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Francisco L. Lisi<br />
especial, con la irrupción de Alcibíades y el discurso de Agatón, de manera que es innecesario insistir<br />
aquí sobre ese punto. El relato de Sócrates puede dividirse en dos partes, siguiendo las pautas dadas a<br />
los encomios al Amor. En la primera (201d1-206a13) se revela la naturaleza de Eros, su carácter<br />
demoníaco como intermediador entre el mundo de los dioses y el de los hombres, pero<br />
fundamentalmente el hecho de que sea el que garantiza la unidad del universo (ὥστε τὸ πᾶν αὐτὸ<br />
αὑτῷ συνδεδέσθαι; 202e6-7). El amor se muestra como un deseo que impulsa a los seres vivientes a<br />
buscar la unidad con la realidad trascendente que da el ser al mundo, como una búsqueda del ser por<br />
parte del devenir. 1 De esta forma realiza el Eros la unidad del universo consigo mismo y el filósofo se<br />
convierte en un factor de unidad cósmica. Diotima logra esto a través de una serie de pasos. En primer<br />
lugar, redefine lo bello (cf. 205d10-206a1), uniéndolo al bien (204e1-2) y a la felicidad como<br />
finalidad humana (e5-6): el amor más importante y engañador es el deseo de bienes y de ser feliz<br />
(πᾶσα ἡ τῶν ἀγαθῶν ἐπιθυµία καὶ τοῦ εὐδαιµονεῖν ὁ µέγιστός τε καὶ δολερὸ ς ἔ ρως παντί;<br />
205d2-3). El amor se convierte así en un deseo, un impulso hacia el Bien (cf. τοῦ ἀγαθοῦ en 206a1),<br />
a la obtención y posesión del Bien para sí eternamente (ὁ ἔρως τοῦ τὸ ἀγαθὸν αὑτῷ εἶναι ἀεί; a11-12).<br />
De esta manera se da la identificación del Bien y de lo Bello.<br />
La segunda parte (206b1- 212a7) describe la obra del amor, que antes había sido definida al<br />
pasar como lograr que, por su intermediación, el universo se mantenga unido consigo mismo (202e6-<br />
7). Esta parte muestra también la importancia que tenía la comparación anterior con la<br />
producción/creación (ποίησις; 205b8-c9), ya que el amor es el impulso a la creación, el esfuerzo y<br />
tensión en la gestación en lo bello, tanto en el cuerpo cuanto en el alma. Los seres humanos quedan<br />
preñados en el cuerpo y en el alma y cuando llegan a una cierta edad quieren engendrar, pero esto<br />
puede hacerse sólo en lo bello. Engendrar y parir son formas de la inmortalidad en lo mortal, algo<br />
divino. La belleza es el medio en el que se produce la creación. Es imposible generar en lo<br />
inarmónico, pero lo bello es armónico. En realidad, no se busca lo bello por lo bello, sino porque sólo<br />
en él puede darse la creación (b1-e6). La identificación de lo bello con lo armónico, proporcionado<br />
(ἁρµόττον; 206d2) apunta a la identificación de lo Bello con el Bien, anteriormente apuntada. La<br />
descripción que se realiza a continuación se corresponde con los tres géneros de alma. El amor<br />
corporal, que es la expresión de esta necesidad de inmortalidad que tienen los seres vivos,<br />
corresponde al ἐπιθυµητικόν. La naturaleza mortal busca en lo posible existir siempre y ser inmortal.<br />
El mortal sufre el cambio, la destrucción y el nacimiento en los asuntos del cuerpo y del alma (206e7-<br />
208b9). Lo mismo sucede con el amor por ser renombrados y alcanzar una fama inmortal. Más fuerte<br />
que el amor a los hijos (c1-e1). El amor en el alma engendra inteligencia (φρόνησιν) y el resto de la<br />
virtud. El joven busca a alguien bello que le haga engendrar esa virtud a través de la amistad (c1-<br />
209e4). Este estadio, que se corresponde con la personalidad de los héroes, los poetas y los<br />
legisladores, es el propio del θυµικόν, ya que se subraya una de sus características esenciales, la<br />
búsqueda de la inmortalidad a través de la fama.<br />
Estos dos momentos están unidos y formalmente separados del penúltimo estadio<br />
correspondiente al νοῦς (cf. 209e5-210a4). Esta sección está dividida en dos momentos<br />
cualitativamente diferentes: (a) El que quiere llegar a él correctamente, debe comenzar desde joven,<br />
llevado por un guía. En el primer escalón debe dirigirse a los cuerpos jóvenes, concentrándose en<br />
primer lugar amar un solo cuerpo y engendrar en él discursos bellos. Luego debe buscar la belleza<br />
corporal como género (τὸ ἐπ᾽εἴδει καλόν; 210b2), dado que es una y la misma en todo. A continuación<br />
debe indagar lo bello en las prácticas y las costumbres/leyes, contemplarlo y verlo. Más tarde ha de<br />
pasar a lo bello en las ciencias y mirar la multiplicidad de la belleza (πολὺ ἤδη τὸ καλόν; 210d1). Éste<br />
es un estadio que indica la inmensidad de lo bello común a todos, pero identificable con la<br />
multiplicidad: es una abstracción de lo bello particular que lleva a crear razonamientos bellos y<br />
magnificentes en abundante filosofía. El πολὺ πέλαγος τοῦ καλοῦ hace referencia a esa abstracción de<br />
la multiplicidad en la unidad del género. Este estadio prevé una intensa práctica filosófica que<br />
fortalece el intelecto del iniciando y lo hace crecer hasta hacerlo ver una única ciencia de esa belleza<br />
(τινὰ ἐπιστήµην µίαν τοιαύτην, ἥ ἐστι καλοῦ τοιοῦδε; d7-e1).<br />
Una nueva indicación formal (e1-2) anuncia que pasamos a un estadio cualitativamente<br />
superior (210e1-211b4). El término ἐξαίφνης marca una fenómeno diferente al de la abstracción que<br />
hasta ahora había sido el preponderante. El que llega a este punto del proceso “ve súbitamente algo<br />
maravillosamente bello en su naturaleza”(ἐξαίφνης κατόψεται τι θαυµαστὸν τὴν φύσιν καλόν; 210 e4-<br />
5). Este ser posee todas las cualidades que corresponden a las Ideas. Es absolutamente bello en todo<br />
11 “Der Entwurf der Transzendenz ist bei Platon in sich immer schon durch den Eros geführt und geleitet. Das heißt zugleich:<br />
Die Seiendheit des Seienden ist selbst Eros; das im Genitiv genannte Gründungsverhältnis selbst geschieht immer schon als<br />
Eros” (Büchner 1965,150). Eros no es, como reclama Büchner la entidad del ente, sino, más bien, el impulso que lleva a<br />
buscar el fin último de esta realidad, e. d. no es el ser, sino la aspiración al ser.<br />
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