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Symposium - AIC

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Francisco L. Lisi<br />

los sentidos. No es corporal, ni intelectual, ni científico. No está en otro. Es en sí, consigo, único,<br />

eterno. Todo lo bello participa de él.<br />

La última parte del discurso de Diotima (211b7-212a7) es un resumen de lo expresado<br />

anteriormente, pero añade varias determinaciones de importancia: el proceso no finaliza con la visión<br />

súbita, sino que requiere además una permanencia que es deseada por el filósofo iniciado. La<br />

permanencia en contacto con lo Bello en sí, despreciando la belleza corporal, hace devenir al filósofo<br />

querido de los dioses e inmortal.<br />

Chen (1983, 68 s.) sostiene que la transición de conocimiento que se da a la contemplación de<br />

las Ideas es de una cualidad diferente a los estadios anteriores y sólo aquí se produce el ascenso.<br />

Según su interpretación el ascenso tiene un solo paso y no más. Sólo hay dos niveles metafísicos:<br />

realidad e ideas y no una gradación. El proceso no sería un proceso de abstracción ni de<br />

generalización, e. d. no es la producción de un concepto. La Idea de lo Bello no es un concepto, es un<br />

ser, una entidad. Si bien es cierto que la captación de lo Bello es claramente un estadio<br />

cualitativamente superior al resto del proceso, no es menos verdadero que el texto contradice la<br />

interpretación de Chen de manera palmaria. Diotima habla expresamente de un ascenso (cf. ἐπανιών,<br />

211b6; ἐπανιέναι, c2) y de estadios o escalones ascendentes (ἐπαναβασµοῖς; c3). El mito del Fedón<br />

citado anteriormente permite comprender la metáfora utilizada en el Banquete. Se trata del momento<br />

en el que el alma se levanta por encima de la realidad sensible y percibe la multiplicidad anterior a la<br />

formación del concepto. En ese momento, a través de la intensa actividad dialéctica (ἐν φιλοσοφίᾳ<br />

ἀφθόνῳ; 210d6), alcanza el conocimiento de la unidad de esa multiplicidad de lo bello (κατίδῃ τινὰ<br />

ἐπιστήµην µίαν τοιαύτην, ἥ ἐστι καλοῦ τοιοῦδε; d7-e1). Ése es el momento previo que da lugar al<br />

salto cualitativo que se produce de súbito con la captación de la Idea de lo Bello.<br />

Por otra parte, contrariamente a lo que sostiene Chen, se menciona la creación de conceptos y<br />

pensamientos en el proceso de ascenso. Hay una ciencia que está referida a esa visión de lo bello que<br />

se logra por la contemplación y frecuentación del concepto que se obtiene a través de la<br />

contemplación del amplio océano de lo bello. Kahn (1987, 101) ha caracterizado este ascenso como<br />

un proceso dialéctico similar al de la República. Sin embargo, no aparece aquí delineada ninguna<br />

búsqueda de una definición de lo Bello, sino que se trata más bien de visiones y de contemplación.<br />

Sobre todo en el estadio final se menciona una captación que trasciende la ciencia y, aunque se habla<br />

del αὐτοῦ ἐκείνου τοῦ καλοῦ µάθηµα (211c7-8), no se trata de un conocimiento discursivo, sino de<br />

una captación intuitiva de la naturaleza de lo bello.<br />

4. Lo Bello y el Bien<br />

Uno de los problemas centrales que presenta este pasaje es el de la relación existente entre lo Bello y<br />

el Bien. Ya Plotino en la Enéada anteriormente mencionada identificaba lo Bello con el Bien. Esta<br />

identificación se ha impuesto en la mayoría de los intérpretes contemporáneos que suelen darla por<br />

supuesta. 2 Kahn (1987, 91), p. ej., atribuye a ambas Ideas el mismo papel en el proceso de<br />

iluminación filosófica 3 Aunque no se define explícitamente acerca de su identificación, su<br />

interpretación se basa en ella, ya que ambas son el fin del proceso. Otros como White (2004) se<br />

definen por la distinción del Bien y lo Bello (cf. quoque Strauss 2001, 234). Según Chang (2002,<br />

433s.), la Idea del Bien no se encuentra en el Simposio, donde el Eros es la causa de todo lo bello y<br />

bueno (436), aunque la única referencia es a los pasajes de 197c3 y 198e6-199a1 que corresponden al<br />

discurso de Agatón. De todas maneras, Chang considera a lo Bello el principio último que produce<br />

todo, lo que implica o bien la identificación de lo Bello con el Bien o bien, más probable, la<br />

suplantación de la Idea del Bien por la Idea de lo Bello. Como último ejemplo, Krämer (1959, 494)<br />

sostiene la diferencia entre ambas Ideas y entiende el Bien como fin y lo Bello como medio, aunque<br />

afirma que Platón deja aquí sin respuesta el problema de la relación entre ambas ideas.<br />

El discurso de Diotima se mueve ocultando la relación existente entre lo Bello y el Bien. El<br />

Bien aparece en la redefinición de la finalidad del amor, como el deseo de obtener y poseer de manera<br />

permanente el Bien (τὸ ἀγαθόν; 206a11-12). La definición que da Diotima del Amor se dirige<br />

directamente contra el mito puesto en boca de Aristófanes, pero la insistencia en diferenciar en lo<br />

Bello y lo Bueno se opone también al discurso de Agatón que considera a Eros el principio de lo Bello<br />

2 Markus (1955, 137), p. ej., considera esta identificación “axiomatic for Plato”, pero no ofrece ninguna prueba de su<br />

afirmación, salvo la identificación que Agatón que hace de ambos términos y del pasaje del diálogo entre Diotima y Sócrates<br />

(204d1-e7) que ya he analizado antes y que no indica esa identificación. Cf. quoque, Taylor (1926,231 s.); Bury (1932 xliv);<br />

Patterson (1991, 197-200). Para más ejemplos, cf. White (1989, 479, n. 3; 2008, 372 n. 28).<br />

3 Algo similar sucede con Brisson (1998, 71-74), que tampoco se pronuncia de manera clara, pero parecería dar por supuesta<br />

la identificación.<br />

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