Descargar - Alcaldia Municipal de San Miguel
Descargar - Alcaldia Municipal de San Miguel
Descargar - Alcaldia Municipal de San Miguel
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
DOUGLAS PRESTON & LINCOLN CHILD EL RELICARIO<br />
fábrica, que ofrece mayor resistencia y reduce el riesgo <strong>de</strong> acci<strong>de</strong>ntes.<br />
—Ligera y agradable al tacto —dictaminó D'Agosta, sopesándola—. Pero tiene un<br />
radio <strong>de</strong> mira corto.<br />
—Su amigo Brad me ayudó mucho a ese respecto. Me enseñó a ajustar la mira y<br />
estimar la posible <strong>de</strong>sviación. He hecho todas las prácticas con esta pistola. Probablemente<br />
sería incapaz <strong>de</strong> usar otra.<br />
—Lo dudo. —D'Agosta le <strong>de</strong>volvió el arma—. Con puntuaciones como ésa,<br />
probablemente se <strong>de</strong>senvolvería bien con cualquier cosa. —Señaló hacia la salida—. Aquí<br />
hay mucho ruido. Mejor será que salgamos. La acompaño.<br />
Margo se <strong>de</strong>tuvo ante el mostrador para consignar la hora <strong>de</strong> salida, y vio con<br />
sorpresa que D'Agosta firmaba también en el registro.<br />
—¿Ha venido a disparar? —preguntó.<br />
—¿Por qué no? —respondió D'Agosta—. Incluso los veteranos como yo nos<br />
oxidamos. —Salieron <strong>de</strong> la galería y empezaron a subir por la larga y empinada escalera—<br />
La verdad es que en investigaciones como ésta todo el mundo se pone nervioso. Unas<br />
prácticas <strong>de</strong> tiro no vienen mal, y menos <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> la reunión <strong>de</strong> hoy.<br />
Margo no se molestó en respon<strong>de</strong>r. Se <strong>de</strong>tuvo en lo alto <strong>de</strong> la escalera y esperó a<br />
D'Agosta. El teniente llegó por fin con un leve resuello, y salieron por la puerta giratoria a<br />
la calle Treinta y uno. Era una tar<strong>de</strong> fresca y había poco tráfico. Margo consultó su reloj:<br />
casi las ocho. Podía volver a casa haciendo jogging, prepararse una cena ligera y acostarse<br />
para intentar recuperar el sueño perdido.<br />
—Estoy seguro <strong>de</strong> que esa con<strong>de</strong>nada escalera ha provocado más infartos que todas<br />
las pastelerías <strong>de</strong> Nueva York juntas —bromeó D'Agosta—. A usted sin embargo no la<br />
afectan, por lo que se ve.<br />
Margo se encogió <strong>de</strong> hombros.<br />
—Ahora hago ejercicio.<br />
—Ya se nota. No es la misma que hace dieciocho meses. Al menos exteriormente.<br />
¿Qué clase <strong>de</strong> gimnasia hace?<br />
—Sobre todo musculación. Ya sabe: mucho peso y series cortas.<br />
D'Agosta asintió con la cabeza.<br />
—¿Un par <strong>de</strong> veces por semana?<br />
—Ejercito en días alternos los músculos superiores e inferiores. También salgo a<br />
correr.<br />
—¿Cuánto peso levanta? ¿Cincuenta kilos?<br />
Margo negó con la cabeza.<br />
—Sesenta. Es más cómodo, porque ahora ya no tengo que andar poniendo todo ese<br />
montón <strong>de</strong> discos pequeños en la barra. Me arreglo con los <strong>de</strong> veinte.<br />
D'Agosta volvió a asentir.<br />
—No está mal. —Se dirigieron hacia la Sexta Avenida—. ¿Y le ha servido?<br />
—¿Cómo dice?<br />
—Que si le ha servido —repitió D'Agosta.<br />
—No le entiendo —dijo Margo, arrugando la frente, pero supo a qué se refería el<br />
teniente aun antes <strong>de</strong> terminar la frase. Al cabo <strong>de</strong> un momento, bajando la voz, contestó—<br />
La verdad es que sólo en parte.<br />
—No es mi intención entrometerme —dijo D'Agosta, palpándose distraídamente los<br />
bolsillos en busca <strong>de</strong> un cigarro—. Es sólo que no suelo andarme con ro<strong>de</strong>os, por si no se<br />
había dado cuenta. —Encontró uno, quitó la vitola con la uña e inspeccionó la envoltura—.<br />
Aquella mierda <strong>de</strong>l museo nos afectó a todos, supongo.<br />
78