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26 LA LENGUA DE SIGNOS ESPAÑOLA HOY<br />
Cuarta: articulación dual. «Los sonidos de una lengua no tienen significado intrínseco pero se combinan<br />
entre sí de diferentes maneras para formar elementos (palabras, por ejemplo) que poseen significado.<br />
Un sistema de comunicación que se organiza de acuerdo con dos niveles, uno en que los elementos<br />
mínimos carecen de significado y otro en que esas unidades se agrupan formando unidades<br />
significativas, es un sistema dual» (Hualde et al., 2003).<br />
Las lenguas de signos, al igual que las lenguas orales, son sistemas que constan de dos niveles. Un<br />
nivel físico constituido por unidades mínimas sin significado: queremas, primes o parámetros formativos<br />
(dependiendo de la denominación que prefiramos) que son a las lenguas de signos lo que los<br />
fonemas son a las lenguas orales. Y un segundo nivel en el que estos queremas, primes o parámetros<br />
formativos se combinan entre sí para formar signos que transmiten significado; o lo que es lo mismo,<br />
un segundo nivel en el que las unidades mínimas sin significado se combinan entre sí para constituir<br />
unidades mínimas con significado, los morfemas. «Esta dualidad es uno de los rasgos que más<br />
contribuye a hacer del lenguaje un sistema económico ya que, con un conjunto limitado de sonidos o<br />
parámetros distintos, podemos producir una cantidad de combinaciones (palabras o signos) de significados<br />
diferentes» (Peidro Albújar, 2000).<br />
Teniendo en cuenta la tipología sintáctica de los morfemas, en las gramáticas tanto de las lenguas de<br />
signos como de las lenguas orales se habla de la existencia de morfemas ligados y morfemas libres:<br />
«son morfemas libres los que pueden aparecer aisladamente en el habla constituyendo un enunciado<br />
y morfemas ligados los que nunca aparecen sino asociados a otros morfemas también ligados»<br />
(Bosque y Demonte, 1999). Nuevamente, no haremos aquí un análisis comparativo de dicha similitud<br />
gramatical. Es suficiente poner de manifiesto su existencia y las repercusiones que ésta tiene respecto<br />
a una lengua, como es la lengua de signos española, que se encuentra aún hoy en su proceso de<br />
normalización. Como curiosidad nos gustaría resaltar el hecho de que, al llevar a cabo una sencilla<br />
comparación de los mismos, pueden encontrarse morfemas ligados y libres comunes a ambas lenguas,<br />
así como morfemas ligados que son libres en la otra lengua y viceversa.<br />
Quinta: Productividad. «Existe en las lenguas humanas una capacidad infinita para entender y expresar<br />
significados distintos, usando elementos conocidos para producir nuevos elementos» (Hualde et<br />
al., 2003). No sólo las lenguas orales permiten una producción ilimitada de oraciones y la posibilidad<br />
de hablar de todo tipo de ámbitos y temas: «cuando dos signantes nativos se comunican espontáneamente<br />
ofrecen una prueba convincente de la capacidad productiva o creativa de este lenguaje: a partir<br />
de un conjunto finito de lexemas y de una serie de reglas de combinación, el signante sordo puede<br />
producir o entender cualquier mensaje concebible» (Lara Burgos y Vega Expósito, 1999b).<br />
En esta misma línea, Rodríguez González (1992) recoge en la primera investigación sobre la lengua de<br />
signos española –publicada por la CNSE– la opinión de Bill Moody 16 sobre la creatividad de la lengua<br />
de signos: «La créativité et la sensibilité des sourds dans leur usage des symboles est extraordinaire…<br />
Ayant noté que le vocabulaire des gestes internationaux est limité au début, et qu’il se développe<br />
16<br />
Actor norteamericano, intérprete del sistema de signos internacional y director de un programa de enseñanza<br />
de lengua de signos en París, en el International Visual Thêatre.