Descargar - Alcaldia Municipal de San Miguel
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DOUGLAS PRESTON & LINCOLN CHILD EL RELICARIO<br />
en un bolsillo. Causa <strong>de</strong> la muerte: ahogamiento. Caso cerrado.<br />
Mientras <strong>de</strong>jaba la carpeta en la ban<strong>de</strong>ja, oyó el ruido <strong>de</strong> una lancha que se acercaba<br />
al embarca<strong>de</strong>ro. Regresaban pronto. Sin embargo el motor sonaba distinto, pensó, más<br />
ronco. Quizá necesitaba una puesta a punto.<br />
Oyó unas rápidas pisadas en el embarca<strong>de</strong>ro <strong>de</strong> ma<strong>de</strong>ra y la puerta <strong>de</strong>l puesto se<br />
abrió <strong>de</strong> par en par. Eran unos hombres con trajes húmedos <strong>de</strong> color negro, sin insignias,<br />
los rostros pintados <strong>de</strong> negro y ver<strong>de</strong> con tintura <strong>de</strong> camuflaje. Cada uno llevaba colgados<br />
al cuello dos macutos gemelos <strong>de</strong> goma y látex.<br />
—¿Dón<strong>de</strong> está el equipo submarinista? —preguntó con aspereza el hombre más<br />
a<strong>de</strong>lantado, una enorme mole con acento <strong>de</strong> Texas.<br />
—En el East River, don<strong>de</strong> se ha estrellado el helicóptero —contestó Snow—. ¿Son<br />
uste<strong>de</strong>s <strong>de</strong>l segundo equipo?<br />
Echó un vistazo por la ventana y se sorprendió al ver no la habitual fueraborda azul<br />
y blanca <strong>de</strong> la policía, sino una potente lancha <strong>de</strong> motor interno con el casco en V,<br />
elevándose apenas sobre el agua y tan oscura como quienes habían llegado en ella.<br />
—¿Todo el equipo? —dijo el hombre.<br />
—Menos yo. ¿Quiénes son uste<strong>de</strong>s?<br />
—Amigo, no somos los sobrinos que su madre perdió <strong>de</strong> vista hace años, eso se lo<br />
aseguro —repuso el hombre con tono cortante—. Necesitamos a alguien que conozca el<br />
camino más corto al colector lateral <strong>de</strong>l West Si<strong>de</strong>, y lo necesitamos ya.<br />
A Snow lo asaltó una repentina ansiedad.<br />
—Déjeme avisar al sargento…<br />
—No hay tiempo. ¿Conoce usted el camino?<br />
—Bueno, conozco las salidas <strong>de</strong> la red <strong>de</strong> alcantarillas <strong>de</strong> Manhattan. Forma parte <strong>de</strong><br />
la instrucción básica. Todo policía…<br />
—¿Pue<strong>de</strong> guiarnos hasta el interior <strong>de</strong>l colector? —lo interrumpió el hombre con<br />
brusquedad.<br />
—¿Quieren entrar en el colector lateral <strong>de</strong>l West Si<strong>de</strong>? La mayoría <strong>de</strong> las salidas están<br />
enrejadas, o son <strong>de</strong>masiado estrechas para…<br />
—Sólo conteste la pregunta: ¿Sí o no?<br />
—Creo que sí —respondió Snow, titubeando ligeramente.<br />
—¿Su nombre?<br />
—Snow. Agente Snow.<br />
—Suba a la lancha.<br />
—Pero mi traje y mis botellas…<br />
—Tenemos todo lo que necesita. Pue<strong>de</strong> ponerse el traje por el camino.<br />
Snow se levantó <strong>de</strong> inmediato y siguió a los hombres hacia el embarca<strong>de</strong>ro. Aquello<br />
no parecía una invitación que pudiese rehusar.<br />
—Todavía no me ha dicho quiénes…<br />
El hombre se <strong>de</strong>tuvo, ya con un pie en la borda <strong>de</strong> la lancha, y se presentó:<br />
—Comandante Rachlin, jefe <strong>de</strong> patrulla, Equipo Siete Azul <strong>de</strong> la Compañía <strong>de</strong><br />
Operaciones Especiales <strong>de</strong> la Marina. Y ahora en marcha.<br />
El timonel salió a toda velocidad <strong>de</strong>l embarca<strong>de</strong>ro.<br />
—Atento al timón —or<strong>de</strong>nó el comandante, e indicó a Snow que se acercase—. He<br />
aquí la operación. —Levantó un asiento forrado y sacó <strong>de</strong>l baúl situado <strong>de</strong>bajo un fajo <strong>de</strong><br />
mapas a prueba <strong>de</strong> agua—. Nos dividiremos en cuatro equipos, dos hombres por equipo.<br />
—Miró alre<strong>de</strong>dor—. ¡Donovan!<br />
—Señor —contestó un hombre, y se aproximó. Pese al traje, se lo veía <strong>de</strong>lgado y<br />
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