PATRIMONIO ALIMENTARIO DE CHILE

HISTORIA Y ALIMENTACIÓN EN LA REGIÓN DEL BIOBÍO
de redes, anzuelos y puntas de proyectil, que confirman
una orientación económica recolectora antes que productiva.
Dentro de los recursos alimenticios disponibles
se reconocen principalmente moluscos gasterópodos y
crustáceos como: locos (Concholepas concholepas), caracoles
(Acanthina monodon, Crepidula dilatata, Fissurella
sp.), ostras (Ostrea chilensis), tacas (Protothaca thaca),
cholguas (Aulacomya ater), choros zapato (Choromytilus
chorus), mejillones (Perumytilus chorus), navajuelas (Tagelus
dombeii) y picorocos (Austramegabalanus psittacus).
Entre los peces destacan la sierra (Thyrsites atun), el jurel
(Trachurus symmetricus) y la merluza (Merluccius sp.).
Los pingüinos (Spheniscus humboldtii), gaviotas (Larus
sp.), taguas (Fulica armillata), fardelas (Puffinus sp.), cormoranes
(Phalacrocorax sp.) y pelícanos (Pelecanus sp.)
componen las especies de aves, mientras que los mamíferos
son representados principalmente por lobos
marinos (Otaria flavescens), delfines (Delphinus delphis)
y coipos (Myocastor coypus) (Contreras y Quiroz, 2011;
Sánchez et al., 2011; Torres y Bustos, 2011).
La aparición de la horticultura, la alfarería y las
plantas y animales domesticados durante el Complejo
Cultural Pitrén (400 al 1.100 d. C.) 4 , indican transformaciones
culturales y económicas cualitativas que
inciden en las prácticas alimentarias de sus habitantes.
Si bien las evidencias arqueológicas para este período
en la región son menores, identificándose solo algunos
sitios de interés en la franja costera cercana a la
cordillera de Nahuelbuta, se estima que la población
existente se habría organizado en pequeños grupos familiares,
manteniendo orientaciones económicas hacia
la caza y la recolección de recursos de los medios boscosos
y marinos, pero integrando esta vez horticultivos
estacionales asociados a la quinoa (Chenopodium quinoa)
y el maíz (Zea mays) de manera complementaria.
En el caso de los mamíferos, se habría dado una mayor
frecuencia en el consumo de camélidos, lobos marinos
y roedores menores (Sánchez, 2010; Sánchez et al.,
2004). Ahora bien, la relación entre horticultura y desarrollo
cerámico evidenciada en este período permite
conjeturar cambios no solo a nivel del abastecimiento
de alimentos sino también en los métodos de preparación
y almacenaje de comidas, aspecto que aún no ha
sido abordado por la arqueología regional.
Entre los siglos X y XVI, el Complejo Cultural
El Vergel 5 , que cimenta las bases de la cultura mapuche,
da cuenta de prácticas consolidadas de domesticación
de camélidos, depuración de las técnicas de horticultura
y manejo de la metalurgia, con posibles influencias andinas
y/o amazónicas. Los asentamientos hasta ahora
encontrados en la región se encuentran vinculados principalmente
a las cuencas hidrográficas de los ríos Itata
y Biobío, además de las islas antes mencionadas, y sus
cursos fluviales se relacionan con el regadío de cultivos
como papas (Solanum tuberosum), maíz (Zea mays), porotos
(Phaseolus vulgaris) y quinoa (Chenopodium quinoa)
(Aldunate, 1989). Junto a ello, la recolección terrestre y
marítima, junto a la caza, el manejo y la domesticación de
animales, configuran una economía mixta de apropiación
y producción de alimentos de amplio espectro (Massone
et al., 2008). Se registra nuevamente el consumo de guanacos
(Lama guanicoe), lobos marinos, roedores, cetáceos,
moluscos, equinodermos, crustáceos y peces, agregándose
el zorro chilla (Pseudalopex griseus) y la gallina domesticada
(Gallus gallus). Se identifican a su vez una diversidad
de aves asociadas a humedales y recursos vegetales silvestres
como semillas carbonizadas de peumo, quilo, frutilla
silvestre, vinagrillo, bato y ñocha (Contreras et al., 2003;
Massone et al., 2008; Sánchez, 2010).
Lo anterior permite graficar un nutrido escenario
alimentario, enriquecido por los hallazgos de herramientas
y tecnologías para el procesamiento de alimentos,
4 La cultura Pitrén es un complejo cultural agroalfarero temprano
de Chile. Fueron los primeros horticultores y se ubicaron entre el río Biobío y la
ribera norte del lago Llanquihue.
5 Este complejo cultural debe su nombre al predio agrícola en el que
se encontraron los primeros hallazgos arqueológicos, en las cercanías de Angol,
Región de la Araucanía. El Vergel aparece entre el 1.100 y 1.500 d. C. entre
Angol y la zona de Huilío al sur de Toltén.
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