10.04.2021 Views

EL VIENTO DE MIS VELAS--J J PICOS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

confidencia. Setaro asintió y ella le regaló un

mordisquito en el gozne de la quijada.

—¿Tienes hambre, ragazzo? —me preguntó él.

—A toda hora, maestro —convine yo.

—Estás en la edad...

—Estoy en Galicia, micer Nicolás, y en Galicia

se come cuando hay, no sea que luego no

haya.

—Eres despierto, bien se nota. Pues siéntate

aquí, al lado de Bianca —uno de su cuadrilla

me acercó un taburete. Yo eché un vistazo

alrededor, ufano por las miradas envidiosas—

Donna Sofía, servire l'insalata, prego! Y ponga

aceite de comer, no de quemar —ordenó el

empresario.

La dueña le trajo al cómico una frasca de

aceite virgen, más verde que dorado, brillante

y untuoso, y una ampolla de vinagre oscuro.

Le asqueaba al italiano esa costumbre que

tenemos en España de aderezar el pan y las

lechugas con aceite de alumbrar, directo de los

candiles. Así aliñó el verde, que habían

alegrado en la cocina con aceitunas, anchoas y

ralladura de queso. Con mucha delicadeza y

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!