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30 LA LENGUA DE SIGNOS ESPAÑOLA HOY<br />

lengua de signos española con la lengua de signos americana (ASL) es de un 21 % y de un 18 % con la<br />

lengua de signos mexicana, todo lo cual nos indica claramente que son lenguas distintas.<br />

Hay un último aspecto con el que creemos oportuno finalizar este apartado. Se ha acusado con frecuencia<br />

que la lengua de signos española –o las lenguas de signos en general– carece de un sistema<br />

de escritura, lo que a la vista de un profano la hace, por decirlo de alguna manera, “vulnerable”<br />

frente a otras lenguas. Al margen de que la mayoría de las lenguas del mundo carezca de un sistema<br />

de escritura o no se use habitualmente para escribir 21 –que incluso así puede parecer un endeble<br />

argumento basado en el discurso de la “solidaridad”–, no es cierto que las lenguas de signos no<br />

hayan desarrollado sistemas de escritura. Sin ir más lejos, la que se considera la primera descripción<br />

lingüística moderna de una lengua de signos (Stokoe, 1960) incluía una propuesta de sistema<br />

de escritura. Y ya, en 1989, la CNSE daba a conocer en España otros sistemas como el SignWriting y<br />

el Signfont 22 . Se ha extendido bastante el primero, un sistema de transcripción escrita denominado<br />

también en español signoescritura (Parkhurst y Parkhurst, 2002) 23 , hasta en 38 países 24 , o el sistema<br />

de notación HamNoSys (Zienet, 1997).<br />

Para la lengua de signos española, Herrero (2003) ha creado un sistema de escritura alfabético (conocido<br />

como SEA 25 ), tras varios años de revisión de los sistemas de escritura no alfabéticos en otras<br />

lenguas de signos (Herrero y Alfaro, 1999). Esta propuesta tiene el gran valor de permitir un procesamiento<br />

completo similar al de otras lenguas escritas, la traducción a la lengua de signos española de<br />

cualquier texto y la investigación de su morfología y sintaxis de manera análoga a cualquier lengua<br />

oral. El sistema ya ha sido utilizado con éxito en el primer diccionario normativo de la lengua de signos<br />

española (Fundación CNSE, 2008) y, sin duda, será un importante apoyo para la normalización de<br />

esta lengua. Éste es, además, un excelente ejemplo de cómo la acción investigadora al servicio de la<br />

comunidad resulta mucho más enriquecedora, y de cómo la actividad de la comunidad retroalimenta<br />

la investigación elevando los resultados y la calidad de los mismos.<br />

2.2.3. El estudio de las lenguas de signos desde otras disciplinas<br />

El conocimiento de las lenguas de signos no sólo ha despertado el interés de los expertos en lingüística.<br />

Las lenguas de signos han sido también objeto de estudio por otras disciplinas científicas, por<br />

21<br />

Los expertos señalan que sólo un 70 % de las lenguas orales tienen escritura o se usan habitualmente en su<br />

forma escrita. Según Ong (1996), sólo 78 lenguas orales en el mundo cuentan con una literatura escrita.<br />

22<br />

Puede leerse una breve introducción a los sistemas de escritura y transcripción en Lara Burgos y Vega Expósito<br />

(1999c).<br />

23<br />

Para un conocimiento detallado de este sistema, puede consultarse: .<br />

24<br />

SignWritting. Who uses SignWriting: .<br />

25<br />

Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes. Biblioteca de Signos: Lecciones de escritura alfabética en LSE. Disponible<br />

en: .

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