Descargar - Alcaldia Municipal de San Miguel
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DOUGLAS PRESTON & LINCOLN CHILD EL RELICARIO<br />
y esperó.<br />
—¿Tiene información para mí? —preguntó Smithback.<br />
—Venga conmigo —dijo el hombre, y señaló hacia el cubículo.<br />
—Ni hablar —contestó Smithback—. Si tiene algo que <strong>de</strong>cirme, dígamelo aquí. No<br />
estoy dispuesto a meterme ahí con usted.<br />
—Pero éste es el camino —insistió el hombre, señalando otra vez hacia el cubículo.<br />
—El camino ¿adón<strong>de</strong>?<br />
—Abajo.<br />
Smithback se aproximó con precaución al cubículo. El hombre ya había entrado y se<br />
hallaba tras el inodoro, retirando una gran plancha <strong>de</strong> metal pintado que cubría un<br />
irregular agujero en la mugrienta pared <strong>de</strong> baldosas.<br />
—¿Por ahí? —preguntó Smithback.<br />
El hombre movió la cabeza en un gesto <strong>de</strong> asentimiento.<br />
—¿Adón<strong>de</strong> se va?<br />
—Abajo —repitió el hombre.<br />
—No cuente conmigo —dijo Smithback, y retrocedió.<br />
El hombre lo miró a los ojos.<br />
—Tengo que llevarlo hasta Mephisto —anunció—. Quiere hablar con usted sobre el<br />
asesinato <strong>de</strong> esa chica. Sabe algo importante.<br />
—¿Por quién me toma?<br />
El hombre mantenía la vista fija en él.<br />
—Confíe en mí —se limitó a <strong>de</strong>cir.<br />
Por alguna razón, pese a la mugre y los ojos <strong>de</strong> drogado, Smithback creyó a aquel<br />
individuo.<br />
—¿Qué sabe?<br />
—Tiene que hablar con Mephisto.<br />
—¿Quién es ese Mephisto?<br />
—Nuestro jefe —respondió el hombre, e hizo un gesto <strong>de</strong> indiferencia como si no<br />
fuese necesaria más presentación.<br />
—¿Nuestro?<br />
El hombre asintió con la cabeza.<br />
—De la comunidad <strong>de</strong> la Ruta 666.<br />
A pesar <strong>de</strong> sus dudas, Smithback sintió el cosquilleo <strong>de</strong> la curiosidad. ¿Una<br />
comunidad subterránea organizada? Eso por sí solo aumentaría la tirada <strong>de</strong>l periódico. Y<br />
si a<strong>de</strong>más el tal Mephisto realmente sabía algo sobre el asesinato <strong>de</strong> Pamela Wisher…<br />
—¿Dón<strong>de</strong> está exactamente esa comunidad <strong>de</strong> la Ruta 666? —preguntó.<br />
—No puedo <strong>de</strong>círselo. Pero lo llevaré hasta allí.<br />
—¿Y usted cómo se llama?<br />
—Me conocen como Artillero —respondió el hombre con un <strong>de</strong>stello <strong>de</strong> orgullo en la<br />
mirada.<br />
—Oiga, por mí lo seguiría —dijo Smithback—, pero no querrá que me meta en ese<br />
agujero así sin más. Podrían ten<strong>de</strong>rme una emboscada, asaltarme o vaya usted a saber.<br />
El hombre movió la cabeza en un vehemente gesto <strong>de</strong> negación.<br />
—Yo lo protegeré. Todo el mundo sabe que soy el principal mensajero <strong>de</strong> Mephisto.<br />
Conmigo estará a salvo.<br />
Smithback lo miró fijamente: ojos legañosos, nariz húmeda, barba sucia <strong>de</strong><br />
nigromante. Había ido hasta la redacción <strong>de</strong>l Post, y ésa era una consi<strong>de</strong>rable complicación<br />
para alguien a todas luces indigente.<br />
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