Descargar - Alcaldia Municipal de San Miguel
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DOUGLAS PRESTON & LINCOLN CHILD EL RELICARIO<br />
Miller se volvió hacia su grupo con una sonrisa <strong>de</strong> medio lado y dijo:<br />
—Muy bien, agentes, cacemos a unos cuantos topos.<br />
44<br />
El capitán Waxie salió <strong>de</strong> la comisaría <strong>de</strong>l Central Park, un edificio antiguo con los<br />
muros <strong>de</strong> pudinga, y resoplando se a<strong>de</strong>ntró en la oscuridad <strong>de</strong> los árboles por el camino<br />
que torcía hacia el norte. A su izquierda iba un policía uniformado <strong>de</strong> la comisaría; a su<br />
<strong>de</strong>recha, Stan Duffy, ingeniero jefe <strong>de</strong> hidráulica <strong>de</strong>l ayuntamiento. Duffy caminaba<br />
<strong>de</strong>prisa un par <strong>de</strong> pasos por <strong>de</strong>lante <strong>de</strong> ellos y volvía la cabeza con impaciencia.<br />
—No corra tanto —dijo Waxie, ja<strong>de</strong>ando—. Esto no es una maratón.<br />
—No me gusta estar en el parque tan tar<strong>de</strong> —respondió Duffy con voz atiplada—. Y<br />
menos con la oleada <strong>de</strong> asesinatos <strong>de</strong> los últimos días. Lo esperaba en la comisaría <strong>de</strong>s<strong>de</strong><br />
hacía media hora.<br />
—Por encima <strong>de</strong> la calle Cuarenta y dos está todo paralizado —dijo Waxie—. Hay un<br />
atasco increíble. Es culpa <strong>de</strong> esa Wisher. Así, sin más, ha salido <strong>de</strong> la nada una<br />
manifestación.<br />
Waxie movió la cabeza en un gesto <strong>de</strong> indignación. Habían colapsado Central Park<br />
West y Central Park South, y aún quedaban manifestantes rezagados en la Quinta<br />
Avenida, provocando un caos inimaginable. «Si yo fuese el alcal<strong>de</strong> —pensó—, los habría<br />
metido a todos en la cárcel.»<br />
Al cabo <strong>de</strong> un momento apareció a su <strong>de</strong>recha el quiosco <strong>de</strong> música, vacío y en<br />
silencio, adornado con una capa <strong>de</strong> pintadas <strong>de</strong> una <strong>de</strong>nsidad inconcebible, un paraíso<br />
para los atracadores. Duffy le lanzó una nerviosa mirada y se apresuró más aún.<br />
Siguiendo el East Drive, <strong>de</strong>jaron atrás el estanque. A lo lejos, más allá <strong>de</strong> los sombríos<br />
límites <strong>de</strong>l parque, Waxie oía gritos y aplausos, bocinazos y ruido <strong>de</strong> motores. Miró su<br />
reloj: las ocho y media. El plan era iniciar la secuencia <strong>de</strong> <strong>de</strong>sagüe a las ocho cuarenta y<br />
cinco. Apretó el paso. Tenían el tiempo justo.<br />
El Centro <strong>de</strong> Medición <strong>de</strong>l Reservoir <strong>de</strong>l Central Park se hallaba en un viejo edificio<br />
<strong>de</strong> piedra a unos quinientos metros al sur <strong>de</strong>l Reservoir. Waxie lo veía ya entre los árboles,<br />
una única luz brillando tras una ventana sucia. Aminoró la marcha mientras Duffy, que se<br />
había a<strong>de</strong>lantado, metía una llave en la cerradura <strong>de</strong> la pesada puerta metálica. Al abrirse<br />
hacia a<strong>de</strong>ntro, reveló una sala <strong>de</strong> piedra pobremente <strong>de</strong>corada con mesas <strong>de</strong> mapas y<br />
polvorientos instrumentos hidrométricos olvidados hacía mucho tiempo. En un rincón, en<br />
marcado contraste con el resto <strong>de</strong>l material, había un complejo equipo informático,<br />
compuesto <strong>de</strong> varios monitores, impresoras y periféricos <strong>de</strong> aspecto extraño.<br />
Cuando entraron, Duffy cerró la puerta con llave y se dirigió a la consola.<br />
—Es la primera vez que hago esto —dijo con tono intranquilo, sacando <strong>de</strong> <strong>de</strong>bajo <strong>de</strong><br />
un escritorio un manual que pesaba por lo menos siete kilos.<br />
—No nos venga ahora con ésas —replicó Waxie.<br />
Duffy dirigió hacia él sus ojos amarillentos. Por un momento dio la impresión <strong>de</strong> que<br />
se disponía a hablar. Pero finalmente se concentró en el manual y pasó hojas durante<br />
varios minutos. Después se volvió hacia el or<strong>de</strong>nador y empezó a teclear. Una serie <strong>de</strong><br />
comandos apareció en el monitor más gran<strong>de</strong>.<br />
—¿En qué consiste esto? —preguntó Waxie, <strong>de</strong>splazando <strong>de</strong> una pierna a otra el peso<br />
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