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INFORME DE LA SITUACIÓN DE LA LENGUA DE SIGNOS ESPAÑOLA 41<br />
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Interpretación en lengua de signos española.<br />
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Uso de la lengua de signos española en medios de comunicación.<br />
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Otros ámbitos de normalización de la lengua de signos española: ámbito jurídico y enseñanza<br />
como segunda lengua. Asimismo profundizaremos en la situación de la investigación de<br />
la lengua de signos en España.<br />
4.1. Educación<br />
Son muchas las razones por las que se considera el ámbito educativo uno de los principales agentes<br />
en la normalización de una lengua. No puede cuestionarse el potencial de este ámbito si lo que se<br />
pretende es elaborar medidas y políticas cuyo objeto sea la promoción y desarrollo de una lengua.<br />
Cualquier planificación lingüística que se precie (ver apartado anterior) incluye este ámbito junto con<br />
la interpretación y los medios de comunicación como principales promotores. Llegados a este punto<br />
se recogen y analizan factores como la presencia de la lengua de signos española en el actual sistema<br />
educativo, su propuesta curricular, su inclusión en los distintos Proyectos Educativos y la gestión de<br />
los recursos por parte de las autoridades educativas para poner en marcha este modelo educativo sin<br />
que peligren los principios de la educación inclusiva.<br />
Y en el caso que nos ocupa, en lo que se refiere a la inclusión de la lengua de signos española en nuestro<br />
sistema educativo, ha de considerarse siempre en el espacio que propone la Convención Internacional<br />
de los Derechos de las Personas con Discapacidad y la mencionada Ley 27/2007, que reconoce<br />
el derecho de opción por la lengua de signos española y deja la elección en manos de los principales<br />
interesados: las personas sordas, con discapacidad auditiva y sordociegas, o sus padres o representantes<br />
legales cuando se trate de menores o estén incapacitadas. Para garantizar este derecho elemental<br />
(libertad de elección) es preciso que las administraciones educativas faciliten el aprendizaje y<br />
uso de la lengua de signos española en los centros educativos que determinen.<br />
Álvaro Marchesi apuntaba que la lengua de signos puede usarse en la escuela con alumnado sordo<br />
desde diferentes aproximaciones pedagógicas (Marchesi, 1995), por tanto el tratamiento y uso que recibe<br />
la lengua de signos puede entenderse desde un apoyo educativo puntual hasta situarla en el mismo<br />
estatus lingüístico que su homóloga, la lengua oral, en un proyecto educativo bilingüe. Teniendo<br />
en cuenta las históricas dificultades de las personas sordas para alcanzar los niveles educativos medios<br />
en la sociedad, y el relevante papel que la educación tiene en cualquier proceso de normalización<br />
lingüística, creemos oportuno dedicar un apartado a conocer el papel que la lengua de signos –y la<br />
lengua de signos española más concretamente– juega en la educación de los niños y jóvenes sordos.<br />
Rodríguez Ortiz (2005) hace una rápida revisión de las investigaciones sobre el potencial de las lenguas<br />
de signos y su necesidad en la educación de las personas sordas. Según podemos leer en los<br />
trabajos de Rodríguez Ortiz: «estudios que han comparado el rendimiento académico de los hijos con<br />
sordera con progenitores signantes y de los hijos con sordera de progenitores oralistas han encontrado<br />
que el rendimiento es mayor en el primer caso (Stuckless y Birch, 1966; Meadow, 1968, 1980;