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ACTAS DEL CONGRESO CNLSE SOBRE LA INVESTIGACIÓN<br />

DE LA LENGUA DE SIGNOS ESPAÑOLA 2013 211<br />

competencia lingüística. De hecho, investigaciones recientes señalan que algunos niños sordos signantes<br />

presentan dificultades atípicas en el desarrollo de la lengua de signos, apuntando a un posible<br />

trastorno específico del lenguaje (TEL) también en la lengua de signos (Woll y Morgan, 2012; Mason<br />

et al., 2010).<br />

En el marco del trabajo de orientación psicopedagógica del Equipo Específico de Discapacidad Auditiva,<br />

en el curso 2009-2010 nos planteamos realizar un seguimiento de un grupo de niños sordos de<br />

educación infantil a los que se les había realizado un implante coclear precoz y que estaban escolarizados<br />

en alguno de los cuatro centros con proyectos bilingües de LSE-Loral/escrita de la Comunidad<br />

de Madrid 81 . No tuvimos dificultad para disponer de un conjunto de test para evaluar la funcionalidad<br />

auditiva, la lengua oral y la lengua escrita. Sin embargo, dado que no contábamos con ninguna prueba<br />

para la evaluación de la LSE, decidimos iniciar un proceso de traducción-adaptación de pruebas o<br />

instrumentos existentes para la evaluación de otras lenguas de signos. Tobias Haug, en su excelente<br />

página web Sign Language Assessment 82 , clasifica las pruebas de evaluación de lengua de signos en<br />

función de los objetivos con que estas pruebas fueron creadas y establece tres categorías:<br />

a. Pruebas para valorar la adquisición de la lengua de signos como L1. Son pruebas dirigidas a<br />

la población infantil que permiten conocer el grado de competencia en vocabulario y gramática<br />

de los niños en relación con un grupo de referencia normativo.<br />

b. Pruebas para evaluar el aprendizaje y/o la competencia alcanzada por adultos oyentes en la<br />

lengua de signos como L2.<br />

c. Pruebas diseñadas específicamente para responder a intereses de investigaciones lingüísticas<br />

y psicolingüísticas sobre las lenguas de signos.<br />

Nuestro interés se centra en la primera categoría. En los últimos años venimos trabajando con tres<br />

diferentes pruebas:<br />

••<br />

El ‘Monitoring protocol for deaf babies and children communication. Checklist of communicative<br />

development’. Se trata de un protocolo de seguimiento familiar para niños sordos de<br />

0-3 años desarrollado en el Reino Unido dentro del programa Early Support. Proporciona una<br />

información criterial del desarrollo a lo largo de once etapas 83 .<br />

••<br />

La adaptación de los inventarios CDI-MacArthur-Bates (Fenson et al., 1993, 1994) a la lengua<br />

de signos. Hasta el momento han sido adaptados a la lengua de signos americana –en<br />

adelante ASL (Anderson y Reilly, 2002)–, y a la lengua de signos británica –en adelante BSL<br />

(Woolfe, Herman, Roy y Woll, 2010)– ambas dirigidas a niños signantes de edades comprendidas<br />

entre los 8 y los 36 meses. Partiendo de estas adaptaciones, de los datos evolutivos<br />

81<br />

Escuela Infantil Piruetas, CEIP El Sol, CC Ponce de León, CC Gaudem.<br />

82<br />

.<br />

83<br />

Departament for education: .

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