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106 LA LENGUA DE SIGNOS ESPAÑOLA HOY<br />
Es importante señalar que los tres planos temporales (presente, pasado y futuro) se articulan en el espacio<br />
de manera similar en ambas lenguas. El presente se localiza en la zona más cercana al hablante<br />
en la zona delantera a éste, el futuro se manifiesta en esa misma zona pero en un lugar más alejado<br />
del signante mientras, el pasado, se expresa en la parte posterior. Cuanto más lejanos en el tiempo se<br />
desarrollen los hechos a narrar, más apartados del cuerpo se realizarán, llegando incluso a llevarse<br />
a cabo junto con expresiones faciales que denotan distancia temporal (Herrero, 2008; Oviedo, 2001;<br />
Papaspyrou et al., 2008; Prillwitz, 1985; Rodríguez, 1992). Estos tres planos físicos son comunes a<br />
la mayor parte de las lenguas de signos, y las dos lenguas que nos ocupan, se comportan en este<br />
aspecto de este mismo modo. La única salvedad que cabe mencionar a este respecto es la posición al<br />
comienzo de las frases del complemento temporal, en el caso de la DGS.<br />
2.3. Sintaxis<br />
Dentro del apartado relativo a la estructura de la oración o sintaxis oracional, concluimos que mientras<br />
la lengua de signos española permite una mayor libertad y flexibilidad en el orden de las palabras<br />
dentro de la frase, el orden en la lengua de signos alemana posee una disposición más rígida, siendo<br />
su estructura oracional: sujeto + objeto + verbo. Tanto la lengua de signos española como la lengua<br />
de signos alemana permiten observar cómo la relación de los componentes gramaticales, tales como<br />
el sujeto, el verbo y el objeto, queda expresada a través del orden que estos elementos adoptan en<br />
la oración.<br />
El fenómeno de la negación funciona con los mismos principios en la LSE y en la DGS (negación con el<br />
dedo, movimiento de derecha a izquierda con la cabeza) con una pequeña diferencia: el movimiento<br />
alpha. Éste consiste en negar con un solo movimiento algunos verbos (principalmente modales) sin<br />
necesidad de emplear ninguna partícula negativa. Ese hecho es característico de la DGS. Mientras en<br />
dicha lengua encontramos numerosos casos especialmente en el ámbito de los verbos modales, solo<br />
hemos podido constatar uno en la LSE, la negación de HAY. Por el contrario, en la LSE observamos<br />
que es posible negar mediante el deletreo de NO, hecho que no hemos advertido en la DGS (Herrero,<br />
2008; Papaspyrou et al., 2008).<br />
Las oraciones interrogativas se comportan de forma similar, en tanto en cuanto la partícula interrogativa<br />
figura al final de la oración, tanto en la LSE como en la DGS. Las preguntas añaden siempre,<br />
en ambos casos, un componente facial que se hace más evidente en preguntas en las que no está<br />
presente esa partícula interrogativa.<br />
En ambas lenguas los clasificadores son relevantes en la morfología y en el plano sintáctico, puesto<br />
que al indicar una acción con el sujeto implícito, estamos expresando, en ese caso, una oración. Este<br />
hecho nos lleva a afirmar que en ambas lenguas, un único signo puede servir para expresar una oración<br />
completa.