09.05.2013 Views

Descargar - Alcaldia Municipal de San Miguel

Descargar - Alcaldia Municipal de San Miguel

Descargar - Alcaldia Municipal de San Miguel

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

DOUGLAS PRESTON & LINCOLN CHILD EL RELICARIO<br />

mi sitio. Segundo, me ha silbado como una serpiente <strong>de</strong> Egipto. Tercero, no tenía la<br />

bendición <strong>de</strong> Dios. Cuarto…<br />

Waxie lo interrumpió con un a<strong>de</strong>mán y dijo:<br />

—Ya nos hacemos una i<strong>de</strong>a. ¿Y los otros?<br />

Jeffrey permaneció en silencio.<br />

—Vamos —insistió Waxie—. ¿A quién más has matado?<br />

—A muchos —respondió por fin—. Todo el que me ofen<strong>de</strong> recibe su merecido. —Se<br />

inclinó sobre la mesa—. Vale más que te an<strong>de</strong>s con cuidado, gordinflón, no vaya a<br />

rebanarte un pedazo <strong>de</strong> grasa.<br />

D'Agosta apoyó una mano en el brazo <strong>de</strong> Waxie para contenerlo.<br />

—Así pues, ¿a quién más ha matado? —se apresuró a preguntar.<br />

—Ah, ya me conocen. Conocen bien a Jeffrey, el gato querubín. Sigo mi camino.<br />

—¿Y qué dices <strong>de</strong> Pamela Wisher? —lo interrumpió Waxie—. No lo niegues, Jeffrey.<br />

—No lo niego —repuso el <strong>de</strong>tenido, y las profundas arrugas que nacían en las<br />

comisuras <strong>de</strong> sus ojos se ensancharon—. Esos cerdos me faltaron al respeto, todos. Se lo<br />

merecían.<br />

—¿Y qué hiciste con las cabezas? —preguntó Waxie al instante.<br />

—¿Las cabezas? —preguntó Jeffrey.<br />

D'Agosta creyó advertir en su voz una ligera vacilación.<br />

—Estás metido hasta el cuello —prosiguió Waxie—, ahora no intentes negarlo.<br />

—¿Las cabezas? —repitió Jeffrey—. Me las comí; eso hice con las cabezas.<br />

Waxie lanzó una mirada triunfal a D'Agosta.<br />

—¿Y qué pasó con el tipo <strong>de</strong>l Castillo <strong>de</strong> Belve<strong>de</strong>re, Nick Bitterman? Háblame <strong>de</strong> él.<br />

—Eso estuvo bien. Aquel maricón no sabía lo que era el respeto. Era un hipócrita, un<br />

miserable. Era el adversario. —Empezó a mecerse en la silla.<br />

—¿El adversario? —preguntó D'Agosta, frunciendo el entrecejo.<br />

—El príncipe <strong>de</strong> los adversarios.<br />

—Sí —dijo Pen<strong>de</strong>rgast con tono comprensivo—. Debes contrarrestar las fuerzas <strong>de</strong> la<br />

oscuridad. —Eran las primeras palabras que pronunciaba <strong>de</strong>s<strong>de</strong> que habían entrado en la<br />

celda.<br />

El <strong>de</strong>tenido se balanceó con más brío.<br />

—Sí, sí.<br />

—Con tu piel eléctrica —añadió Pen<strong>de</strong>rgast.<br />

De pronto se interrumpió el balanceo.<br />

—Y con tus ojos radiantes —prosiguió Pen<strong>de</strong>rgast. A continuación se apartó <strong>de</strong> la<br />

puerta y se acercó lentamente al sospechoso, mirándolo a la cara.<br />

—¿Quién es usted? —susurró Jeffrey, observando a Pen<strong>de</strong>rgast.<br />

Pen<strong>de</strong>rgast guardó silencio por un momento.<br />

—Kit Smart —contestó por fin sin retirar la mirada <strong>de</strong> Jeffrey.<br />

D'Agosta advirtió <strong>de</strong>sconcertado el cambio que se produjo súbitamente en el<br />

<strong>de</strong>tenido. El color abandonó su rostro al instante. Contempló a Pen<strong>de</strong>rgast, moviendo<br />

mudamente los labios. De pronto, lanzando un alarido, se echó hacia atrás con tal<br />

violencia que la silla se <strong>de</strong>splomó. Hayward y los dos agentes uniformados se abalanzaron<br />

<strong>de</strong> inmediato sobre la figura que pataleaba en el suelo e intentaron inmovilizarla.<br />

—Por Dios, Pen<strong>de</strong>rgast, ¿qué le ha dicho? —preguntó Waxie, levantándose con<br />

dificultad <strong>de</strong> la silla.<br />

—Lo que había que <strong>de</strong>cir, según parece. —Pen<strong>de</strong>rgast miró a Hayward y añadió—:<br />

Por favor, proporciónele a ese hombre todo el consuelo posible. Creo que po<strong>de</strong>mos <strong>de</strong>jar<br />

127

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!