09.05.2013 Views

Descargar - Alcaldia Municipal de San Miguel

Descargar - Alcaldia Municipal de San Miguel

Descargar - Alcaldia Municipal de San Miguel

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

DOUGLAS PRESTON & LINCOLN CHILD EL RELICARIO<br />

que el capitán Waxie siga con el interrogatorio <strong>de</strong>s<strong>de</strong> este punto.<br />

—¿Quién es ese tipo? —preguntó D'Agosta mientras subían en ascensor a<br />

Homicidios.<br />

—Ignoro su verda<strong>de</strong>ro nombre —respondió Pen<strong>de</strong>rgast mientras se arreglaba el<br />

nudo <strong>de</strong> la corbata—. Pero <strong>de</strong>s<strong>de</strong> luego no se llama Jeffrey. Y no es la persona que<br />

buscamos.<br />

—Eso dígaselo a Waxie.<br />

Pen<strong>de</strong>rgast dirigió una mirada cordial a D'Agosta.<br />

—Acabamos <strong>de</strong> ver un caso clásico <strong>de</strong> esquizofrenia paranoica, agravado por un<br />

trastorno <strong>de</strong> personalidad múltiple. ¿Se ha fijado en que ese hombre parecía entrar y salir<br />

<strong>de</strong> dos personajes distintos? Por un lado, estaba el matón, sin duda tan poco convincente<br />

para usted como para mí. Por otro lado, estaba el asesino visionario, infinitamente más<br />

peligroso. ¿Ha oído sus palabras? «Segundo, me ha silbado como una serpiente <strong>de</strong><br />

Egipto.» O cuando ha dicho: «Jeffrey, el gato querubín.»<br />

—Claro que lo he oído —respondió D'Agosta—. Hablaba como si acabasen <strong>de</strong><br />

entregarle los diez mandamientos o algo así.<br />

—O algo así. Tiene usted razón: sus <strong>de</strong>svaríos presentaban la estructura y la ca<strong>de</strong>ncia<br />

<strong>de</strong>l lenguaje escrito. También a mí me ha dado esa impresión. En ese punto me he dado<br />

cuenta <strong>de</strong> que estaba citando unos versos <strong>de</strong>l viejo poema Jubilate Agno, <strong>de</strong> Christopher<br />

Smart.<br />

—La primera vez que oigo ese nombre.<br />

—Es una obra muy poco conocida <strong>de</strong> un escritor muy poco conocido —explicó<br />

Pen<strong>de</strong>rgast con una ligera sonrisa—. Sin embargo, causa un innegable impacto <strong>de</strong>s<strong>de</strong> su<br />

extraña concepción; <strong>de</strong>bería leerla. El autor, Smart la escribió en un estado <strong>de</strong> semilocura<br />

mientras cumplía con<strong>de</strong>na por no pagar sus <strong>de</strong>udas. Eso al margen, en un largo pasaje <strong>de</strong>l<br />

poema, Smart <strong>de</strong>scribe a su gato, Jeoffry, al que consi<strong>de</strong>raba una especie <strong>de</strong> crisálida en<br />

plena transformación física.<br />

—Si usted lo dice. Pero ¿qué tiene eso que ver con nuestro ruidoso amigo <strong>de</strong> allá<br />

abajo?<br />

—Obviamente el pobre hombre se i<strong>de</strong>ntifica con el gato <strong>de</strong>l poema —aclaró<br />

Pen<strong>de</strong>rgast.<br />

—¿Con el gato? —preguntó D'Agosta, incrédulo.<br />

—¿Por qué no? Kit Smart, el auténtico Kit Smart, se i<strong>de</strong>ntificaba sin duda con su gato.<br />

Es una potente imagen <strong>de</strong> la metamorfosis. Seguramente ese pobre hombre fue en otro<br />

tiempo profesor o poeta frustrado, antes <strong>de</strong> empren<strong>de</strong>r el lento <strong>de</strong>scenso hacia la locura.<br />

Ha matado a un hombre, es cierto; pero sólo cuando se ha cruzado en su camino en mal<br />

momento. En cuanto a los otros asesinatos… —Pen<strong>de</strong>rgast <strong>de</strong>scartó la i<strong>de</strong>a con un gesto—.<br />

Hay muchos indicios <strong>de</strong> que ese hombre no es nuestro objetivo.<br />

—Como las fotografías —dijo D'Agosta.<br />

Todo buen interrogador sabía que ningún asesino era capaz <strong>de</strong> <strong>de</strong>sviar la mirada <strong>de</strong><br />

las fotografías <strong>de</strong> sus víctimas o los objetos presentes en el lugar <strong>de</strong>l crimen. Y por lo que<br />

D'Agosta había visto, Jeffrey no se había fijado siquiera en ninguna <strong>de</strong> las fotografías.<br />

—Exacto. —Las puertas <strong>de</strong>l ascensor se abrieron con un susurro, y los dos se<br />

encaminaron hacia el <strong>de</strong>spacho <strong>de</strong> D'Agosta a través <strong>de</strong>l barullo <strong>de</strong> la oficina—. O el hecho<br />

<strong>de</strong> que este asesinato, como Waxie lo <strong>de</strong>scribe, no presente ninguno <strong>de</strong> los elementos <strong>de</strong><br />

los sanguinarios ataques pa<strong>de</strong>cidos por las otras víctimas. En todo caso, en cuanto he<br />

128

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!