10.04.2021 Views

EL VIENTO DE MIS VELAS--J J PICOS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

rojos. Así llama el Estopiñán viejo a los nobles

franceses, que se distinguían, entre otros

complementos, por el color bermellón de los

exagerados tacones de sus zapatos.

Cuando relata el sabotaje de Santabárbara a

Setaro en el primer corral de comedias de

Coruña dice que los granaderos se volvieron

mosqueteros. En el argot teatral, los

mosqueteros eran espectadores de a pie que,

a cuenta de los cómicos o de sus

competidores, vitoreaban o abucheaban una

obra.

Y, por fin, al mostrarse despechado por el

desdén de Janeczka, su diosa polaca, Yago usa

la interjección ¡Guay! Lejos de indicar

satisfacción y alegría, como ha venido a

significar hoy con exceso de cursilería, ¡Guay!

era en su origen prima hermana de ¡Ay! Así

expresaban en la época el dolor y la

contrariedad por los reveses de Fortuna.

Valga esta nota para recordar que El viento de

mis velas (Peripecias de un impenitente

bebedor de café) pretende ser un homenaje a

una ciudad y a un tiempo generalmente

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!