Descargar - Alcaldia Municipal de San Miguel
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DOUGLAS PRESTON & LINCOLN CHILD EL RELICARIO<br />
Polvo y cascotes le caían en los hombros <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el sumi<strong>de</strong>ro.<br />
Smithback cayó en el agua a su lado. Lo siguieron Pen<strong>de</strong>rgast, D'Agosta y el<br />
submarinista.<br />
—¿Quién <strong>de</strong>monios es usted? —preguntó D'Agosta—. ¿Y qué ha sido <strong>de</strong>l resto <strong>de</strong>l<br />
equipo <strong>de</strong> la Compañía <strong>de</strong> Operaciones Especiales?<br />
—Yo no pertenezco a esa compañía, señor —contestó el hombre—. Soy un<br />
submarinista <strong>de</strong> la policía. Agente Snow, señor.<br />
—¡Vaya, vaya! —exclamó D'Agosta—. El causante <strong>de</strong> todo esto. ¿Tiene una linterna,<br />
Snow?<br />
El submarinista encendió otra bengala y un vivo resplandor rojizo iluminó el túnel.<br />
—¡Dios mío! —oyó susurrar Margo a Smithback junto a ella.<br />
De pronto Margo advirtió que lo que en un primer momento le habían parecido<br />
montones <strong>de</strong> escombros eran en realidad cuerpos con trajes <strong>de</strong> goma, maltrechos y<br />
<strong>de</strong>capitados. Boquetes ennegrecidos e innumerables orificios <strong>de</strong> bala salpicaban las<br />
pare<strong>de</strong>s.<br />
—El equipo Gamma —murmuró Snow—. Al caer mi compañero, he retrocedido para<br />
oponer resistencia. Esas criaturas me han seguido tubería arriba, pero han abandonado la<br />
persecución en las vías.<br />
—Probablemente llegaban tar<strong>de</strong> al baile —comentó D'Agosta, contemplando la<br />
carnicería con expresión severa.<br />
—¿No ha visto arriba a ningún hombre <strong>de</strong> la Compañía <strong>de</strong> Operaciones Especiales,<br />
señor? —preguntó Snow—. Me he guiado hasta allí por las huellas. Confiaba en que<br />
alguno <strong>de</strong> ellos hubiese sobrevivido… —Su voz se <strong>de</strong>svaneció al ver el semblante <strong>de</strong><br />
D'Agosta.<br />
Se produjo un incómodo silencio.<br />
—Vamos —apremió Snow, recobrando el ánimo—. Hay aquí veinte kilos <strong>de</strong> C-4 a<br />
punto <strong>de</strong> estallar.<br />
Margo, aturdida, avanzó tambaleándose en la oscuridad. Notaba sólido el suelo <strong>de</strong>l<br />
túnel, e intentó que esa soli<strong>de</strong>z se contagiase a sus pies, sus manos y sus brazos. Sabía que<br />
no podía permitirse pensar en lo que había visto y averiguado en el Pabellón <strong>de</strong> Cristal; si<br />
lo hacía, sería incapaz <strong>de</strong> seguir a<strong>de</strong>lante.<br />
Dobló un largo recodo <strong>de</strong>l túnel. Más a<strong>de</strong>lante veía a Snow y D'Agosta, que salían ya<br />
al amplio espacio abovedado en el que <strong>de</strong>sembocaba el túnel. A su lado oía la respiración<br />
<strong>de</strong> Smithback, que <strong>de</strong> pronto se tornó entrecortada. Margo bajó la vista. Alre<strong>de</strong>dor,<br />
esparcidos por el suelo <strong>de</strong>l túnel, yacían los cuerpos <strong>de</strong>strozados y ensangrentados <strong>de</strong> al<br />
menos una docena <strong>de</strong> rugosos. La capucha quemada <strong>de</strong> uno <strong>de</strong> ellos <strong>de</strong>jaba a la vista una<br />
piel fruncida y veteada <strong>de</strong> extraordinario grosor.<br />
—Es sorpren<strong>de</strong>nte —murmuró Pen<strong>de</strong>rgast junto a ella—. Los rasgos <strong>de</strong> reptil son<br />
inconfundibles, y sin embargo predominan los atributos humanos. Un primer paso, por<br />
así <strong>de</strong>cirlo, en el camino hacia el estado <strong>de</strong> Mbwun plenamente <strong>de</strong>sarrollado.<br />
Curiosamente, la metamorfosis es mucho mayor en unos especímenes que en otros. Se<br />
<strong>de</strong>be sin duda a los continuos refinamientos y experimentaciones <strong>de</strong> Kawakita. Es una<br />
lástima que no haya tiempo para un estudio más <strong>de</strong>tenido.<br />
El eco <strong>de</strong> sus pisadas se alejó cuando salieron al amplio espacio don<strong>de</strong> terminaba el<br />
túnel. Había varias figuras más caídas en el agua poco profunda.<br />
—Esto era nuestro punto <strong>de</strong> encuentro —dijo Snow mientras revisaba rápidamente<br />
los equipos colocados junto a una pared <strong>de</strong> la cámara abovedada. Margo percibía<br />
nerviosismo en su voz—. Hay equipos <strong>de</strong> buceo suficientes para todos, pero no trajes.<br />
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