Descargar - Alcaldia Municipal de San Miguel
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DOUGLAS PRESTON & LINCOLN CHILD EL RELICARIO<br />
llame…<br />
La voz se convirtió <strong>de</strong> repente en un <strong>de</strong>sesperado resuello líquido y <strong>de</strong>sapareció por<br />
fin en medio <strong>de</strong> un intenso ruido <strong>de</strong> agua agitada. Smithback, presa <strong>de</strong>l pánico, retrocedió<br />
atropelladamente, oyendo un sonido sordo, semejante al golpe <strong>de</strong> una cuchilla <strong>de</strong><br />
carnicero en un trozo <strong>de</strong> carne, seguido <strong>de</strong> una serie <strong>de</strong> crujidos <strong>de</strong> huesos arrancados <strong>de</strong><br />
sus articulaciones.<br />
Smithback salió por el extremo opuesto <strong>de</strong> la tubería, cayó <strong>de</strong> espaldas en el agua, se<br />
puso <strong>de</strong> pie al instante y huyó a toda velocidad por el túnel lateral, sin mirar, sin oír, sin<br />
pensar en nada salvo en correr. Corrió y corrió, <strong>de</strong>sviándose una y otra vez en las<br />
interminables bifurcaciones, a<strong>de</strong>ntrándose cada vez a mayor profundidad en las oscuras<br />
entrañas <strong>de</strong> la tierra. El túnel confluyó con otro, y con otro, cada uno más gran<strong>de</strong> que el<br />
anterior. Hasta que <strong>de</strong> repente un brazo húmedo y extraordinariamente fuerte le ro<strong>de</strong>ó el<br />
cuello y una po<strong>de</strong>rosa mano le tapó la boca.<br />
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Una hora <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> su espontáneo estallido, el disturbio <strong>de</strong> Central Park South<br />
empezaba a <strong>de</strong>clinar. Ya antes <strong>de</strong> las once <strong>de</strong> la noche, muchos <strong>de</strong> los alborotadores<br />
iniciales habían agotado ya su ira y su energía. Los heridos abandonaban el campo <strong>de</strong><br />
batalla con la ayuda <strong>de</strong> sus compañeros. Los gritos, insultos y amenazas comenzaban a<br />
sustituir a los puños, palos y piedras. No obstante, seguía vivo un núcleo central <strong>de</strong><br />
violencia. A medida que la gente se retiraba <strong>de</strong> allí, magullada o exhausta, otros llegaban,<br />
movidos unos por la curiosidad, otros por la indignación, y otros por el alcohol y las ganas<br />
<strong>de</strong> luchar. Los informativos <strong>de</strong> la televisión se <strong>de</strong>jaban llevar cada vez más por el<br />
sensacionalismo y la histeria. La voz corrió como una chispa eléctrica por todo Manhattan:<br />
por las avenidas Primera y Segunda, don<strong>de</strong> los jóvenes republicanos se reunían en los<br />
bares <strong>de</strong> alterne para mofarse <strong>de</strong>l presi<strong>de</strong>nte <strong>de</strong>l Partido Demócrata; por St. Mark's Place y<br />
los reductos marxistas <strong>de</strong>l East Village; por millares <strong>de</strong> líneas <strong>de</strong> fax y teléfono. A la vez<br />
que se difundía la noticia, se propagaban también los rumores. Unos afirmaban que la<br />
gente sin hogar y quienes habían intentado ayudarlos estaban siendo aniquilados en un<br />
genocidio instigado por la policía. Otros <strong>de</strong>cían que izquierdistas radicales y elementos <strong>de</strong>l<br />
crimen organizado incendiaban bancos, disparaban contra los ciudadanos y saqueaban<br />
tiendas. Aquellos que acudían a este llamamiento a la acción se tropezaban —en algunos<br />
casos brutalmente— con los últimos grupos <strong>de</strong> mendigos que salían a la superficie en las<br />
inmediaciones <strong>de</strong>l Central Park, huyendo <strong>de</strong>l gas lacrimógeno atrapado en los túneles.<br />
La vanguardia original <strong>de</strong> la plataforma Recuperemos Nuestra Ciudad —los<br />
brahmanes <strong>de</strong> la riqueza y la influencia en Nueva York— se habían alejado rápidamente<br />
<strong>de</strong>l lugar. En su mayor parte, habían regresado a sus mansiones y dúplex consternados.<br />
Otros se habían congregado en el Great Lawn, dando por sentado que la policía sofocaría<br />
en breve el disturbio y confiando en que la oración final se llevase a cabo según lo<br />
previsto. Pero conforme la policía avanzaba sus líneas y acorralaba a los alborotadores, la<br />
lucha se trasladó gradualmente al interior <strong>de</strong>l parque, acercándose cada vez más al Great<br />
Lawn y al Reservoir. La oscuridad <strong>de</strong>l parque, las <strong>de</strong>nsas arboledas, la maleza y el<br />
laberinto <strong>de</strong> caminos entorpecieron los esfuerzos por controlar el disturbio.<br />
La policía acometía contra los alborotadores con cautela. Dispersos a causa <strong>de</strong> la<br />
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