BIOBÍO<br />
tado con el ciclo agrario, elaborando sistemas de conocimientos,<br />
oficios, ritualidades y sentidos de mundo<br />
que reflejan mixturas, adecuaciones y resignificaciones<br />
provenientes de las culturas indígena e hispana.<br />
En el campo de lo alimentario, por ejemplo, esta<br />
cualidad queda demostrada en las tradiciones festivas<br />
asociadas al cultivo de este grano, destacándose la trilla<br />
como trabajo solidario a través del mingaco en el período<br />
de cosecha, y la Cruz del Trigo para conmemorar<br />
a San Francisco y pedir por un buen cultivo, el día<br />
4 de octubre. También de manera indirecta se conecta<br />
la fiesta de la Cruz de Mayo, el día 2 de dicho mes,<br />
fecha que señala el momento en que el ciclo triguero<br />
debe reiniciarse (Chavarría, 2009). En dichas celebraciones,<br />
tanto el alimento como el canto, representado<br />
en la guitarra y la voz de mujeres cantoras, constituyen<br />
elementos aglutinantes para la vida en comunidad.<br />
Dentro de las preparaciones todavía preservadas<br />
destacan la cabeza de chancho ahumada, que espera<br />
desde el mes de mayo hasta el día de San Francisco<br />
para ser degustada en los campos sembrados; el<br />
tradicional “hervío”, especie de guiso a base de carne<br />
de cordero o cerdo, porotos nuevos y otros vegetales,<br />
apetecido especialmente en las trillas de la zona de<br />
Quillón; las cazuelas de ave, y los “pajaritos”, masas<br />
dulces decoradas con betún de clara de huevo, infaltables<br />
en la celebración de la Cruz de Mayo. A estas<br />
celebraciones se añaden la conmemoración de otros<br />
santos donde se destacan el estofado de San Juan, los<br />
cirigües, la cazuela de chancho y otros importantes<br />
derivados de este animal. Todo lo anterior acompañado<br />
por mistelas, vino, chicha u otros líquidos de<br />
producción local.<br />
En la cotidianeidad, el trigo se presenta en las cocinas<br />
campesinas de manera diversa: como espesante en<br />
forma de soplillo, locro, trigo colincao o harina refregada;<br />
como harina tostada para ser consumida en sopas (sopa<br />
de harina tostada, sanco) o como merienda durante las<br />
jornadas de labor agrícola (ulpo, chercán); como plato<br />
fuerte para el almuerzo u otra hora del día (catutos, concones,<br />
pantrucas), o como pan, tortilla y sopaipillas.<br />
Por su parte, los licores y bebidas en las mesas<br />
regionales deben su presencia a la introducción de diversas<br />
cepas de uvas por parte de los españoles durante<br />
el siglo XVI. Moscatel de Alejandría y uva País son<br />
los referentes centenarios que hasta hoy configuran el<br />
paisaje regional principalmente en la provincia de Ñuble<br />
y parte de la provincia de Concepción, a partir del<br />
afianzamiento de un sistema productivo heredado de<br />
las misiones jesuitas emplazadas en el territorio.<br />
De esta herencia se conocen los aportes no solo<br />
a través del vino, la chicha y el aguardiente, fuente primaria<br />
para la elaboración de una miscelánea de licores<br />
tradicionales (mistela, apiao, enguindao, pronto alivio),<br />
sino también por medio del agraz, aderezo en base al<br />
jugo de uva verde; el turrón de vino, para elevar el sentido<br />
del gusto por la repostería; el arrope de uva negra<br />
y el dulce de uva blanca.<br />
El siglo XX se inicia en la región con una población<br />
indígena reducida a las comunas de Cañete y Tirúa,<br />
en la provincia de Arauco, y las zonas de Alto Biobío en<br />
la comuna de Santa Bárbara, como consecuencia de la<br />
derrota mapuche ante la invasión del ejército chileno. La<br />
ruralidad, por su parte, modifica su fisonomía y la pequeña<br />
propiedad es reemplazada por fundos y haciendas que<br />
desarrollan cultivos a gran escala, con una mano de obra<br />
sustentada en el inquilinaje. La emergencia de la minería<br />
del carbón suscita el surgimiento de localidades como<br />
Lota, Coronel y sus alrededores, con población campesina<br />
pobre y desplazada, donde las particularidades identitarias<br />
también se hacen notar en el espectro alimentario.<br />
Como ejemplo se puede mencionar el tradicional “pan<br />
de mina”, elaborado en los hornos comunitarios de los<br />
pabellones de Lota, que en la actualidad continúa siendo<br />
apreciado por los paladares regionales.<br />
Las grandes ciudades adquieren relevancia progresiva<br />
a partir de un proceso de industrialización incipiente,<br />
que en la década del 50 se materializa con<br />
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