Descargar - Alcaldia Municipal de San Miguel
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DOUGLAS PRESTON & LINCOLN CHILD EL RELICARIO<br />
Waxie lanzó un gruñido <strong>de</strong> sorpresa.<br />
—¿Ocho minutos para verter quinientos millones <strong>de</strong> litros?<br />
—Si no he entendido mal, quieren que el agua se vierta lo más <strong>de</strong>prisa posible para<br />
inundar los túneles más profundos <strong>de</strong> la zona <strong>de</strong>l Central Park y limpiarlos por completo,<br />
¿no es así?<br />
Waxie asintió con la cabeza.<br />
—Ocho minutos implican que el sistema <strong>de</strong> <strong>de</strong>sagüe operará al ciento por ciento <strong>de</strong><br />
su capacidad. Naturalmente, tardaremos unas tres horas en tener a punto todos los<br />
dispositivos hidráulicos. Cuando todo esté listo, será cuestión simplemente <strong>de</strong> <strong>de</strong>saguar el<br />
Reservoir e inyectarle agua a través <strong>de</strong> los acueductos proce<strong>de</strong>ntes <strong>de</strong>l norte <strong>de</strong>l estado.<br />
Así impediremos que el nivel <strong>de</strong>l Reservoir caiga excesivamente. La operación <strong>de</strong>be<br />
realizarse con suma precisión, porque si el caudal <strong>de</strong> entrada fuese mayor que el <strong>de</strong><br />
salida… en fin, se produciría un <strong>de</strong>sbordamiento <strong>de</strong> gran<strong>de</strong>s proporciones en el Central<br />
Park.<br />
—Espero, pues, que sepa lo que se trae entre manos —advirtió Waxie—. Quiero que<br />
se cumpla el horario previsto, sin retrasos ni fallos técnicos.<br />
El sonido <strong>de</strong>l tecleo se hizo más pausado.<br />
—Deje <strong>de</strong> preocuparse —dijo Duffy con un <strong>de</strong>do suspendido sobre una tecla—. No<br />
habrá el menor retraso. Pero no cambien <strong>de</strong> i<strong>de</strong>a, porque en cuanto pulse esta tecla, todo<br />
<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>rá <strong>de</strong>l sistema hidráulico. No podré <strong>de</strong>tenerlo. Comprenda…<br />
—Apriete la tecla <strong>de</strong> una puñetera vez —or<strong>de</strong>nó Waxie con impaciencia.<br />
Duffy pulsó la tecla con un gesto teatral y se volvió hacia Waxie.<br />
—Hecho —anunció—. Ahora sólo un milagro podría evitar la inundación <strong>de</strong> los<br />
túneles. Y por si no lo ha oído <strong>de</strong>cir, en Nueva York están prohibidos los milagros.<br />
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D'Agosta observó las piezas <strong>de</strong> goma y metal cromado dispuestas sobre la mesa,<br />
cogió una y volvió a <strong>de</strong>jarla, irritado.<br />
—Es lo más raro que he visto en mi vida —dijo—. ¿No podrían haber estado allí por<br />
casualidad?<br />
—Le aseguro, Vincent —respondió Pen<strong>de</strong>rgast—, que habían sido colocadas con<br />
sumo cuidado en el altar, como si fuesen una ofrenda. —El <strong>de</strong>spacho quedó en silencio<br />
mientras Pen<strong>de</strong>rgast se paseaba inquieto <strong>de</strong> un lado a otro—. Hay otra cuestión que me<br />
preocupa. Kawakita, al fin y al cabo, cultivaba la planta en acuarios. ¿Por qué lo mataron y<br />
quemaron el laboratorio? ¿Por qué acabaron con su única fuente <strong>de</strong> suministro? Si algo<br />
aterroriza a un adicto, es per<strong>de</strong>r a su proveedor. Y el laboratorio fue incendiado<br />
intencionadamente. Dijo usted que se <strong>de</strong>tectaron restos <strong>de</strong> sustancias inflamables en las<br />
cenizas.<br />
—A menos que la cultivasen también en otra parte —sugirió D'Agosta, tocándose<br />
distraídamente el bolsillo <strong>de</strong>lantero <strong>de</strong> la chaqueta.<br />
—A<strong>de</strong>lante, enciéndalo —dijo Margo.<br />
D'Agosta la miró.<br />
—¿En serio?<br />
Margo sonrió y asintió con la cabeza.<br />
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