10.04.2021 Views

EL VIENTO DE MIS VELAS--J J PICOS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

la calle desde una celosía, sino que la pisaba

con una pizca de lo que en Lavapiés, allá en

los madriles, llaman aire de taco, y que en

provincias confundimos con insolencia y

desgarro. Por entonces, además, ya podía

pisar con garbo sin emporcarse los zapatitos,

porque los del concejo empezaron a enlosar

algunos barrizales de La Pescadería.

Soslayaré el detalle —horrible tormento sería—

de cómo dejaba la polaca caer los párpados

cuando un gentilhombre se descubría ante

ella, igual que languidece un visillo al cesar un

céfiro de abril. Y espantaré el recuerdo de los

torbellinos de ansia que levantaba cuando en

vez de hablar sus labios, lo hacían sus

abanicos.

Colegirán que su esposo contratara los

servicios de don Gaspar Méndez más por

tenerla sujeta que por mera instrucción. Y con

razón: ya les he dicho que ella salía a la calle

sin tomar permiso más que de sí. Tampoco

llamaba a consulta para vestirse, ni para que le

trajesen, como al resto de las de su género, la

basquiña parda para cubrir sus otras ropas.

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!