09.05.2013 Views

Descargar - Alcaldia Municipal de San Miguel

Descargar - Alcaldia Municipal de San Miguel

Descargar - Alcaldia Municipal de San Miguel

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

DOUGLAS PRESTON & LINCOLN CHILD EL RELICARIO<br />

—¿Y por dón<strong>de</strong> tenemos que bajar? —preguntó D'Agosta.<br />

Hayward señaló con la cabeza en dirección hacia el lugar <strong>de</strong> don<strong>de</strong> había venido.<br />

—A la <strong>de</strong>recha, a unos cuatrocientos metros, hay otra escalera.<br />

—¿Y si viene un tren? —preguntó Waxie.<br />

—Este tramo está abandonado —dijo Hayward—. No pasan trenes <strong>de</strong>s<strong>de</strong> hace<br />

mucho tiempo.<br />

—¿Cómo lo sabe?<br />

Hayward enfocó la linterna hacia el suelo e iluminó los raíles, cubiertos <strong>de</strong> una<br />

espesa capa <strong>de</strong> óxido anaranjado. La mirada <strong>de</strong> D'Agosta ascendió por el haz <strong>de</strong> luz hasta<br />

el rostro <strong>de</strong> Hayward. No parecía muy contenta con la perspectiva.<br />

—¿Hay algo fuera <strong>de</strong> lo normal en el siguiente nivel? —preguntó D'Agosta con<br />

naturalidad.<br />

Hayward guardó silencio por un momento.<br />

—Por lo general, sólo patrullamos en los niveles superiores. Pero corren ciertas<br />

historias, y cuanto más bajo es el nivel, más espantosas son las historias. —Tras una pausa<br />

añadió, en una clara insinuación a D'Agosta—: Por eso propuse que viniésemos con un<br />

grupo <strong>de</strong> agentes.<br />

—¿Aquí abajo vive gente? —dijo Waxie, ahorrando a D'Agosta la respuesta.<br />

—Claro. —A juzgar por su expresión, Hayward daba por sentado que Waxie <strong>de</strong>bería<br />

haber estado ya al corriente—. Es un sitio caliente en invierno, resguardado <strong>de</strong> la lluvia y<br />

el viento. No han <strong>de</strong> preocuparse <strong>de</strong> nadie, salvo <strong>de</strong> los otros topos.<br />

—¿Y cuándo fue la última vez que se <strong>de</strong>salojó ese nivel?<br />

—Los niveles inferiores no se <strong>de</strong>salojan, capitán.<br />

—¿Por qué?<br />

Se produjo otro silencio.<br />

—Para empezar, es imposible dar con los topos <strong>de</strong> las zonas más profundas.<br />

Viviendo en la oscuridad <strong>de</strong>sarrollan una buena visión nocturna. Oímos un ruido, y en<br />

cuanto nos volvemos, ya han <strong>de</strong>saparecido. Sólo se hacen un par <strong>de</strong> rondas anuales al azar<br />

con perros adiestrados para encontrar cadáveres. Y ni siquiera en esos casos se baja tanto.<br />

A<strong>de</strong>más, es muy peligroso. No todos los topos vienen aquí buscando cobijo. Algunos<br />

vienen a escon<strong>de</strong>rse. Algunos huyen <strong>de</strong> algo, normalmente la justicia. Y también hay<br />

<strong>de</strong>predadores.<br />

—¿Y lo que contaba el artículo <strong>de</strong>l Post? —dijo D'Agosta—. Hablaba <strong>de</strong> una especie<br />

<strong>de</strong> comunidad subterránea. Eso no parecía tan hostil.<br />

—Se refería a los túneles situados bajo el Central Park, teniente, no a los aparta<strong>de</strong>ros<br />

<strong>de</strong>l West Si<strong>de</strong> —contestó Hayward—. Hay unas zonas más seguras que otras. Y no olvi<strong>de</strong><br />

que ese artículo mencionaba también otra cosa. Algo sobre unos caníbales. —Esbozó una<br />

agradable sonrisa.<br />

Waxie abrió la boca para respon<strong>de</strong>r, pero volvió a cerrarla y tragó saliva<br />

ruidosamente.<br />

Comenzaron a avanzar por las vías en silencio. D'Agosta advirtió que<br />

inconscientemente se había llevado la mano a su Smith & Wesson mo<strong>de</strong>lo 4946 <strong>de</strong> doble<br />

acción. En el año 93 el cambio a una semiautomática <strong>de</strong> 9 milímetros había originado cierta<br />

controversia en el <strong>de</strong>partamento. Ahora D'Agosta se alegraba <strong>de</strong> llevarla.<br />

Una puerta <strong>de</strong> acero que colgaba <strong>de</strong>l marco en un precario ángulo daba acceso a la<br />

escalera. Hayward tiró <strong>de</strong> ella y se hizo a un lado. D'Agosta entró y <strong>de</strong> inmediato se le<br />

saltaron las lágrimas. Un olor parecido al <strong>de</strong>l amoníaco ofendió a su olfato.<br />

—Yo iré <strong>de</strong>lante, teniente —propuso Hayward.<br />

47

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!