10.04.2021 Views

EL VIENTO DE MIS VELAS--J J PICOS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

—¡El mismo! Pero ahora veo que me

equivoqué de perro.

El coro de maniquíes chilló escandalizado.

Estaban todos apiñados igual que corderitos

en nevada, con las boquitas tapadas con sus

abanicos, balando muy quedo para no

provocar al lobo que era yo. Alguno se rió por

lo bajo, más por cosa de la histeria que porque

la escena tuviera maldita la gracia. Agustín iba

tomando el color de un ají. Los enanos

lloraban, aún no sé si por la indignidad que

sufrían o desesperados porque el librero y yo

les quitábamos el pan de la boca. Presto

salimos de dudas.

—¡Déixenos en paz, don Gaspar! —gritó

Finita— Eles non nos fan mal.

Rubricando su demanda, unos criados trajeron

barreños con gachas frías y sobras de la cena,

o de las jaurías de la casa. Al poner la pitanza

en el suelo, los enanos se lanzaron sobre ella

con avidez, empujándose unos a otros para

hacerse un hueco en los innobles comederos.

Finita se acercó al buen samaritano.

—Don Gaspariño, eiquí hay de comer e fora

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!