10.04.2021 Views

EL VIENTO DE MIS VELAS--J J PICOS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

sátiro? —se burló el cura.

—Me duele la nuca...

—De la almohada no será...

Callé porque la boca también me dolía. Ahí,

por fin, empezó el padre Verboso a contarme

qué había pasado. Después de romperme los

labios y abrirme el colodrillo, Armengol fue a

delatarme. Pero no ante el Capitán General, ni

a la Milicia Urbana. Se fue derecho a venderme

a los Estopiñán, convencido de que le

agradecerían el remiendo a la honestidad de

su señora. Honestidad disuelta en las trampas

del mundo como la manteca en la sartén, les

diré.

Mientras Santabárbara culminaba su desquite

felón, la acechona a la que había pateado se

dio cuenta de que yo era el fugitivo. Ella

también tenía tratos con el padre Verboso,

cliente y colega confesor. No se escandalicen,

ni me hagan aspavientos por la comparación,

¿o acaso un hombre no se confiesa con más

alivio en los brazos de una puta que en el

reclinatorio de un confesonario? El caso es que

la vulpeja fue a dar aviso al mosén para

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!