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Descargar - Alcaldia Municipal de San Miguel

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DOUGLAS PRESTON & LINCOLN CHILD EL RELICARIO<br />

establecer una causa <strong>de</strong>finitiva <strong>de</strong> la muerte. Pero creo que po<strong>de</strong>mos afirmar con relativa<br />

certeza que las víctimas murieron como consecuencia <strong>de</strong>l severo traumatismo y la masiva<br />

pérdida <strong>de</strong> sangre provocados simultáneamente a las marcas <strong>de</strong>ntales. —Se volvió hacia el<br />

auditorio con un a<strong>de</strong>mán teatral—. Todos nos formulamos una misma pregunta, lo sé. La<br />

pregunta clave. ¿Qué causó esas marcas? Como ninguno <strong>de</strong> nosotros ignora, la prensa ha<br />

especulado con la hipótesis <strong>de</strong> que el asesino sea otro Mbwun.<br />

«Está disfrutando», pensó Margo. Notaba crecer la tensión en la sala. D'Agosta estaba<br />

sentado en el bor<strong>de</strong> <strong>de</strong> su butaca.<br />

—Hemos cotejado estas marcas con las que produjo Mbwun hace dieciocho meses,<br />

sobre las cuales este museo precisamente posee abundante información. Y hemos llegado a<br />

dos firmes conclusiones. —Respiró hondo y miró alre<strong>de</strong>dor—. Primero, estas marcas<br />

<strong>de</strong>ntales no concuerdan con los dientes <strong>de</strong> Mbwun. Difieren en tamaño, longitud y sección<br />

transversal.<br />

Margo vio relajarse, casi hundirse, los hombros <strong>de</strong> D'Agosta.<br />

—Segundo —continuó Brambell—, la presión ejercida para provocar estas marcas no<br />

ha superado en ningún caso los sesenta y cinco kilogramos por centímetro cuadrado, lo<br />

cual nos induce a pensar en un cánido, o más probablemente en un humano. No en un<br />

nuevo Mbwun.<br />

Las diapositivas empezaron a pasar más <strong>de</strong>prisa, mostrando varias fotografías <strong>de</strong><br />

marcas <strong>de</strong>ntales.<br />

—La presión ejercida por un hombre sano y habituado a masticar chicle, en un<br />

mordisco fuerte, oscila entre sesenta y sesenta y cinco kilogramos por centímetro cuadrado<br />

—explicó Brambell—. No existe ninguna diferencia entre estas marcas y el mordisco <strong>de</strong> un<br />

colmillo humano. No pue<strong>de</strong> excluirse, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> luego, que una jauría <strong>de</strong> perros salvajes<br />

atacase, matase y mutilase a las víctimas en los túneles. Sin embargo, a mi juicio, las<br />

marcas que aquí vemos se aproximan más a las <strong>de</strong> un hombre que a las <strong>de</strong> un perro o<br />

cualquier otro hipotético habitante <strong>de</strong>l subsuelo.<br />

—Quizá, doctor Brambell, haya más clases <strong>de</strong> habitantes en el subsuelo <strong>de</strong> los que<br />

sueña su filosofía 2 —lo interrumpió <strong>de</strong> pronto una voz con acento <strong>de</strong>l sur profundo, quizá<br />

Alabama o Luisiana, y un tono <strong>de</strong> ligero cinismo.<br />

Margo volvió la cabeza y <strong>de</strong>scubrió la esbelta y familiar figura <strong>de</strong>l agente especial<br />

Pen<strong>de</strong>rgast reclinada contra un asiento <strong>de</strong> las últimas filas. No lo había oído entrar.<br />

Pen<strong>de</strong>rgast advirtió que le miraba y la saludó con la cabeza, <strong>de</strong>stellando en la oscuridad<br />

sus claros ojos azules.<br />

—Señorita Green —dijo—. Disculpe. Ahora <strong>de</strong>bo llamarla doctora Green, ¿no es así?<br />

Margo sonrió y asintió con la cabeza. No había visto al agente <strong>de</strong>l FBI <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la fiesta<br />

<strong>de</strong> <strong>de</strong>spedida en el <strong>de</strong>spacho <strong>de</strong> Frock. Recordó <strong>de</strong> nuevo que aquella había sido la última<br />

vez que vio a la mayoría <strong>de</strong> las personas relacionadas con los asesinatos <strong>de</strong> la Bestia <strong>de</strong>l<br />

Museo, el doctor Frock, por ejemplo, o Greg Kawakita.<br />

Frock, con cierto esfuerzo, dio la vuelta a la silla, dirigió un gesto <strong>de</strong> saludo a<br />

Pen<strong>de</strong>rgast y se colocó nuevamente <strong>de</strong> cara a la pantalla.<br />

Brambell observaba al recién llegado.<br />

—¿Usted es…?<br />

—Pen<strong>de</strong>rgast, agente especial <strong>de</strong>l FBI —se anticipó D'Agosta—. Colabora con<br />

nosotros en el caso.<br />

—Comprendo —respondió Brambell—. Mucho gusto. —Se volvió hacia la pantalla<br />

2 Paráfrasis <strong>de</strong> una frase <strong>de</strong> la obra Hamlet, <strong>de</strong> William Shakespeare. (N. <strong>de</strong>l T.)<br />

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