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Descargar - Alcaldia Municipal de San Miguel

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DOUGLAS PRESTON & LINCOLN CHILD EL RELICARIO<br />

—Cierta curiosidad sí tengo, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> luego —contestó Smithback. Saboreó el vino y le<br />

pareció excelente.<br />

—En ese caso, no per<strong>de</strong>ré el tiempo recreándome con su inteligencia. En esta ciudad<br />

están a punto <strong>de</strong> producirse ciertos acontecimientos, y me gustaría que usted los<br />

documentase.<br />

—¿Yo? —dijo Smithback, <strong>de</strong>jando <strong>de</strong> inmediato la copa.<br />

Los labios <strong>de</strong> la señora Wisher se enarcaron levemente en lo que quizá fuese una<br />

sonrisa.<br />

—Imaginaba que se sorpren<strong>de</strong>ría. Pero sepa, señor Smithback, que he llevado a cabo<br />

una ligera investigación sobre usted <strong>de</strong>s<strong>de</strong> nuestra anterior entrevista. Y he leído su libro<br />

sobre los asesinatos <strong>de</strong>l museo.<br />

—¿Ha comprado un ejemplar? —preguntó Smithback esperanzado.<br />

—Lo encontré en la biblioteca pública <strong>de</strong> Amsterdam Avenue. Fue una lectura<br />

interesante. Ignoraba que se hubiese visto implicado tan directamente en casi todos los<br />

aspectos <strong>de</strong>l suceso.<br />

Smithback escrutó su rostro, pero no percibió el menor indicio <strong>de</strong> sarcasmo en su<br />

expresión.<br />

—Leí también su artículo sobre nuestra concentración —prosiguió la señora<br />

Wisher—. Noté en él un tono constructivo <strong>de</strong>l que carecían las reseñas <strong>de</strong> otros periódicos.<br />

—Trazó un amplio gesto con las manos—. A<strong>de</strong>más, <strong>de</strong>bo darle las gracias porque sin<br />

usted todo eso no habría ocurrido.<br />

—¿Usted cree? —preguntó Smithback con cierto nerviosismo.<br />

La señora Wisher asintió con la cabeza.<br />

—Fue usted quien me convenció <strong>de</strong> que la única manera <strong>de</strong> <strong>de</strong>spertar a esta ciudad<br />

es espolearla. ¿Recuerda sus palabras? «En esta ciudad la gente no presta atención a nada<br />

a menos que se lo escupamos a la cara.» De no ser por usted, quizá seguiría sentada en el<br />

salón <strong>de</strong> mi casa, escribiendo cartas al alcal<strong>de</strong> en lugar <strong>de</strong> encauzar mi dolor hacia una<br />

buena causa.<br />

Smithback movió la cabeza en un gesto <strong>de</strong> asentimiento. La viuda «no muy alegre»<br />

tenía su parte <strong>de</strong> razón.<br />

—Des<strong>de</strong> aquella concentración, nuestro movimiento se ha difundido <strong>de</strong> una manera<br />

espectacular —dijo la señora Wisher—. Hemos puesto <strong>de</strong> manifiesto un problema que<br />

preocupa a todos por igual. La gente empieza a unirse, gente con po<strong>de</strong>r e influencia. Pero<br />

nuestro mensaje va dirigido también al ciudadano <strong>de</strong> a pie, al hombre <strong>de</strong> la calle. Y ésa es<br />

la clase <strong>de</strong> personas a las que usted pue<strong>de</strong> llegar con su periódico.<br />

Aunque a Smithback no le gustaba que le recordasen que escribía para el ciudadano<br />

<strong>de</strong> a pie, no se le <strong>de</strong>mudó la expresión. Por otra parte, lo había visto con sus propios ojos:<br />

al disolverse la concentración, muchos se habían quedado en las inmediaciones, bebiendo,<br />

vociferando, dispuestos a la acción.<br />

—Y ahora le expondré mi propuesta. —La señora Wisher apoyó sus uñas pequeñas y<br />

cuidadas en el mantel <strong>de</strong> hilo—. Le proporcionaré acceso privilegiado a todas las acciones<br />

que organice Recuperemos Nuestra Ciudad. Muchas <strong>de</strong> esas acciones se realizarán<br />

intencionadamente sin previo aviso. Ni la prensa ni la policía se enterarán hasta que sea ya<br />

<strong>de</strong>masiado tar<strong>de</strong> para intervenir. Usted, en cambio, formará parte <strong>de</strong> mi círculo. Sabrá qué<br />

esperar y cuándo esperarlo. Pue<strong>de</strong> acompañarme si lo <strong>de</strong>sea. Y luego se lo escupirá a sus<br />

lectores a la cara.<br />

Smithback se esforzó por disimular su entusiasmo. Esto es <strong>de</strong>masiado bueno para ser<br />

verdad, pensó.<br />

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